viernes, mayo 30, 2008

Moral y moralejas del árbol caído

Moral y moralejas del árbol caído

Permalink 29.05.08 @ 23:59:00. Archivado en Europa, Universidades, Pragmática, España, Energías renovables, Educación, Arquitectura y urbanismo, Pro justitia et libertate

Soy muy consciente de que estoy en deuda con mis lectores, por haber publicado un artículo, bajo el título seriado La gallardía de Gallardón 1/2, sin haberles procurado hasta hoy el artículo siguiente, que esta evocación de una serie equivalía a dar por anunciado, en el denominador del quebrado 1/2.

Hice este anuncio el 16.01.08, es decir, en el momento en que Gallardón ofrecía a Rajoy su ayuda, para luchar en pro de su candidatura como futuro presidente del gobierno español.

La intervención de Esperanza Aguirre, ofreciendo el mismo servicio que Alberto Ruíz Gallardón a Mariano Rajoy; la transformación de esta oferta en una puja; la no aceptación de ninguna de la dos ofertas y su reemplazo por la introducción de un financiero exterior al partido, como ayudante directo de Rajoy en sus pretensiones electorales, me hizo temer lo peor. Pensé inmediatamente que me encontraba ante unos hechos cuyo relato necesitaría, de parte de quien lo escribiera, la estructura de una crónica cuya diegetica fatalista sería la de una muerte electoral anunciada.

Entiéndase que lo peor de esta crónica no nos afectaba a quienes nos considerábamos electores libres, sino que estaba reservado para el propio Rajoy, para el PP en su conjunto y para los electores cautivados por sus promesas, expresión que prefiero a la de "electores cautivos", que me parece ofensiva.

Confieso llanamente que mi sentimiento de incomprensión de esta tragicomedia fue tan grande, que me prometí renunciar a escribir mi artículo 2/2 de la serie anunciada, mientras no llegara a comprender mínimamente los resortes genéticos de la "crónica de la muerte anunciada" que yo intuí desde el comienzo del drama.

Esta mañana, siguiendo los desayunos de televisión española, pilotados por Pepa Bueno, comprendí por fin uno de los aspectos más elocuentes del sicodrama que está viviendo el mayor partido de la oposición española.

Un locutor estrella de la cadena COPE, de cuyo nombre no quiero acordarme, no se contenta con hacer leña del árbol caído, que es como considera al PP, en sintonía con los enemigos de este partido, desde su fracaso electoral del 9 de marzo, sino que por lo visto desde hace cuatro años venía intentando derribar uno de los árboles más vivos de este partido, para hacer leña con él.

Ahora bien, este árbol electoralmente vivo, que no muerto ni caído, era y es precisamente Alberto Ruíz Gallardón, actual alcalde de Madrid y antiguo presidente de la Comunidad madrileña, mandato que ocupó inmediatamente antes que Esperanza Aguirre, habiendo ganado ambas elecciones madrileñas, la de presidente y la de alcalde, frente a candidatos socialistas. El tal locutor de la COPE venía ensañándose con él desde hacía cuatro años, porque Alberto Ruíz Gallardón no compartía con él las tesis que el tal locutor sostenía sobre el fracaso electoral del PP hace cuatro años. Aún peor como injuria, el tal locutor había ofendido gravemente a Gallardón, atribuyéndole una ambición política que anteponía a su respeto por las víctimas del 11-M.

Como era de esperar, Gallardón ha pedido a la justicia que lave su honor de esta gravísima afrenta. El tal locutor, creyendo que su tarea de leñador de árboles vivos sería compartida por colegas populares de Gallardón los ha hecho intervenir en el juicio. Gallardón ha tenido la satisfacción de comprobar que sus colegas no comparten las intenciones malévolas del leñador de marras.

Estoy convencido de que la justicia lavará el honor de Alberto Ruíz Gallardón, no solamente declarando culpable de acusaciones falsas al locutor estrella de la COPE, sino estableciendo el relato verídico de la tragicomedia que ha servido de contexto a estas acusaciones, tragicomedia cuyo peor resultado ha sido el que se divulgue la especie de que Alberto Ruíz Gallardón, Mariano Rajoy y todo el Partido Popular son árboles caídos de los que cualquier atrevido como este locutor puede hacer leña.

El mayor beneficio de este juicio será tanto para el partido Socialista, hoy en el poder, como para la democracia española, porque ambos disfrutarán en el palacio del Congreso con una oposición democrática viva y revitalizada.

Moral del árbol caído

Latín: Cadenti porrige dextram. ● Da dextram misero. ● Iniquum est collapsis manum non porrigere.

Español: No hagas leña del árbol caído. Échale tu mejor mano al que ha caído. Dale tu mano derecha al desgraciado. Es inicuo no echarle una mano a los caídos.

Portugués: Estende tua mão ao homem que cai.

Moralejas del árbol caído (1)

Cualquiera hace leña del árbol caído: La literatura latina es particularmente rica sobre este tema, brindando diversas locuciones apoyadas bien sobre el ablativo absoluto "arbore" ('árbol') o sobre el mismo caso de "quercu" ('encina', prototipo del árbol resistente). La transformación zoomorfa del árbol más resistente da como resultado la aparición del actante "leone" (ablativo de leo, leonis 'león'), el más fuerte de los animales, cuyo antagonista particularmente débil es la 'liebre', cuyo ablativo latino es "lepore". La transformación antropomorfa de la 'liebre' es el 'vulgo', cuyo antagonista es el 'desvalido'.

Latín {Deiecta quivis arbore ligna legit. Deiecta arbore, quivis ligna colligit. [Rezende 1165] ● Deiecta quivis arbore ligna legit. [DAPR 127] ● Arbore deiecta, ligna quivis colligit. [Erasmo, Adagia 3.1.86] ● Arbore deiecta, quilibet ligna colligit. [Schrevelius 1181] ● Ruente quivis ligna colligit arbore. ● Deiecta arbore, quivis ligna colligit. ● Deiecta quivis arbore ligna legit. ● Ruente quivis ligna colligit arbore.

● Cadente quercu quilibet ligna colligit. ● Cadente quercu, quilibet lignatum adest. [Apostólio 7.38] ● Quercu iacente omnes eunt petitum ligna. ● Quivis ruentis ligna quercus colligit. ● Quercu iacente omnes eunt petitum ligna. ● Quivis ruentis ligna quercus colligit.

● Mortuo leoni etiam lepores insultant. [Erasmo, Adagia 4.7.82] ● Audet vel lepus exanimo insultare leoni. Audet vel lepus exanimi insultare leoni. [Manúcio, Adagia 1153] Et lepores audent caeco insultare leoni. ● Leo a leporibus insultatur mortuus. ● Leoni mortuo et lepores insultant.

● Vulgus sequitur fortunam, et odit damnatos.}

Español {Del árbol caído todos hacen leña. Del arbol caido todos quieren hacer leña. Del árbol caído todos cortan ramas. Del árbol caído, todos hacen su asiento. Al caído todos se le atreven. Es fácil arrojar piedras sobre quien está caído.}

Portugués {Quando a árvore está caída, qualquer um colhe a lenha. De árvore caída todos fazem lenha. Em pau caído todo o mundo faz graveto. À árvore caída todos vão buscar lenha. De leão morto até as lebres saltam em cima. A leão morto até a lebre se atreve a insultar. Cão mordido, todos o mordem. Leão moribundo, cachorro lhe mija.}

Italiano {Sopra l'albero caduto ognuno corre a far legna
"Ognum corre a far legna / All'albore che il vento in terra getta" (Ariosto, Orlando Furioso)}

Francés {Quand l'arbre est tombé, tout le monde court aux branches. Quand l’arbre est tombé, chacun court aux branches. Battre quelqu'un à terre}

Inglés {When the tree is fallen, everyone goes to it with his hatchet. Everyone gives a push to a falling man. When the ox falls, here are many that will help to kill him}

Alemán {Wenn der Baum gefallen ist, so macht ein jeder Holz}

-oOo-

(1) moraleja. (De moral 1 + -eja).1. f. Lección o enseñanza que se deduce de un cuento, fábula, ejemplo, anécdota, etc

moral 1. (Del lat. morālis).1. adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia.

-ejo, ja. (Del lat. -icŭlus).1. suf. Tiene valor diminutivo y despectivo, en sustantivos y adjetivos. Animalejo, diablejo, medianejo. En algunas palabras no se conserva el valor diminutivo o despectivo. Festejo.

DRAE

La palabra griega que significa moraleja es epimycion (epi- + mythos) sn. 'lo que se sigue de un mito', 'moral de una fábula'

Una moraleja es una enseñanza que el autor quiere transmitir como conclusión de su obra y se emplea principalmente en obras didácticas normalmente dirigidas a niños, como fábulas y poemas infantiles.

La moraleja en sí, es un mensaje transmitido o una lección que se aprende de una historia o de un acontecimiento. La moraleja se puede dejar al oyente, lector o espectador a determinar por sí mismo, o puede ser encerrada en una máxima. Como un ejemplo de ésta, en el final de la fábula de Esopo de "La Tortuga y la Liebre", en la que la lenta y decidida tortuga gana una carrera contra la mucho más rápida y arrogante liebre, una de las moralejas que pueden deducirse es que "Más vale modestia y perseverancia, que orgullo y descuido" o bien que "la lentitud y constancia dan el triunfo".

Wikipedia.