"La rendición de Breda" según Velázquez, detalle de SGB
Velázquez desarrolla el tema de la confrontación directa de vencedores y vencidos, en el acto simbólico de la rendición de Breda, sin vanagloria ni sangre. Los dos protagonistas, el general holandés y el general español, están en el centro de la escena y más parecen dialogar como amigos que como enemigos. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante, el general hispanoitaliano de Spinola, que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse.
Esta escenificación diplomático-militar, altamente simbólica de una opción deontológica, significa una ruptura inequívoca con la escenificación tradicional del héroe militar triunfante, que solía representarse erguido sobre el derrotado, humillándolo. Igualmente, por su calor humano, se aleja del hieratismo que dominaba los cuadros de batallas.
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Como rendición holandesa, preferimos la de Breda a la del Mundial.
Como europeos y como universalistas nos cuesta trabajo pasar de la admiración ante la noble rendición holandesa de Breda a la repugnancia ante la ignoble rendición del Mundial.
De Jong, pateando a Xabi Alonso, escenifica el juego sucio de los malos perdedores
Foto escogida por Johan Cruyff para su artículo crítico: De Jong patea brutalmente el pecho de Xabi Alonso en una jugada que sólo le valió la amarilla, ayer. REUTERS / David Gray
Johan Cruyff: "Ese estilo feo, ramplón, duro, hermético, poco vistoso, poco futbolístico (vale, es una manera de jugar y hasta de ganar, pero no la comparto), sí les sirvió a los holandeses para desquiciar a España. Si con eso se conformaban, vale, pero acabaron perdiendo. España, tras 20 minutos estupendos, en los que jugaron como equipo y, sobre todo, en los que con un solo delantero (Villa) parecían, como es costumbre en ellos, jugar con cinco atacantes, aceptó el cambio de golpes y entró en la provocación. Y España se partió. Sus líneas quedaron desconectadas. Todos estaban separados por diez metros o más. No se encontraban, no llegaban a la presión. Los sacaron de quicio. Y por un buen rato. Unos practicaban el antifútbol al considerar que era la única manera de sobrevivir y los otros, los favoritos, vivían en un escenario que les sonaba demasiado por detestable, por feo. Por eso se llegó al 0-0, porque los que querían no podían."
Fuente: Johan Cruyff:'El que más se lo merece'www.elperiodico.com/es/noticias/deportes/20100712/cruyff-...
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Como rendición holandesa, preferimos la de Breda de 1625 a la del Mundial de 2010
1. "La rendición de Breda" como modelo deontológico
Para Velázquez, no sólo pintor real sino también diplomático y humanista, la rendición de Breda fue un acto de honor militar presidido por la cortesía entre los vencedores Españoles y los vencidos Holandeses. Justino de Nassau, general de los Holandeses, capituló el día 5 de junio de 1625. Fue una capitulación honrosa que el ejército español reconoció como tal.
Una copia del cuadro que representa este hecho histórico se encuentra en el interior de la Colegiata-Catedral o gran iglesia de Breda, llamada "Onze Lieve Vrouwe Kerk" = 'Église Notre-Dame'. El espléndido original de este cuadro, pintado por Velázquez entre 1634 y 1635, para la decoración del denominado Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, pertenece actualmente al museo del Prado.
Velázquez desarrolla el tema sin vanagloria ni sangre. Los dos protagonistas están en el centro de la escena y más parecen dialogar como amigos que como enemigos. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse. En este sentido, es una ruptura con la tradicional representación del héroe militar, que solía representarse erguido sobre el derrotado, humillándolo. Igualmente se aleja del hieratismo que dominaba los cuadros de batallas.
Velázquez representa con realismo al general Spínola, al que conocía personalmente, pues habían viajado juntos a Italia en 1629. Un realismo semejante, con caracterización individual de los personajes secundarios, se aprecia en los rostros de los soldados, que están tratados como retratos
Asedio y rendición de Breda
"Felipe IV nombró como jefe supremo de la expedición a Breda al mejor estratega a su servicio conocido en aquella época, al aristócrata genovés Ambrosio de Spinola, que se puso al mando de 40.000 hombres más un buen número de generales españoles, como el marqués de Leganés y don Carlos Coloma, militares muy famosos.
La ciudad de Breda estaba defendida por Justino de Nassau, de la casa de Orange. El cerco y sitio a la ciudad fue una lección de estrategia militar. Algunos generales de otras naciones acudieron allí en calidad de lo que hoy se entiende como «agregado militar», para conocer y observar la táctica del gran Spinola. Lo principal era impedir que hasta el sitio llegaran refuerzos de víveres y municiones. Para ello se realizaron una serie de acciones secundarias; una de las que más éxito tuvo fue el anegar los terrenos inmediatos e impedir así el paso a la posible ayuda.
Las crónicas de la época cuentan que la defensa de Breda llegó a ser heroica, pero la guarnición tuvo que rendirse y levantar la bandera. Justino de Nassau capituló el día 5 de junio de 1625. Fue una capitulación honrosa que el ejército español reconoció como tal, admirando en su enemigo la valentía de los asediados. Por estas razones permitió que la guarnición saliera formada en orden militar, con sus banderas al frente. Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. Las crónicas cuentan también el momento en que el general español Spinola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin humillación. Este es el momento histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro."
Fuente: Wikipedia: "La rendición de Breda" según Velázquez.
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2.Vuelta al modelo deontológico de "La rendición de Breda"
No nos cabe ninguna duda de que la visión de Velázquez, gran amigo y conocedor tanto de los Países Bajos como de los protagonistas del episodio diplomático militar de su obra "La rendición de Breda", ha contribuido sociogenéticamente de manera extraordinaria al prestigio moral de la nación holandesa.
Tampoco nos cabe duda de que el espectáculo multimediático del comportamiento de la selección holandesa, en su confrontación con la selección española, durante la prueba suprema del Mundial de fútbol 2010, ha dañado peligrosa e injustamente la imagen moral de la nación holandesa actual.
Creemos que "La rendición de Breda" escenifica la grandeza de dos pueblos europeos en un momento muy difícil de su Historia, mientras que "La rendición holandesa del Mundial 2010" escenifica un gravísimo problema deontológico del fútbol mundial, que puede dañar gravemente, si la Fifa no lo supera con un solemne acto de reparación, las causas del universalismo moral y de la todavía frágil convivencia ciudadana europea.
A nuestro modesto entender de promotores de la deontología, muy preocupados por la evidente deriva moral del fútbol profesional globalmente comercializado, este acto de reparación debe ser organizado cuanto antes por las dos selecciones nacionales de fútbol, solicitadas y patrocinadas por la Fifa.
El acto consistiría en un encuentro amistoso de exhibición técnica y estética del modelo futbolístico ofrecido actualmente a la juventud como el más artístico. Este modelo de gran espectacularidad, conocido y practicado por ambas selecciones nacionales en sus mejores días de juego, parece ser el de la escuela holandesa, traído a España por el excelente ex entrenador holandés del Barça Johan Cruyff, discípulo y emblema de "la naranja mecánica". El mismo modelo ha sido enriquecido y socializado en Barcelona y en Madrid por los españoles Josep Guardiola, actual entrenador del Barça e incontestable heredero futbolístico directo de Johan Cruyff, como "jefe de orquesta" de su "Dream Team", y por Vicente del Bosque, figura emblemática de la humanización y valorización deontológica del modelo como seleccionador nacional.
Se han de tomar como testigos de esta reconciliación los espectadores del mundo entero, empleando los mismos medios multimediáticos que retransmitieron el partido final del Mundial 2010.
Es imprescindible que este encuentro de reparación tenga una escenografía explícita de reconciliación entre los futbolistas que se han visto confrontados en "momentos de enemistad". La mejor manera de subrayar esta escenografía, que podría culminar el acto, sería el acompañarla con piezas musicales de grandes autores tanto holandeses como españoles. Los dos himnos nacionales serían seguidos por el himno de la Unión Europea, cuyo autor es el alemán de origen flamenco Ludwig van Beethoven (1).
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(1) El 7 de mayo de 1824, diez años después de la Octava Sinfonía, Beethoven presenta en el Teatro de la Corte Imperial de Viena su Novena Sinfonía en RE Menor, Op. 125 -posteriormente conocida como “Coral”- cuyo cuarto y último movimiento concibió para ser interpretado por un coro y solistas, basándose en la "Oda a la Alegría", escrita por Friedrich von Schiller en 1785. Este cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven fue adoptado en 1985 como Himno de la Unión Europea (UE), siendo interpretado por primera vez de manera oficial el 29 de mayo de ese mismo año.
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18.07.10 @ 10:30:03. Archivado en Europa, España, Sociogenética, Convivencias europeas, Educación, Pro justitia et libertate, Geopolítica, África, Deportes