sábado, octubre 27, 2007

Premiar para acercar los pueblos

Premiar para acercar los pueblos

Permalink 27.10.07 @ 20:00:00. Archivado en Escritura bloguera, Universidades, Sociogenética, Tecnologías, Pro pace, Religiones, Educación, Novela, Pintura, Cuento

Los "Premios Príncipe de Asturias" pretenden ser un instrumento de diplomacia cultural y universitaria, puesto entre las manos del heredero de la Corona española y ejemplarmente escenificado por el pueblo asturiano, como representante de todos los pueblos de España, en el lugar que simboliza su recuperación de la libertad.

Estoy convencido de que la cultura, y la universidad como garante de su vitalidad, desempeñan un papel importante en lo que se llama “la diplomacia soft” o “la diplomacia paralela”, que no es la de los políticos, sino la diplomacia más directa de los pueblos, en cuanto fieles receptores del pasado e inventivos creadores del futuro, cuando asumen los compromisos universalistas de la vocación universitaria.

En el caso concreto de los "Premios Príncipe de Asturias" se pretende acercar los pueblos y culturas de todo el planeta a España y también difundir la cultura y civilización españolas en dichos pueblos y culturas. De este modo, a través del apoyo moral a la Concordia, a la Comunicación y Humanidades, a la Cooperación Internacional, a las Ciencias Sociales, a la Investigación Científica y Técnica, a las Artes, a las Letras, y a los Deportes, los "Premios Príncipe de Asturias" contribuyen a potenciar los lazos de cooperación e intercambio entre España y el resto del mundo.

Los premiados de 2007

- Concordia : Yad Vashem. Museo de la Memoria del Holocausto de Jerusalén. Por ser recuerdo vivo de una gran tragedia histórica y su tenaz labor para promover la superación del odio, del racismo y de la intolerancia.

- Comunicación y Humanidades : Science y Nature. Por impulsar y difundir "las grandes conquistas científicas de la humanidad, acercando de este modo la ciencia a la vida".

- Cooperación Internacional : Al Gore. Por su visible lucha por el cambio climático.

- Ciencias Sociales : Ralf Dahrendorf. Por su contribución a las Ciencias Sociales y su empeño en lograr una Europa donde arraiguen y se defiendan los derechos y libertades.

- Investigación Científica y Técnica : Peter Lawrence y Ginés Morata. Por su trabajo sobre el papel de las células en la formación de los miembros del cuerpo.

- Artes : Bob Dylan. Por conjugar la canción y la poesía en una obra que ha creado escuela y ha determinado la educación sentimental de muchos millones de personas.

- Letras : Amos Oz. Por el uso que ha hecho de la lengua hebrea como "brillante" instrumento para el arte literario.

- Deportes : Michael Schumacher. Por su espectacular trayectoria en fórmula 1 y su solidaridad con los desfavorecidos. Es enviado especial de la Unesco para la Educación y los Deportes.

-oOo-

El escritor israelí Amós Oz presentó la literatura como la mejor manera de acercar los pueblos, puesto que su arte consiste en imaginar al prójimo, que es a su vez la mejor manera de evitar las tragedias de la incomprensión. Precisamente la tragedia árabe-judía consiste para Amós Oz en la incapacidad de muchos de los interesados, judíos y árabes, de imaginarse unos a otros. Lo mismo cabe decir de las tragedias que oponen a muchos otros pueblos hermanos a través del mundo.

Como sublime poeta que es, Amós Oz se valió de la más sencilla de las alegorías, la de dos mujeres, una palestina y otra israelí, en el gesto de asomarse a sus respectivas ventanas, para satisfacer su natural curiosidad, observando la vida de sus vecinos de enfrente:

"Como lector no sólo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza.

Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños.

Y por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos. Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino también en una persona más humana.

Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos de nosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginar realmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada poca curiosidad."

-oOo-

Imagen: "La mujer asomada a la ventana" de Salvador Dalí.

-oOo-

La mujer de la ventana
Discurso de Amos Oz, Premio Príncipe de Asturias de las Letras
26/10/2007

Si adquieres un billete y viajas a otro país, es posible que veas las montañas, los palacios y las plazas, los museos, los paisajes y los enclaves históricos. Si te sonríe la fortuna, quizá tengas la oportunidad de conversar con algunos habitantes del lugar. Luego volverás a casa cargado con un montón de fotografías y de postales.

Pero, si lees una novela, adquieres una entrada a los pasadizos más secretos de otro país y de otro pueblo. La lectura de una novela es una invitación a visitar las casas de otras personas y a conocer sus estancias más íntimas.

Si no eres más que un turista, quizá tengas ocasión de detenerte en una calle, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad y ver a una mujer asomada a la ventana. Luego te darás la vuelta y seguirás tu camino.

Pero como lector no sólo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza.

Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños.

Y por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos. Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino también en una persona más humana.

Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos de nosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginar realmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada poca curiosidad.

Los judíos y los árabes tienen algo en común: ambos han sufrido en el pasado bajo la pesada y violenta mano de Europa. Los árabes han sido víctimas del imperialismo, del colonialismo, de la explotación y la humillación. Los judíos han sido víctimas de persecuciones, discriminación, expulsión y, al final, el asesinato de un tercio del pueblo judío.

Cabría suponer que dos víctimas, y sobre todo dos víctimas de un mismo perseguidor, desarrollarían cierta solidaridad entre ellas. Desgraciadamente las cosas no son así, ni en las novelas ni en la vida real. Por el contrario, algunos de los conflictos más terribles son aquellos que se producen entre dos víctimas de un mismo perseguidor. Los dos hijos de un progenitor violento no tienen por qué amarse necesariamente. Con frecuencia ven reflejada el uno en el otro la imagen del cruel progenitor.

Exactamente así es la situación entre judíos y árabes en Oriente Medio: mientras los árabes ven en los israelíes a los nuevos cruzados, la nueva reencarnación de la Europa colonialista, muchos israelíes ven en los árabes la nueva personificación de nuestros perseguidores del pasado: los responsables de los pogroms y los nazis.

Esta realidad impone a Europa una especial responsabilidad en la solución del conflicto árabe-israelí: en lugar de alzar un dedo acusador hacia una u otra de las partes, los europeos deberían mostrar afecto y comprensión y prestar ayuda a ambas partes. Ustedes no tienen por qué seguir eligiendo entre ser pro-israelíes o pro-palestinos. Deben estar a favor de la paz.

La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina de Nablus y puede ser una mujer israelí de Tel Aviv. Si desean ayudar a que haya paz entre las dos mujeres de las dos ventanas, les conviene leer más acerca de ellas. Lean novelas, queridos amigos, aprenderán mucho.

Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyese acerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza.

No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar el mundo. Lo que he sugerido es que creo que leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas necesitan urgentemente la paz.

Quiero agradecer a los miembros del jurado del premio Príncipe de Asturias que me hayan otorgado este maravilloso Premio. Muchas gracias y mis mejores deseos a todos ustedes. Shalom u-brajá.

Traducción del hebreo de Raquel García Lozano

-oOo-

Palabras finales del
Discurso de Avner Shalev, presidente del Museo del Holocausto, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia
26/10/2007

Excelencias:

Al extender nuestra mano con humildad y agradecimiento para recibir el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, nos embarga la sensación de una misión conjunta, expresión del creciente reconocimiento de que la memoria del Holocausto debe encontrar su justo lugar en la cultura de la humanidad.

En este premio hallamos la victoria de la tolerancia sobre el racismo, del amor sobre el odio, del bien sobre el mal. No sólo la maldad nazi histórica, específica y única, sino también la maldad que sobrevive y se renueva en nuestros tiempos del antisemitismo, el racismo y la xenofobia, en todo el mundo.

Nuestro mundo no puede ya tolerar ni sufrir, a comienzos del siglo XXI, un genocidio como el que está sucediendo estos días en Darfur.

Al decidir conceder a Yad Vashem el Premio, la Fundación Príncipe de Asturias manifiesta y proclama que la lucha contra los que siguen el camino de los nazis no compete únicamente a un organismo, a un pueblo o a una religión. Se trata de una lucha conjunta de toda la humanidad, en la que Yad Vashem desempeña una función primordial de vanguardia.

Damas y caballeros:

Dentro de poco mis compañeros y yo volveremos de Asturias a “nuestro” monte, el monte de la memoria, en Jerusalén. En nuestras manos ostentaremos y mostraremos ante todos el Premio que nos han otorgado.

Volveremos a Israel reforzados por la esperanza de que la memoria del Holocausto sigue calando, ahora con mayor vigor, en la conciencia internacional, y gracias a esto, estamos más cerca de que se cumplan las palabras de los profetas:

“Y convertirán sus espadas en rejas de arado,
y sus lanzas en hoces;
nación contra nación no alzará espada,
ni se adiestrarán más para la guerra".

-oOo-