Chile sale asombrado de "su sombra"
14.12.06 @ 17:09:00. Archivado en Las Américas
Para la presidenta chilena, Michelle Bachelet, la muerte del ex dictador Augusto Pinochet simboliza la partida "de un referente de divisiones, odio y violencia"
La presidenta descarta que tras la desaparición del dictador comience una nueva etapa en Chile: "no creo que sea una nueva etapa, creo que la nueva etapa que vivió el país empezó el año noventa, cuando conquistamos la democracia y se inició un proceso de reencuentro... Es claro, sin duda, que con la historia que Chile tiene, los dolores y los sentimientos persisten por mucho tiempo".
Refiriéndose al exabrupto que protagonizó el capitán Augusto Pinochet Molina, el nieto homónimo del ex dictador, durante el funeral militar de su abuelo, Bachelet consideró inaceptable la actitud "de un oficial en servicio activo", al hacer un discurso político, durante su servicio, sin autorización ni conocimiento de sus superiores. La presidenta recordó que el Ejército tiene normas claras al respecto y debe aplicarlas, según el reglamento: "El Gobierno no le va a decir al Ejército lo que tiene que hacer". El ejército lo sabe y lo ha hecho. Hoy ha dado de baja de la institución al capitán Augusto Pinochet Molina.
El general Oscar Izurieta, comandante en jefe del Ejército, solicitó ayer a la presidenta Michelle Bachelet la tramitación de la baja del capitán Augusto Pinochet Molina y ésta la ratificó de inmediato. Este requisito es reglamentario en Chile, dado que la calidad de oficial está refrendada por un decreto supremo y una eventual baja debe ser refrendada también por un decreto.
Da la coincidencia que la presidenta y el jefe del Ejército estuvieron anoche en la Escuela Militar, presidiendo la ceremonia de graduación de nuevos oficiales. Exactamente en este mismo lugar simbólico, el capitán Pinochet Molina, tomando la palabra sin autorización de sus superiores durante la misa fúnebre del ex dictador, había justificado anteayer, martes, el golpe militar que su abuelo encabezó el 11 de septiembre de 1973, que tuvo como resultado el derrocamiento del Gobierno que presidía Salvador Allende y su muerte.
El capitán Augusto Pinochet Molina, de 33 años, hijo de Augusto Pinochet Hiriart, hijo mayor del dictador, afirmó con fuerza, povocando nutridos aplausos entre el público, que su abuelo fue un líder mundial que derrotó "en plena guerra fría, por el medio armado al gobierno marxista, que pretendía imponer su modelo totalitario".
A continuación arremetió sin contemplaciones contra los jueces que en los últimos años procesaron al ex dictador, acusándolos de tener sólo un afán de figuración, por haber admitido que se denunciara a su abuelo de violación de los derechos humanos y de corrupción.
La decisión del Ejército de expulsar al capitán Pinochet se dio a conocer poco después de que la presidenta Bachelet calificara su intervención de "falta gravísima": "En la ceremonia institucional un oficial, saltándose la línea de mando, sin autorización para hablar, irrumpió expresando opiniones políticas en contra de un poder del Estado y de sectores de la sociedad chilena. Esto constituye una falta gravísima. Estamos seguros que el Ejército sabrá hacer lo que corresponde".
El comunicado oficial del Ejército indicó explícitamente que en el programa del funeral no estaba previsto que hablara el capitán Pinochet, que además lo hizo vestido con su uniforme. Con este comunicado, repondía a la denuncia que había presentado en la fiscalía militar el abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez. Se trataba de una denuncia por el delito de sedición contra el nieto de Pinochet.
Para la presidenta Bachelet, Chile ha consolidado de forma continua, desde 1990, una democracia fuerte, sólida y estable. "Los chilenos hemos logrado reencontrarnos, ha sido nuestro más preciado bien y debemos defenderlo... En las últimas horas hemos visto expresiones de división que por momentos nos recordaron los tristes episodios que Chile superó,... la muerte del general amenazaba con dividir a los chilenos nuevamente, dada las fuertes emociones y sentimientos que provocaría en nuestros ciudadanos este hecho".
La presidenta pide excusas a los corresponsales de la prensa agredidos
La presidenta Bachelet se disculpó en nombre de los chilenos, solidarizándose con los corresponsales de la prensa extranjera y nacional que fueron agredidos mientras hacían su trabajo, durante el velatorio y las exequias militares de Pinochet, en los alrededores de la Escuela militar: "Lamento profundamente el maltrato recibido por la prensa nacional e internacional, especialmente a la prensa internacional. Esto no demuestra, no expresa, la manera ni los sentimientos como el pueblo chileno funciona. Pido excusas (...), eso no representa a Chile y lamento mucho tanto por los periodistas nacionales como extranjeros que han sido víctimas de un trato inadecuado".
Fuimos muchos los que pudimos ver en directo, por televisión, el brutal hostigamiento de que fue objeto la corresponsal de Televisión Española, María José Ramudo, sin que lo impidieran los agentes de Carabineros que se encontraban en el lugar. Cuando realizaba un despacho en directo, los pinochetistas le quitaron de las manos el micrófono, la insultaron repetidamente y le arrojaron diversos objetos, alcanzándole algunos de ellos en la cara.
Sabemos por la prensa que fueron igualmente agredidos tanto los equipos de periodistas italianos y argentinos como la mayoría de los profesionales de la televisión abierta chilena.
Alberto Pando, corresponsal de la CNN, ha explicado a Efe, que tiene en una pierna las magulladuras de los golpes que le infligieron los fanáticos de Pinochet "y aunque reclamé a los policías que estaban a mi lado, ni siquiera se inmutaron".
Anteayer martes, La Asociación de Corresponsales de la Prensa Extranjera en Chile y el Colegio de Periodistas expresó su más "enérgico" rechazo a las agresiones sufridas por los corresponsales que fueron presa de la ira de los pinochetistas.