jueves, octubre 15, 2009

“Nosotros, los leprosos”


Monseñor Manuel Donoso, ss.cc., Arzobispo de La Serena (Chile), expresa el significado que tiene para él la vida y el legado del P. Damián, comentando la analogía existente entre la frase que pronunció Damián, durante una misa, para anunciar su propia enfermedad a los leprosos de Molokai: Nosotros, los leprosos", y la frase con que Jesús anunció a los apóstoles, durante la última cena, la realidad y el sentido de su pasión:


"Muchas veces en la Eucaristía, pienso en esa misa en la que Damián anunció su enfermedad. La repetición ministerial de las palabras de Cristo “esto es mi cuerpo entregado, esta es mi sangre derramada” toman en ese momento un realismo sorprendente. La distancia que podía haber entre Damián y los suyos se borra, tal como la Encarnación de Jesús lo hizo para toda la humanidad.


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Nosotros, los leprosos"
por Monseñor Manuel Donoso, ss.cc., Arzobispo de La Serena (Chile).


En el Colegio de los Sagrados Corazones, en el cual estudié, oí hablar por primera vez del P. Damián de Veuster y de su heroísmo. Una vez nos llevaron a ver una película acerca de él (de esto hace unos 60 años). Tenía muchas escenas conmovedoras, pero la que recuerdo más es la escena en que Damián descubre que está leproso al poner sus pies en agua hirviendo y no sentir nada.


Y luego viene su predicación dominical: “Nosotros los leprosos”.


Estas palabras las he sentido siempre como la culminación de la cercanía de Damián con sus queridos leprosos. Compartir y cercanía que es la de Jesús, a quién Damián sirvió fielmente. Muchas veces en al Eucaristía, pienso en esa misa en la que Damián anunció su enfermedad. La repetición ministerial de las palabras de Cristo “esto es mi cuerpo entregado, esta es mi sangre derramada” toman en ese momento un realismo sorprendente. La distancia que podía haber entre Damián y los suyos se borra, tal como la Encarnación de Jesús lo hizo para toda la humanidad.


Por eso, San Damián será una luz potente para nuestro mundo de hoy y para la Congregación. Yo lo invoco para que nos ayude a llevar adelante lo que queremos hacer en esta tierras: Ser discípulos-misioneros; pedir la gracia de nuestra conversión personal y pastoral; acercarnos a un mundo que sufre y que necesita cercanía, acogida y comprensión; ir donde los alejados con esperanza; creer y crecer en la opción por los pobres, comprendiendo de manera definitiva que “el encuentro con Jesucristo en los pobres es una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo” (Aparecida, 257).


Fuente: "Nosotros, los leprosos"
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Publicado en Agosto 3rd, 2009 por kamiano


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