¿Salida de la crisis política belga?
20.12.07 @ 23:58:18. Archivado en Universidades, Hispanobelgas, Sociogenética, Pro justitia et libertate
Si la pregunta es clara, la respuesta también lo es:
¿Bélgica ha salido de su crisis política con Verhofstadt?“Verhofstadt es el último cartucho del Rey"
-oOo-
Diálogo entre Christian Laporte, del diario “Le Soir”, con Pascal Delwit.
Pascal Delwit es profesor de ciencia política de la Universidad libre de Bruselas y decano de su facultad de ciencias sociales, políticas y económicas. Los principales temas de investigación de Pascal Delwit son tanto la vida y la evolución de los partidos políticos en Bélgica y en Europa, como el estudio del comportamiento electoral.
Traducción y adaptación de Salvador García Bardón.
“Inédito: el equipo antes que el programa!”
La más lenta en cuajar de las formaciones de un equipo gubernamental belga perturbó los usos y costumbres de la sede del primer ministro. La euforia del momento no puede ser sino momentánea
Para Pascal Delwit, es importante que el mundo político saque todas las conclusiones de los seis meses de crisis. Y que no repita ciertos errores.
Esta vez, hay gobierno… ¿Se puede decir que se salió de la crisis?
Formalmente sí, puesto que cinco partidos se han declarado dispuestos a emprender una experiencia de tres meses que podría prolongarse. Al nivel simbólico, es obviamente importante tener un Gobierno antes de las fiestas de final de año. Por fin, los políticos van a poder ocuparse del presupuesto y de las problemáticas que afectan directamente a los ciudadanos. Pero al mismo tiempo, no se podrá perder de vista que este Gobierno ha nacido en el dolor y que su formación ha escenificado en numerosas ocasiones relaciones interpersonales y partidistas rayanas en lo execrable. ¡En fin, sin querer perturbar la euforia del momento, hay que señalar, sin embargo, que es un Gobierno que nace no sólo sin acuerdo, sino incluso sin programa!
¿De nuevo un “estreno” belga?
Pues sí; en circunstancias en que los Gobiernos anteriores se equipaban de una biblia programática antes de pedir la confianza del Parlamento, este gobierno transitorio afronta la situación echando mano de algunas vagas declaraciones de intención, en las que cada partido pone de relieve lo que le parece prioritario…
Otra característica inédita: es un Gobierno provisional…
Lo que implica también muchas cuestiones: se dice que se inatala por tres meses, ¿pero cuándo y cómo se efectuará el paso del testigo entre Guy Verhofstadt e Yves Leterme? ¿No será en plena negociación comunitaria? ¿No se corre el riesgo de ver surgir nuevos golpes retorcidos y notas falsas como se han visto a lo largo de la crisis de estos seis últimos meses? Sin olvidar que el Gobierno Verhofstadt III se lanza en una famosa carrera contra reloj. Si el equipo existente se propone absolutamente realizar una nueva reforma del Estado, será necesario que ésta esté concluida a más tardar en septiembre o en octubre próximos, ya que si no se estará en plena campaña para las regionales y se corre el riesgo de chocar, una vez más, contra el muro.
La salida de la crisis fue todo excepto fácil. ¿Eso no predice un futuro delicado para Verhofstadt III?
El martes, al principio de la noche, había tantas exclusivas recíprocas, que se pensaba que la situación era inextricable; luego, en un último sobresalto, todo el mundo obviamente rebajó la fuerza de su vino con agua, para entenderse con los demás.
Pero eso muestra de hecho el carácter frágil del nuevo ejecutivo federal…
¿Su composición asimétrica no corre el riesgo también de debilitarlo?
Al examinar esta salida de crisis, cabe preguntarse si no se tocaron los límites de una serie de experimentaciones políticas. Podría suceder algo parecido a lo que sucedió con el desdoblamiento de las elecciones federales y regionales en 2003-2004, desdoblamiento que condujo a mayorías diferentes a distintos niveles, con las complicaciones inherentes a tal tipo de fenómenos. Resulta que ahora se encontrarán los socialistas francófonos en el Gobierno, mientras que sus homólogos neerlandófonos no estarán. Lo menos que cabe pensar es que eso no facilitará la localización de la familia socialista en nuestro país.
Después de todo, el CDH (Centro Demócrata Humanista) y el PS (Partido Socialista) salen de apuros lo mejor posible, puesto que se encuentran en adelante a todos los niveles del poder. ¿Como un… cártel que no confiesa su nombre?
Si se confirma la elección de Josly Piette, con su pasado sindical que le sitúa más bien a la izquierda del CDH, habrá una determinada convergencia de la izquierda en el seno de la formación Verhofstadt III. La ambición del MR (Movimiento Reformador) de descolgar al CDH del PS como alternativa para las futuras mayorías regionales no se realizó, lo cual no es necesariamente una buena noticia para Didier Reynders.
¿Qué grandes lecciones saca usted de estos seis meses de crisis política?
Uno de los elementos principales que habrá que tener en cuenta en el futuro y, en particular, en las negociaciones comunitarias, es la situación muy diferente de los partidos y también de las opiniones públicas al norte como al sur del país. Es necesario que los francófonos se den cuenta por lo menos de que sus compatriotas del norte tienen una visión de su destino muy diferente de la suya propia. Seguir negándolo volverá aún más compleja si no imposible la formación de gobiernos federales en el futuro.
¿Y en lo que concierne a los partidos?
Es innegable la gran debilidad del liderazgo del CD&V (Partido Cristiano Demócrata Flamenco): Yves Leterme en dos ocasiones y también Jean-Luc Dehaene y Herman Van Rompuy teóricamente habrían podido celebrar acuerdos que empujaran hacia arriba, pero prácticamente no pudieron hacerlo.
Es difícil creer que se trate del mismo partido (el Cristiano-Demócrata Flamenco) que ha dado prácticamente todos los Primeros Ministros desde el final de la Segunda Guerra Mundial… Yves Leterme en su complejidad personal ha demostrado sus límites y ¿qué pensar entonces de Jo Vandeurzen?
¿ Pero el problema no venía del cártel concluido con los separatistas del N-VA (Alianza Neo-Flamenca)?
¡Desde un punto de vista político, se conocían los riesgos y los peligros de semejante cártel, y sin embargo fue muy sorprendente llegar a tener la divertida impresión estas últimas semanas de que era el N-VA el que estaba maniobrando!
- oOo-
“El último cartucho del Rey”
Para Pascal Delwit, seguramente Alberto II ha sufrido la crisis más que dominarla, pero es cierto que su tarea ha distado mucho de ser fácil…
“Hay que decir que el Rey ha seguido la coherencia que se podía esperar de él en sus distintas gestiones. Así, era lógico confiar una misión de información a un representante del partido francófono victorioso (Didier Reynders); luego, era lógico que nombrara a un formador procedente de las filas del principal partido flamenco (Yves Leterme). Luego, la cosa se complicó singularmente. ¿Quién habría podido prever un similar imbroglio? En este contexto, el Rey hizo subir en línea directa a Jean-Luc Dehaene. ¿Recurrió demasiado pronto al antiguo Primer Ministro? No nos incumbe aún escribir la Historia…”
En cuanto a la elección final de Guy Verhofstadt (Open VLD: Abierto Liberales y Demócratas Flamencos) para aclarar finalmente la inextricable madeja y crear un Gobierno provisional, el politólogo de la Universidad Libre de Bruselas considera que el Rey no tenía ya muchas posibilidades de elección, después de la retirada de Yves Leterme.
“Era obviamente uno de sus últimos cartuchos. Con el riesgo siempre de permanecer con las manos vacías ante las crispaciones de los unos y de los otros… Pues fue necesario jugar sobre seguro, teniendo en cuenta los órdenes del día de los unos y de los otros…”