lunes, abril 16, 2007

Clavileño en El Quijote

Clavileño en El Quijote
Permalink 16.04.07 @ 12:19:22. Archivado en El Quijote, Poética

[Clavileno] Entre las aventuras provocadas por los extranjeros, burladores de Don Quijote, la de Clavileño, que es la más llamativa para nuestra mentalidad habituada a los astronautas, sigue inmediatamente a la Aventura de la Dueña dolorida, o Trifaldi, II.36.1-II.41.76 y precede a la Aventura del gateado, II.46.25. Todas estas aventuras y algunas más, todas ellas de un alto grado de crueldad, acaecen en los dominios de los duques aragoneses, cuyo propósito es divertirse a costa de don Quijote y Sancho, haciéndoles creer que se les toma en serio.

Clavileño (neologismo cervantino en 1615, del lat. clavis 'llave' + leño) m. 'de leño con clavija'. Cervantes ha aprovechado la analogía con: "CLAVICORDIO. Instrumento de cuerdas de alambre, que se toca con unos clavetes o plumillas. Claviórgano, el que demás de las cuerdas tiene flautas o cañones que se tañen con aire. Clavicímbalo, otro instrumento, poco diferente del sobredicho; aunque difieren en forma, que el uno es más largo que el otro.", Cov. 325.b.65.

Imagen: El Quijote, Serrano, II. Foto: SGB. Ver en formatos superiores

||Clavileño el Alígero: "—Así es [no se llama Rocinante]—respondió la barbada condesa [a Sancho]—, pero todavía le cuadra mucho, porque se llama Clavileño el Alígero, cuyo nombre conviene con el ser de leño, y con la clavija que trae en la frente, y con la ligereza con que camina; y así, en cuanto al nombre, bien puede competir con el famoso Rocinante.", II.40.20 (tema del caballo de madera que vuela).

"Sancho subraya… la unicidad del contenido de la jamás vista aventura. De acuerdo con su tendencia a una creciente importancia y autonomía, Sancho desempeña con toda claridad el papel principal de esta escena. Sus numerosos comentarios y preguntas introducen un vivificante aspecto dialogístico. Y sobre todo estructuran la parte central del capítulo: el anuncio y la exposición de las propiedades de Clavileño, el caballo de madera que deberá transportar a los protagonistas por los aires al muy lejano reino de Candaya.", Heinz-Peter Endress, en Rico 1998 b, p. 179.

De la historia burlesca de la Trifaldi, la barbada condesa dolorida, se pasa a la burla con Clavileño. Esta aventura, desarrolla paródicamente un tema propio de novelas medievales: en su novela Cléomadés (±1285), Adenet li Rois, poeta de la corte de los duques de Brabante, cuenta que Marcadigás, hijo del rey de Castilla, se lanza en plena aventura montado en un caballo de madera que vuela por los aires, fabricado por el arte mágico del rey moro Comprars de Bujía. El motivo parece tener su origen en uno de los relatos de las Mil y unas noches. Adenet li Rois confiesa que ha escuchado el asunto de boca de la princesa Blanca de Francia, viuda del príncipe don Fernando de la Cerda, heredero de la corona de Castilla; lo cual hace sospechar a MdeRiquer que el tema se divulgó por Europa a través de España. Sin embargo la versión que conoció Cervantes deriva del texto francés del Cléomadés. Se trata, como lo piensa el mismo MdeRiquer, de la Historia del muy valeroso y esforzado caballero Clamades, hijo de Marcaditas, rey de Castilla, y de la linda Clarmonda, hija del rey de Toscana, Burgos, 1521. De Clamades y Clarmonda se dice explícitamente que ella "subió çaga dél", como Sancho, que se sienta paródicamente "a mujeriegas" sobre Clavileño (H-P.Endress).

"Este caballo mágico y su clavija se mencionaron por primera vez durante la conversación entre DQ y el canónigo sobre los libros de caballerías (I.49). ¿Ideó C. el episodio tras una relectura de este pasaje? Con la figura de Merlín, el constructor de Clavileño, y mediante el motivo del desencanto se establecen relaciones con la burla anterior, el desfile de Dulcinea.", Heinz-Peter Endress, en Rico 1998 b, 179.

|| viniese Clavileño… Clavileño viniese: ® viniese
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sábado, abril 14, 2007

Alzheimer euroinformático

Alzheimer euroinformático
Permalink 13.04.07 @ 11:59:28. Archivado en Universidades, Sociogenética, Informática

[alzheimer] Lo peor que le puede pasar a una persona es perder su memoria. Hasta la llegada de las memorias informáticas, este problema nos amenazaba en el plano sicosomático, es decir, en nuestra memoria interna. La peor de las pérdidas, por su carácter irreversible y masivo, era el alzheimer. Desde la llegada de las memorias informáticas, la pérdida nos amenaza en la más importante de nuestras memorias externas, que es precisamente la informática. Hoy en día, en Europa, si no logramos nuestra autonomía en los sistemas de explotación de nuestras computadoras, nos amenaza el alzheimer euroinformático.

Sin querer asustar a nadie, me voy a limitar a evocar algunos de los peligros que corren nuestras memorias informáticas europeas, recordando algunos de los problemas que yo he vivido como profesor de ingeniería lingüística, en el seno de un consorcio universitario belga, cuya misión era el formar investigadores en ciencias humanas.

Primer problema: La incompatibilidad entre las dos más importantes familias de sistemas de explotación. Se trata de Microsoft y de Apple. Esta incompatibilidad, cuyos motivos fundamentales son comerciales, durará mientras dure la guerra que se vienen haciendo estos dos adversarios del monopolio mundial estadounidense desde la aparición de las computadoras personales.

Segundo problema: Todo usuario que decide emplear las memorias electrónicas debe elegir entre Apple y Microsoft. Evito hablar de la posibilidad de Unix, porque esta vía de escape está reservada a los usuarios muy experimentados. Esta elección entre los dos adversarios está cargada de consecuencias. Dos ejemplos, uno antiguo y otro actual.

1) Ejemplo antiguo: durante los primeros años de existencia del Macintosh de Apple, los investigadores en ciencias humanas nos veíamos obligados a preferirlo, porque ofrecía la posibilidad de crear caracteres no latinos, para editar nuestros textos en lenguas no latinas. Éste fue mi caso, por tener el proyecto de crear caracteres para el griego clásico.

2) Ejemplo actual: Los clientes de Microsoft disfrutan de la versión 7.2 de su navegador Explorer, que permiten un empleo correcto de los editores en línea, disponibles en la red. Los clientes de Apple se ven privados de este navegador, ya que Microsoft dejó de adaptar el Explorer para Macintosh desde que Apple introdujo su propio navegador Safari. El resultado es catastrófico para su propia clientela, que ve sus textos deformados cuando los confía a la mayor parte de los editores de empleo directo en la red (por ejemplo, los editores de los blogues).

Tercer problema: Las motivaciones puramente comerciales de los propietarios de ambos sistemas concurrentes hacen que los derechos a la memoria de sus propios clientes son violados impunemente, cuando la estrategia comercial así lo decide. El comportamiento de Apple fue particularmente irresponsable y desvergonzado cuando bruscamente decidió suprimir el desarrollo de su lenguaje Hypertalk, que habíamos estado empleando y enseñando multitud de profesores universitarios durante bastantes años. Algo parecido nos sucedió con Microsoft cuando suprimió su Microsot File, supresión que afectó a los clientes de ambos sistemas.

Cuarto problema: La sucesión vertiginosa de sistemas de explotación obedece más que nada a una estrategia comercial, que no tiene para nada en cuenta la preservación de la memoria acumulada por los clientes del uno o del otro sistema informático.

Quinto problema: La dimensión de más en más importante de los discos duros, hace de más en más grave el riesgo de pérdida instantánea de colosales memorias acumuladas. En cuestión de segundos es posible perder el fruto del trabajo de miles de horas. Aunque existe la posibilidad de recuperar el contenido de estos discos duros, los especialistas de la recuperación de datos se aprovechan comercialmente del infortunio del cliente informático.

Sexto problema: Nuestra memorias informáticas están constantemente amenazadas no solamente por la flagrante inestabilidad de los sistemas existentes, debilidad más grave en Microsoft que en Apple, sino por los innumerables virus, cuya estrategia se aprovecha de las debilidades inherentes a los sistemas. Por desgracia el remedio de los antivirus es con muchísima frecuencia peor que la enfermedad, puesto que muchos de los desfallecimientos de los discos duros son debidos a las fantasias seudopreventivas y seudoreparadoras de estos mal llamados antivirus.

Séptimo problema: El alzheimer que nos amenaza es euroinformático en el peor sentido de este calificativo, puesto que Europa no dispone de la autonomía industrial necesaria para poner remedio a ninguno de estos problemas. Aún peor, Europa no dispone de la libertad jurídica necesaria para escapar al monopolio científico estadounidense sobre los conocimientos que hacen posible esta industria. La situación es grave, porque a Europa no le queda otra posibilidad que esperar resignada el ataque de la enfermedad de Alzheimer sin medicina propia y sin médicos competentes para tratarla a tiempo. Si seguimos como estamos hasta ahora, el alzheimer euroinformático podrá paralizar toda nuestra autonomía, paralizando en seco nuestra actividad intelectual.

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jueves, abril 12, 2007

La desventurada preposición "a"

La desventurada preposición "a"
Permalink 12.04.07 @ 11:28:00. Archivado en Semántica, Pragmática, Morfosintaxis, Periodismo

[Marias] Nadie como Julián Marías enunció con mayor claridad y perseverancia la regla de oro que rige en la lengua española el empleo correcto de la preposición "a". Este insigne maestro de humanidades aunó en una frase muy sencilla las exigencias morfosintácticas, semánticas y pragmáticas de esta frecuentísima preposición:

La lengua española tiene incluso un refinamiento particular y es que construye el acusativo de persona con la preposición "a", que no se emplea para el acusativo de cosas. Decimos "he comprado un libro", "he roto un vaso", decimos "he visto a Juan", "amo a Isabel", con la preposición "a". La lengua no lo confunde nunca."

Si esta preposición merece actualmente la calificación de "desventurada" no es debido a sus propias aventuras extraconyugales, sino a la injusta violación que sufre diariamente bajo la pluma de nuestros periodistas y en la boca de nuestros informadores y políticos de todos los colores. Tanto es así, que en múltiples ocasiones me he dicho que pretender poner coto a esta violación, que no prostitución preposicional, acusando a la clientela de la hermosa criatura, era tan difícil como resolver el triste problema humano del oficio más antiguo del mundo.

Y, sin embargo, el alto interés antropológico de corregir este vicio ha sido explicado múltiples veces de palabra y por escrito por el clarividente y paciente pedagogo que era y que sigue siendo en nuestra memoria el inolvidable Julián Marías, probablemente el mayor humanista filósofo castellanohablante del siglo XX.

Por esta vez, más bien que dejar en evidencia a tal o cual escribidor que ha cometido la indelicadeza sintáctica de abusar de un régimen indebido, prefiero poner en su contexto la regla de oro de Julián Marías, para que cada quisque, al recordarla, la sitúe en el marco filosófico que se merece:

"Pero desde hace cierto tiempo, a pesar de que las Humanidades han sido en toda Europa, y en España muy particularmente, algo creador, glorioso en el siglo XX, se ha producido en los últimos tres o cuatro decenios un abandono progresivo de ellas. Que en definitiva, lo que ha hecho es continuar una tendencia, iniciada ya en el siglo XVIII, realizada después por diversos equipos que se han ido turnando y que ha consistido en la reducción de lo humano a lo no humano. La reducción del hombre, la reducción de lo que es una persona a un organismo, a veces algo inorgánico, a una cosa. La lengua distingue, lo he dicho muchas veces, distingue absolutamente entre persona y cosa. Distinguimos entre "qué y quién", distinguimos entre "algo y alguien", entre "nada y nadie". La lengua española tiene incluso un refinamiento particular y es que construye el acusativo de persona con la preposición "a", que no se emplea para el acusativo de cosas. Decimos "he comprado un libro", "he roto un vaso", decimos "he visto a Juan", "amo a Isabel", con la preposición "a". La lengua no lo confunde nunca."

Julián Marías Aguilera, Discurso, Fundación Príncipe de Asturias > Premiados > Comunicación y Humanidades, 1996.

lunes, abril 09, 2007

Eurofuturo mundialista

Permalink 09.04.07 @ 19:10:37. Archivado en Europa, Sociogenética

[AEU] Durante su primer medio siglo de existencia, el proyecto europeo consistió fundamentalmente en ver qué hacíamos los europeos con nosotros mismos. La motivación principal de los fundadores de la UE fue alcanzar una paz duradera. Se esperaba que la integración económica condujera a un mayor entendimiento entre los europeos, apoyado por la miríada de interacciones a las que da lugar el comercio. La Unión Europea ha concretado ese sueño. En ninguna parte del mundo viven los vecinos de manera más pacífica ni se mueven las personas con mayor libertad y seguridad que en Europa, lo cual se debe, en parte, a una nueva identidad europea que no está vinculada a la ciudadanía nacional.

Durante el medio siglo que empieza, el proyecto europeo consistirá sobre todo en ver qué hacemos los europeos con nuestra Unión Europea dentro de un mundo no europeo.

Le corresponde a la Unión Europea el tomar la iniciativa para lograr que otro mundo sea posible. En Europa la integración económica ayudó a conseguir un conjunto de metas más amplio. Hoy en día, sólo Europa puede hablar con credibilidad sobre la cuestión de los derechos humanos. Europa ha tenido éxito en parte porque reconoce que los derechos de los individuos son inalienables y universales, y porque creó instituciones para protegerlos. Un sistema económico y social debe ser juzgado por la medida en que los individuos tienen la posibilidad de crecer y de realizar su potencial. Como individuos somos parte de un círculo de comunidades cada vez más amplio, y podemos realizar nuestro potencial sólo si vivimos en armonía los unos con los otros. A su vez, esto requiere un sentido de la responsabilidad y de la solidaridad. El éxito de Europa se debe en parte a su promoción de un conjunto de valores que, aunque esencialmente europeos, son al mismo tiempo universales. De estos valores, el fundamental es la democracia, entendida como una participación activa y significativa en la toma de decisiones.

Éstas y otras ideas, francamente esperanzadoras, caracterizan la visión que tiene del futuro de Europa Joseph E. STIGLITZ, premio Nobel de Economía.

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La misión global de la UE
por Joseph E. STIGLITZ (1) 08/04/2007

[Stiglitz] Las recientes celebraciones que marcaron el quincuagésimo aniversario del nacimiento de la Unión Europea han estado dominadas en algunos ámbitos, triste es decirlo, por el pesimismo. Sin duda alguna, la incomodidad con respecto al futuro de la UE es comprensible, especialmente a la vista de la incertidumbre que rodea a los esfuerzos por reavivar el Tratado Constitucional. Sin embargo, el proyecto europeo ha sido un enorme éxito, no sólo para Europa sino para el mundo.

Los europeos no deben desalentarse por las comparaciones entre el PIB de Europa y, digamos, el de Estados Unidos. No cabe duda de que Europa se enfrenta a grandes retos en la tarea de perfeccionar su unión económica, incluida la necesidad de reducir el desempleo y de impulsar el dinamismo de la economía. Pero por más que se haya incrementado el PIB de Estados Unidos, la mayoría de los estadounidenses está peor en este momento que hace cinco años. Una economía que, año tras año, da lugar a que la mayor parte de sus ciudadanos estén peor no es un éxito.

Pero lo más importante es que el éxito de la UE no debe medirse sólo por cada acto legislativo y regulador en particular, ni siquiera por la prosperidad que ha acompañado a la integración económica. Después de todo, la motivación principal de los fundadores de la UE fue alcanzar una paz duradera. Se esperaba que la integración económica condujera a un mayor entendimiento, apoyado por la miríada de interacciones a las que da lugar el comercio. El aumento de la interdependencia haría impensable el surgimiento de los conflictos.

La Unión Europea ha concretado ese sueño. En ninguna parte del mundo viven los vecinos de manera más pacífica ni se mueven las personas con mayor libertad y seguridad que en Europa, lo cual se debe, en parte, a una nueva identidad europea que no está vinculada a la ciudadanía nacional. Éste es un ejemplo que el resto del mundo debe emular: compartir derechos y responsabilidades, incluida la obligación de ayudar a los menos afortunados. También en esto, Europa ha dado ejemplo al prestar más ayuda a los países en vías de desarrollo que cualquier otro país (y destinando un porcentaje más alto de su PIB que Estados Unidos).

En los últimos seis años, el mundo tuvo que hacer frente a un periodo difícil. El compromiso con el multilateralismo democrático ha sido desafiado, y los derechos garantizados por las convenciones internacionales han sido suspendidos, como ocurrió con la Convención contra la Tortura. De eso han surgido muchas enseñanzas, entre las que cabe destacar los peligros del orgullo y los límites del poder militar, y la necesidad de un mundo multipolar.

Europa, con mayor número de habitantes que cualquier otro país, salvo China e India, y con el mayor PIB del mundo, debe convertirse en uno de los pilares centrales de ese mundo proyectando lo que se ha dado en llamar poder blando, que es el poder y la influencia de las ideas y del ejemplo. Sin duda, el éxito de Europa se debe en parte a su promoción de un conjunto de valores que, aunque esencialmente europeos, son al mismo tiempo universales.

De estos valores, el fundamental es la democracia, pero no entendida como una mera convocatoria periódica de elecciones, sino también como una participación activa y significativa en la toma de decisiones, lo cual exige una sociedad civil comprometida, una gran flexibilidad de las normas que regulan la información, y unos medios de comunicación vivos y diversificados que no estén sometidos al control ni del Estado ni de un reducido grupo de oligarcas.

El segundo valor en importancia es la justicia social. Un sistema económico y social debe ser juzgado por la medida en que los individuos tienen la posibilidad de crecer y de realizar su potencial. Como individuos somos parte de un círculo de comunidades cada vez más amplio, y podemos realizar nuestro potencial sólo si vivimos en armonía los unos con los otros. A su vez, esto requiere un sentido de la responsabilidad y de la solidaridad.

La UE demostró ese sentido de manera rotunda con su ayuda a los países de la Europa poscomunista. La transición del comunismo a la economía de mercado no ha sido fácil, pero la generosidad sin precedentes de Europa ha merecido la pena: los países que se han adherido a la UE han superado a todos los demás, y no precisamente por haber accedido a los mercados europeos. Todavía más importante que eso fue la infraestructura institucional, que comprende el compromiso vinculante con la democracia y la vasta serie de leyes y reglamentos que a menudo no sabemos valorar.

Europa ha tenido éxito en parte porque reconoce que los derechos de los individuos son inalienables y universales, y porque creó instituciones para protegerlos. En cambio, Estados Unidos ha sido testigo de un asalto a gran escala a esos derechos, incluso el del hábeas corpus, el derecho a recusar la propia detención ante un juez independiente. Se han hecho, por ejemplo, sutiles distinciones entre los derechos de los ciudadanos y de los no ciudadanos.

Hoy en día, sólo Europa puede hablar con credibilidad sobre la cuestión de los derechos humanos. Para bien de todos nosotros, Europa debe seguir haciéndolo, incluso con más contundencia que en el pasado.

De igual modo, mientras que el proyecto europeo trata de fomentar la "armonía" para que la gente pueda vivir junta y en paz, todos nosotros debemos, también, vivir en armonía con el medio ambiente, el más escaso de todos nuestros recursos. También en este ámbito se ha puesto Europa a la cabeza, especialmente en lo que respecta al calentamiento global, demostrando que se pueden dejar de lado los pequeños egoísmos para conseguir un bien común.

En el mundo actual hay muchas cosas que no funcionan bien. Mientras que la integración económica ayudó a conseguir un conjunto de metas más amplio en Europa, en otras partes la globalización económica ha contribuido a ensanchar la brecha que separa a los ricos de los pobres dentro de cada país y la que existe entre países ricos y países pobres.

Otro mundo es posible. Pero le corresponde a Europa tomar la iniciativa para lograrlo.

Traducción del inglés: Emilio G. Muñiz. © Project Syndicate, 2007.

-oOo-

(1) Joseph Eugene Stiglitz (Gary, Indiana, 9 de febrero 1943). Economista, escritor y Premio Nobel de Economía (2001). Es uno de los economistas más famosos del mundo, a partir de la publicación de libros de divulgación masiva y de las críticas a los organismos internacionales de crédito.

Estudió entre 1960-1963 en el Amherst College, donde pasó al MIT como estudiante de pregrado, para proseguir con trabajos de postgrado. Entre 1965-1966 trabajó en Chicago junto a Hirofumi Uzawa. En los años siguientes obtuvo su doctorado en el MIT y una beca Fulbright de investigación. Enseñó en el MIT y en la Universidad de Yale. En la actualidad dicta clases en el Graduate School of Business de la Universidad de Columbia.

Además de hacer influyentes y numerosas contribuciones a la microeconomía, Stiglitz ha participado en números puestos públicos. Desempeñó labores en la administración del presidente Clinton como la de presidente del Consejo de Consejeros Económicos (1995-1997). En el Banco Mundial, sirvió como primer vicepresidente y economista jefe (1997 - 2000), antes de que el Secretario del Tesoro de los EE.UU. (Lawrence Summers) lo forzara a renunciar.

La investigación más famosa de Stiglitz es sobre el screening, una técnica usada por un agente económico para extraer la información privada de otro. Esta importante contribución a la teoría de la asimetría de la información le valió compartir el premio del Banco de Suecia en memoria de Alfred Nobel con George A. Akerlof y Michael Spence. En el marco de las teorías económicas Stiglitz formaría parte de la escuela neokeynesiana.

Además de sus publicaciones técnicas de economía, Stiglitz es el autor de Whither Socialism, un libro no técnico que proporciona una introducción a las teorías detrás del fracaso de las economías socialistas en Europa del Este y al rol de la información imperfecta en los mercados. En 2002, escribió El malestar en la globalización, donde afirma que el Fondo Monetario Internacional se pone al interés de su accionista más grande, los Estados Unidos, sobre el de las naciones más pobres para las cuales fue diseñado servir. Stiglitz ofrece algunas razones por las cuales la globalización ha engendrado la hostilidad de manifestantes, tales como las ocurridas en Seattle y Génova. Joseph E. Stiglitz ha sido reconocido en los cinco continentes por su prestigiosa trayectoria y es uno de los economistas más leídos del mundo.

fuentes:

* Wikipedia

* Joseph E. Stiglitz
The Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel 2001
Autobiography

sábado, abril 07, 2007

Los Cubanos se sienten abandonados

POSTS > Actualidad
Los Cubanos se sienten abandonados
07/04/2007 10:52

En un artículo aparecido hoy en 'El País', Pilar Rahola, cuyas convicciones socialistas son bien conocidas, critica severamente el viaje a Cuba del ministro Moratinos y la política desacertada del gobierno español. He aquí, desde nuestro punto de vista, la frase más importante de este artículo.


"El hecho de que sea un régimen de izquierdas, nacido al albur de ideas transformadoras que, en su momento, querían cambiar la injusta realidad, no implica que años después, con sus cárceles, sus represaliados políticos, sus condenas a muerte, su corrupción estructural y su falta asfixiante de libertad, se haya convertido en el ejemplo más rastrero de una dictadura caduca, impermeable a los derechos fundamentales." Pilar RAHOLA, Cuba, triste asignatura pendiente.

Pilar Rahola explica correctamente en este artículo, que la honran a ella y a "El País", lo que en sociogenética cabría llamar la doctrina de "la gracia original"; Esta doctrina, versión en positivo, de la doctrina del"pecado original", es responsable de los paralogismos de muchos intelectuales, más nostálgicos que críticos a la hora de juzgar hechos actuales de comunistas y socialistas. Con este desafortunado viaje, Moratinos, el representante de comercio, y su irresponsable patrón Zapatero, el zapador responsable del desencuentro con el Pueblo Cubano Sufriente, no han llevado a Cuba la esperanza, sino su propio autorretrato de seudosocialista.

Ánimo, amigos del Exilio Democrático y de la Oposición Interna, pensemos en el Bien Común de todos los Cubanos.

viernes, abril 06, 2007

¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

por el P. Ariel Alvarez Valdés


Una de las frases más incomprensibles que haya pronunciado Jesús fue la que dijo antes de morir en la cruz. Tras varias horas de agonía, y presintiendo que su muerte era ya inminente, lanzó un grito terrible: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27,46; Mc 15,34).

Estas misteriosas palabras, solamente contadas por Mateo y Marcos, intrigaron a los lectores de la Biblia.

¿Sintió, acaso, Jesús que su misión había fracasado? ¿Pensó que moría como un hijo abandonado por su padre?

Tomadas al pie de la letra, tales palabras podrían hacernos creer que Jesús murió en la desesperación.



La amargura de un rezo

Pero no fue así. Jesús al pronunciar esa frase, en realidad estaba rezando un salmo. En efecto, si buscamos en nuestra Biblia, veremos que el salmo 22 empieza precisamente así: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Y continúa: "A pesar de mis súplicas mi oración no te llega. Dios mío, de día te grito y no respondes. De noche, y no me haces caso".

¿Por qué Jesús pronunció un salmo tan amargo y desalentador en el momento de morir?

Más bien es lo contrario. El salmo 22, titulado "Oración de un justo que sufre", es uno de los salmos más esperanzadores de toda la Biblia. La primera parte describe los sufrimientos por los que atraviesa un hombre inocente (v. 2-23). Pero la segunda (v. 24-32) es un magnífico acto de confianza en que Dios lo librará de todas esas angustias.

El final dice así:

"Fieles del Señor, alabadlo...;

porque no ha sentido desprecio ni repugnancia

hacia el pobre desgraciado;

no le ha escondido su rostro;

cuando pidió auxilio lo escuchó..."



Los desvalidos comerán hasta saciarse

y alabarán al Señor los que lo buscan:

¡no perdáis nunca el ánimo!



Lo recordarán y volverán al Señor desde los confines del orbe,

en su presencia se postrarán las familias de los pueblos...



Ante él se postrarán las cenizas de la tumba;

ante él se inclinará los que bajan al polvo;

a mí me dará vida.



Mi descendencia le servirá y hablará del Señor,

a la generación venidera le anunciará su rectitud;

al pueblo que ha de nacer, lo que él hizo" (Sal 22, 24-31).



¿Entonces por qué los evangelistas citan las primera palabras y no las últimas que son las esperanzadoras? Porque para la mentalidad judía citar el comienzo de un salino equivale a citar el salmo entero. Por lo tanto, al poner las palabras iniciales, los escritores dan a entender que Jesús recitó todo el salmo.

Así lo entendió también el autor de la Carta a los Hebreos (2,11-13) cuando, al hablar de la pasión del Señor, dice que Jesús en la cruz rezó el final del salmo 22 y no las palabras dolorosas del comienzo, que son las que traen los evangelistas.



Cuando Dios ayudaba a los buenos

Pero esta respuesta, a su vez, nos lleva a plantearnos otra cuestión. ¿Por qué los evangelistas conservaron el recuerdo tan insignificante del rezo de un salmo por Jesús, cuando detalles que los historiadores juzgan más trascendentes (como las precisiones cronológicas de la pasión, la forma que tenía la cruz, el modo en que fue crucificado) ni siquiera son mencionados?

Para contestar esto es necesario tener en cuenta algo que hoy ya no llama la atención y es el escándalo que significó la muerte de Jesús para los judíos de aquel tiempo.

Por varias razones:

- En primer lugar, porque en la época de Jesús existía la convicción de que, cuando una persona era fiel a Dios y cumplía sus mandamientos, Dios siempre acudía a salvarlo y no permitía que le pasara nada malo.

Todo el libro de Daniel, por ejemplo, expone esta idea: a cuatro jóvenes judíos que se niegan a comer alimentos prohibidos, Dios los engorda milagrosamente (1,3-15); a Azarías y a sus compañeros, arrojados en un horno encendido por no adorar la estatua del rey Nabucodonosor, el fuego ni los toca (3,46-50); a Daniel, abandonado en el foso de los leones por ser fiel a Dios, lo hace salir vivo (6,2-25); a Susana, la libra de las falsas acusaciones contra a su honor (13).

El mismo libro de la Sabiduría lo afirma: "Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará, y lo librará de las manos de sus enemigos" (2,18).

Cualquier judío, pues, compartía la idea de que Dios salva siempre al hombre inocente. ¿Por qué entonces no salvó a Jesús? La conclusión que se imponía era: Jesús debió ser un pecador.



La muerte de un delincuente

- En segundo lugar, porque a Jesús lo mataron los representantes de Dios, es decir, los sacerdotes. Y lo hicieron en nombre de la Ley de Dios. "Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir", exclamaron sus acusadores ante Pilato (Jn 19,7).

- Finalmente, porque la clase de muerte que sufrió (colgado de un madero), lo convertía automáticamente, según la Biblia, en un maldito de Dios. En efecto, un versículo del libro del Deuteronomio afirma: "El que cuelga de un madero es un maldito de Dios" (Dt 21,23). Y de todas las muertes, justamente ésa fue la que sufrió Jesús.



Para el pueblo judío, entonces, Jesús murió: a) sin el auxilio divino; b) en nombre de las autoridades religiosas; y c) maldito por Dios.

¿Era posible una muerte más vergonzosa? ¿Cómo podrían los cristianos convencer a la gente de que él era el Mesías, el Hijo de Dios que venia a salvar a su pueblo?



Que lo digan los salmos

Frente al escándalo, difícil de disimular, de la ignominiosa muerte de Jesús, los evangelistas iluminados por Dios, encontraron una solución: demostrar que todo lo que le había sucedido a Jesús, en su pasión y muerte, estaba ya anunciado en el Antiguo Testamento. Que todos los sufrimientos del Maestro estaban previstos por Dios y ocurrieron según su designio. Y que incluso hasta los menores detalles de su escandaloso final habían sucedido "para que se cumplieran las Escrituras".

Como el libro más leído, conocido y meditado por la piedad judía, era el de los Salmos, allí fueron los cristianos a buscar elementos para probar las circunstancias proféticas de la muerte del Señor.

Por eso en la pasión de Jesús se acumulan, más que en ningún otro momento de su vida, las referencias a los salmos (más de veinte), como si allí hubieran querido concentrar todo el cumplimiento de las predicciones bíblicas.



Y por eso mismo, los relatos de la pasión y muerte de Jesús no dan una crónica exhaustiva de los hechos. Pasan por alto muchas escenas importantes, dejan otras en penumbra, y más bien se detienen en aquellas que pueden encontrar su apoyo en las Sagradas Escrituras.

Cada comunidad cristiana, y cada evangelista más tarde, hizo lo que pudo en este esfuerzo de explicar, mediante las profecías de los salmos, el "escándalo de la cruz". ¿Y cuáles son los salmos que encontraron?



El arresto y la agonía

Ya en el comienzo de la pasión, mientras Mc y Lc dicen que eran los sumos sacerdotes y escribas quienes conspiraban contra Jesús y que andaban buscando cómo apresarlo, Mateo, más cuidadoso, dice que fueron "los jefes", y menciona "una reunión" que hicieron para atraparlo (26,3-4). Porque así se cumplía la profecía del Sal 2,2: "los jefes se reunieron contra Dios y su Mesías".

También Juan (13,18) explica la traición de Judas la explica san Juan con la profecía de un salmo. Afirma que eso sucedió "porque tenía que cumplirse la Escritura (Sal 41,10) que dice: el que comparte mi pan se volvió contra mí'. Y más adelante lo reitera: "Ninguno de ellos se ha perdido excepto el que debía perderse, para que se cumpla la Escritura" (17,12), refiriéndose al mismo salmo.

El hecho incomprensible de que Jesús, a pesar de haber pasado haciendo el bien y ayudando a los más pobres, fuera odiado y rechazado por las autoridades judías, estaba igualmente anunciado en los salmos. Jesús lo dice: "Nos odian a mí y a mi Padre, pero así se cumple lo que está escrito en su Ley (Sal 69,5): me han odiado sin motivo" (Jn 15,24-25).

Y al contar la terrible agonía en el huerto de Getsemaní, los evangelistas relatan que Jesús les hizo a sus discípulos esta confidencia: "Mi alma está triste hasta la muerte" (Mt 26,38; Mc 14,34), para que se cumplieran las palabras del Sal 42,6 (en su versión griega).



Hiel en vez de mirra

Al ser arrestado Jesús y llevado ante las autoridades, refieren los Evangelios que el Sumo Sacerdote le preguntó: "¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito? Y él le contestó: "Sí, yo soy. Y verán cómo el Hijo del Hombre se sienta a la derecha del Todopoderoso y viene entre las nubes del cielo" (Mc 14,62). Así se cumplía lo dicho por el Sal 110,1, que para los evangelistas profetizaba la glorificación de Jesús por Dios.

También la intervención de testigos falsos contra Jesús, durante el juicio ante el Sanedrín (Mt 26,59-61; Mc 14,55-59), estaba prevista en los Sal 27,12 y 35,11: "Se levantan contra mí testigos falsos, y me preguntan de lo que nada sé".

Luego de condenar a muerte al Señor, lo llevaron al monte Calvario. Entonces Mt dice que le ofrecieron" vino con hiel", y dice que "sí lo probó" (27,34) para demostrar que se estaba cumpliendo la profecía del Salmo 69,22 (en su versión griega), que dice: "Me han dado hiel como alimento".



Los regalos y el sorteo

Cuando desvistieron a Jesús para crucificarlo, llama la atención que los cuatro evangelios anoten el detalle insignificante de que los soldados se repartieron sus ropas y sortearon la túnica que sobraba para ver a quién le correspondería. Y Juan explica por qué era importante este detalle: porque así se cumplía "la Escritura (Sal 22,9) que dice: se han repartido mis vestidos, y han echado a suerte mi túnica" (19,24). Por lo tanto, hasta el hecho trivial del destino de sus ropas, estaba previsto en el plan de Dios.

Al contar las burlas que le hacían a Jesús los que pasaban por el lugar, Mateo dice que "movían la cabeza y decían: ha confiado en Dios, que él lo libre ahora, ya que lo ama" (27,39). Para que se cumpliera lo anunciado en el Sal 22,8-9, que dice: "mueven la cabeza y dicen: ha confiado en el Señor; que él lo libre... ya que lo ama". Y Lucas añade que "hacían muecas de burlas" frente a Jesús (23,35), para recoger la profecía de ese mismo Salmo: "todos me hacen muecas de burlas" (22,8).



Las últimas palabras

En medio de terribles tormentos, y ya próximo a su muerte, Jesús exclama: "Tengo sed". Dice Juan que eso ocurrió "para que se cumpliera la Escritura" (del Sal 22,16) que predecía: "Mi paladar está seco como una teja, y mi lengua se pega al paladar Entonces los soldados corrieron y le ofrecieron vinagre, y Jesús lo bebió (Jn 19,29). Con esto se cumplía una nueva profecía, la del Sal 69,22: "Cuando tenía sed, me dieron vinagre".



Llega, entonces, el momento de las últimas palabras de Jesús. Con gran agudeza, Mateo y Marcos sostienen que fueron: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27,46; Mc 15,34). De este modo, como ya dijimos, mostraban a Jesús como el hombre inocente y bueno que sufría injustamente, y que por lo mismo sería luego rehabilitado por Dios.

Lucas, que compuso su Evangelio para lectores no judíos, y por lo tanto poco conocedores de salmos, temió escandalizarlos con estas palabras, y prefirió poner en boca de Jesús otra expresión, también de un salmo (31,6), pero que era menos ambiguo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23,46). Estas fueron, para Lucas, las últimas palabras que Jesús pronuncio.



Los huesos rotos

Lo que sucedió al morir Jesús estaba también previsto por los salmos.

Lucas, por ejemplo, anota que "sus familiares se mantenían a distancia" presenciando la desgarradora escena (23,49), porque el Sal 38,12 habían profetizado: "Mis familiares se mantienen a distancia".

Y Juan (19,36) relata que los soldados rompieron las piernas de los dos ladrones crucificados junto a Jesús, pero que a él no le quebraron las piernas, sino que lo atravesaron con una lanza en el costado, para que se cumpliera la profecía del Sal 34,21: "Dios cuida de todos sus huesos, ni uno solo será quebrado".



No era un castigo de Dios

Los primeros cristianos buscaron en el Antiguo Testamento la razón por la cual a Jesús le tocó sufrir una muerte tan cruel como injusta. Y descubrieron que en los salmos, especialmente los de lamentación y confianza, estaban anticipados todos los sucesos de la pasión.

Allí se hallaba la explicación teológica de esos acontecimientos. Su muerte, por lo tanto, no había sido un "castigo de Dios" Jesús no era sino el Justo que había venido a cumplir las profecías de ese inocente que aparecía en los salmos sufriendo injustamente, cargando el peso del odio de sus enemigos, pero con toda su confianza puesta en Dios.



Los relatos de la pasión de Cristo son narraciones más bien teológicas. Los evangelistas quisieron explicar cuál era el sentido de la muerte de Jesús. De ahí las grandes lagunas que existen en estas narraciones.



La vida: un salmo en dos partes

Los relatos de la pasión fueron compuestos para lectores creyentes. Y al presentarlos como el cumplimiento de citas y pasajes del Antiguo Testamento, aunque fueran de escaso interés (como el reparto de las vestiduras o el vinagre que le ofrecieron a beber), sus autores pretendieron únicamente enseñar que Jesús era, en verdad, el enviado de Dios. Y que al estar previsto por la palabra de Dios todo lo vivido en su pasión, podía ser aceptado sin recelo como Salvador de la humanidad.

El día que Jesús murió, Dios guardó silencio. Un silencio atroz, que parecía dar la razón a los verdugos que lo condenaron. Sin embargo los primeros cristianos descubrieron que Dios no se había callado. Que desde hacía siglos venía gritando, desde los salmos, lo que a su Hijo le tocaría padecer, por mantenerse fiel al Amor que predicó. Pero que, a pesar de todo, lo iba a acompañar, sostener y cuidar hasta el final.

Dios ha prometido cuidar siempre de los hombres, especialmente de cuantos sufren o atraviesan dificultades. Y lo cumplirá. Cuando nos veamos desbordados por los problemas o las angustias de la vida, nunca pensemos que Dios guarda silencio. Sólo es la primera parte del salmo. Falta aún la segunda. Y Dios es fiel hasta el final.

Fuente: Revista TIERRA SANTA, N. 743 [2000] 64-68.