Visitando en Bruselas la espléndida exposición consagrada a la obra de Rubens, bajo el título de "El taller del genio", no dejé de pensar en la obra de Velázquez, cuya exposición actual en Madrid merece también el recuerdo explícito de su genialidad. Imagino que muchos visitantes han experimentado en Bruselas un sentimiento semejante al mío: es muy difícil admirar la genialidad del belga sin pensar automáticamente en la genialidad del español. Flamenco el uno y andaluz el otro, ambos fueron de manera eminente no solamente europeístas, sino constructores de Europa. Prueba de ello es la importancia que el uno como el otro dieron a sus larguísimas estancias de inspiración y trabajo en Italia, auténtica nodriza de la pintura y de la literatura europeas por aquél entonces, y de las dos visitas de Rubens a la corte de Madrid, sirviéndole como guía, en la segunda de ellas, la más importante, el joven Velázquez. Como espectadores admiramos el altísimo nivel pictórico de cada uno de los dos maestros. Los historiadores logran mostrarnos la relación de este nivel con la gran estima mutua entre los dos genios, cuya gran diferencia de edad -22 años- fue una ayuda fertilísima más que un obstáculo. El hecho fue que los consejos del genio flamenco marcaron para siempre la vida artística del genial pintor andaluz. En 1628, Peter Paul Rubens se desplaza a Madrid. Guiado por el joven Velázquez, visita detenidamente el monasterio de El Escorial, donde admira con él los tesoros de la pinacoteca real, entre los cuales se encuentran las mejores obras de los grandes pintores renacentistas italianos, especialmente de Tiziano. Este gran pintor no solamente había sido uno de los favoritos de Carlos I, sino que ejercía ya una influencia evidente en la pintura de Velázquez. Sin dudarlo, Rubens aconseja a Velázquez que visite Italia, para continuar su formación, que no se centre únicamente en el influjo español, sino que indague en la pictórica renacentista, para poder dar un giro completo a su carrera. Es muy probable que fuera también Rubens quien aconsejara a Velázquez sobre la ejecución de Los Borrachos, un cuadro cuya concepción marcó un cambio de rumbo en la vida artística del joven andaluz. Algunos historiadores pretenden que también fue Rubens quien intercedió ante el rey de España para que permitiera a Velázquez su viaje a Italia. Conociendo este hecho, que ilustra ejemplarmente la fertilidad de una amistad sincera entre creadores de generaciones y pueblos diferentes, se tiende a pensar en las grandes amistades que el ejemplo de estos dos grandes hombres puede suscitar hoy entre belgas y españoles de generaciones diferentes, deseosos de repetir la exaltante forma de vida que ellos vivieron consagrada a la creación. -oOo- La icono-cronología que publico aquí constituye mi contribución personal como colaborador de Wikipedia a la mejora de la página española existente consagrada a Velázquez. He controlado y explicitado la cronología; he añadido trece fotografías de mi propia cosecha y he establecido todos los lazos de navegación necesarios. 1618 1619 1620 La mulata, hacia 1620, óleo sobre lienzo, 55 x 118 cm, National Gallery of Ireland, Dublín 1622 1624 1628 El triunfo de Baco o «Los borrachos», 1628-1629, óleo sobre lienzo, 165,5 x 227,5 cm, Museo del Prado, Madrid Vista del jardín de la Villa Medicis, en Roma. Hay dos lienzos al óleo con este título, ambos datados en 1630 y que se conservan en el Museo del Prado de Madrid. Con el n.º de inventario 1210 aparece el que mide 48,7 x 43 cm; con el n.º 1211, el que mide 44,5 x 38,7 cm. 1630 Doña María de Austria. O La infanta Doña María (hermana del rey), o Doña María de Austria, reina de Hungría, 1630 (?), óleo sobre lienzo, 59,5 x 45,5 cm, Museo del Prado, Madrid 1631 Felipe IV en marrón y plata. También: Felipe IV, llamado «Silver Philip», 1631-1632, óleo sobre lienzo, 199,5 x 113 cm, National Gallery, Londres 1632-1633 Cristo crucificado o La Crucifixión, h. 1632 (otras fuentes: 1630), óleo sobre lienzo, 250 x 170 cm, Museo del Prado, Madrid Felipe IV, cazador. También: Felipe IV en traje de caza, h. 1632-1633, óleo sobre lienzo, 189 x 124,2 cm, Museo del Prado, Madrid 1634-1635 Felipe IV a caballo. También: Felipe IV, a caballo y Retrato ecuestre de Felipe IV, 1634-1635, óleo sobre lienzo, 303,5 x 317,5 cm, Museo del Prado, Madrid El príncipe Baltasar Carlos a caballo. También: El príncipe Baltasar Carlos, a caballo y Retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos, 1634-1635, óleo sobre lienzo, 209,5 x 174 cm, Museo del Prado, Madrid La rendición de Breda o «Las lanzas», 1634-1635, óleo sobre lienzo, 307,5 x 370,5 cm, Museo del Prado, Madrid 1635 El príncipe Baltasar Carlos cazador. También: El príncipe Baltasar Carlos, cazador y Baltasar Carlos en traje de caza, 1635-1636, óleo sobre lienzo, 191 x 102,3 cm, Museo del Prado, Madrid Juan Martínez Montañés, junio de 1635-enero de 1636, óleo sobre lienzo, 110,5 x 87,5 cm, Museo del Prado, Madrid 1636 Pablo de Valladolid, hacia 1636-1637, óleo sobre lienzo, 212,4 x 125 cm, Museo del Prado, Madrid 1637 El bufón Calabacillas, llamado erróneamente el Bobo de Coria. O, simplemente, Juan de Calabazas, h. 1637-1639, óleo sobre lienzo, 106,5 x 82,5 cm, Museo del Prado, Madrid 1639 Menipo, 1639-1641, óleo sobre lienzo, 178,2 x 93,5 cm, Museo del Prado, Madrid Esopo, h. 1639-1641, óleo sobre lienzo, 179,5 x 94 cm, Museo del Prado, Madrid 1643 Francisco Lezcano, el Niño de Vallecas. O, simplemente, Francisco Lezcano, h. 1643-1645, óleo sobre lienzo, 107,4 x 83,4 cm, Museo del Prado, Madrid 1644 Venus del espejo, h. 1644-1648 (otras fuentes, h. 1650), óleo sobre lienzo, 122,5 x 177 cm, National Gallery, Londres El sueño de Aracné o «Las hilanderas». O también La fábula de Aracné, h. 1644-1648, óleo sobre lienzo, [167 x 252 cm], 222,5 x 293 cm (con los añadidos), Museo del Prado, Madrid 1645 1649 1650 1652 1653 1656 1659 1660 |