miércoles, noviembre 29, 2006

Apretón de manos interreligioso

Apretón de manos interreligioso

Permalink 29.11.06 @ 17:45:00. Archivado en Pro amicitia universale, Religiones

El papa Benedicto XVI y el gran muftí de Turquía, Ali Bardakoglu, director de asuntos religiosos del Gobierno turco, se saludaron ayer en Ankara con un prolongado apretón de manos.

Foto de: REUTERS/PAWEL KOPCZYNSKI

Los dos hombres, vestidos de blanco y rodeados de sus delegaciones, mantuvieron durante varios minutos el apretón de manos de su cordial saludo, procediendo luego ante la prensa, tanto escrita como gráfica y televisual, al intercambio de regalos y a un diálogo improvisado.

Para comprender la espontaneidad de la entrevista, hay que señalar que el papa no acostumbra hacer declaraciones empleando la fórmula del diálogo improvisado, sino que generalmente apoya sus intervenciones sobre un texto escrito previamente.

Benedicto XVI y el gran muftí Ali Bardakoglu dialogaron alrededor de quince minutos, ante las cámaras de televisión, sobre la importancia del diálogo interreligioso.

El gran muftí, máxima autoridad religiosa musulmana en Turquía, se lamentó en primer lugar de la recrudescendia de la islamofobia, que presenta el Islam como una religión que fomentaría la violencia. Cabe interpretar esta queja, conociendo su reacción particularmente crítica a la cita medieval del discurso del papa en Ratisbona, como una sincera puesta a punto diplomática después del incidente. El gran muftí destacó también en su intervención de ayer que los responsables religiosos deberían "negarse a ser los instrumentos de las tensiones de la política internacional y contribuir a la solución de los problemas sociales".

No se olvide que, hace cosa de dos meses, el gran muftí Ali Bardakoglu calificó las palabras del Pontífice en la universidad de Ratisbona como «muy preocupantes, lamentables y desafortunadas, tanto para el mundo cristiano como para la paz de la humanidad». El gran muftí aseguró además entonces que el discurso del Papa parecía «el reflejo de la guerra santa y de una mentalidad de las Cruzadas que se encuentra escondida en su mente».

RESPETO FRATERNAL ENTRE CRISTIANOS Y MUSULMANES

El papa, por su parte, destacó ayer en su intervención que "el diálogo interreligioso e intercultural es una necesidad vital, de la que depende en gran parte nuestro futuro". Citando el concilio Vaticano II, recordó que "Cristianos y musulmanes pertenecen a la familia de los que creen en un Dios único". Como jefe de la Iglesia Católica consideró que "El mejor medio de progresar juntos es un diálogo auténtico entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad e inspirado en el deseo sincero de conocerse mejor unos a otros, respetando nuestras diferencias y reconociendo lo que tenemos en común".

Con una nueva cita medieval, el papa parece haber querido compensar el pasaje del discurso de Ratisbona que había provocado el desafortunado malentendido. Recordemos que en este pasaje histórico el papa se refería, sin sumarse a ellas, a las críticas hechas contra el islam por un emperador bizantino de la Edad Media, acusándolo de violencia y de no aportar "nada bueno".

Esta vez, ante el gran muftí de Turquía, el papa adujo un ejemplo de "respeto fraternal" entre cristianos y musulmanes, tomado igualmente de la Edad Media. Se trata del homenaje rendido en el siglo XIe por su antecesor Gregorio VII a la "gran benevolencia" manifestada por un príncipe musulmán de África septentrional hacia los cristianos que tenía bajo su jurisdicción.

"Las religiones están hechas para la paz y la reconciliación y no deberían ser interpretadas diferentemente", declaró Benito XVI. "Nosotros también, favorecemos el diálogo entre las religiones, que debe hacerse sobre bases sólidas", destacó el Sr. Bardakoglu.

El nuevo ejemplo medieval le ha servido al papa para evocar diplomáticamente, por contraste con el pasado, las dificultades que encuentran los cristianos en muchos países musulmanes, incluso cuando se proclaman laicos como es el caso de Turquía. En este país se reconoce la libertad de culto, por ser constitucionalmente laico, pero las minorías cristianas no se sienten tan cómodas como la gran mayoría musulmana, que representa el 99% de la población; por eso reclaman con pleno derecho más libertad de acción.

El papa hizo hincapié en la importancia de una libertad religiosa "garantizada institucionalmente y respetada efectivamente, tanto para los individuos como para las comunidades". El papa destacó que "Tal libertad constituye para todos los creyentes la condición necesaria para su contribución honesta a la edificación de la sociedad, especialmente en favor de los más vulnerables y los más pobres".