sábado, diciembre 29, 2007

Matanzas de inocentes

Matanzas de inocentes

Permalink 28.12.07 @ 23:53:31. Archivado en Sociogenética, Antropología, Ética, Arte, Religiones, Educación, Pro justitia et libertate

La historia de esta matanza de los inocentes de Belén y de sus alrededores por orden del rey Herodes, tras ser informado por unos magos del nacimiento del rey de los judíos y confirmado del lugar exacto de este nacimiento por las autoridades religiosas, ha sido utilizada a menudo como instrumento para condenar otras matanzas.

Los historiadores la utilizan, por ejemplo, para cuestionar la responsabilidad de quienes permitieron y oganizaron la trágica cruzada de los niños de 1212. Nuestros contemporaneos la evocan también en relación con la masacre por los nazis de los inocentes ciudadanos judíos durante la segunda guerra mundial, muchos de los cuales eran niños. Hoy mismo podemos evocarla todos para estigmatizar el horror de los asesinatos colectivos de inocentes provocados por los terroristas. El caso más reciente tuvo lugar ayer mismo en Pakistán.

Poco importa, para el propósito del humanista, si alguna vez tuvo lugar esta matanza de niños por orden del brutal rey Herodes, que sólo relata el evangelista Mateo. En realidad Mateo, como los demás evangelistas, estaba preocupado en relacionar a Jesús con las viejas escrituras judías, para demostrar que se trataba realmente del Mesías. En el pasaje de los Santos Inocentes Mateo hace referencia a Jeremías (31:15) quien describe a Raquel “que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron”. La lamentación es en vano, dice Jeremías, porque vienen días en que Dios hará un “nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” (Jeremías 21:31). El episodio no deja de tener fuerza ejemplativa moral. Lo emblemático es que a más de dos mil años de distancia de este relato sigue habiendo gente que imagina con horror los incidentes de esta historia, entendiendo que una de las funciones más importantes de cualquier comunidad humana es proteger a los inocentes, entre los cuales los más expuestos a la injusticia son los niños.

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El "Día de los Santos Inocentes" es el nombre dado a la conmemoración del infanticidio o "Masacre de los Inocentes", masacre mencionada en el evangelio de San Mateo, cuando se cuenta que Herodes ordenó la ejecución de todos los niños de Belén y sus alrededores menores de dos años, por temor al nacimiento del "rey de los judíos". Este nacimiento le fue anunciado por los reyes magos y confirmado por todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, que Herodes convocó, para informarse del lugar donde había de nacer el Cristo.

"Herodes, entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos".

Mateo 2,16.

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Imagen: La matanza de los inocentes 1308-1311 (Siena, Museo dell'Opera del Duomo). Autor: Duccio di Buoninsegna (Siena, 1255 – 1318) è stato un pittore italiano, tradizionalmente indicato come il primo maestro della scuola senese.
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El Día de los Santos Inocentes es generalmente conmemorado el 28 de diciembre, a excepción del mundo sajón, donde esta fiesta se celebra el 1° de abril, bajo el nombre de April fool's day (en español: 'el día de los tontos'). En Francia y en Italia el 1° de abril, llamado Pez de abril, Poisson d'avril, en francés y Pesce d'aprile en italiano, se celebra como un día para hacer bromas, muy parecido al día de los inocentes en España y América Latina.

Dentro de la semana de celebración por el nacimiento de Jesús, la iglesia católica conmemora con un "día de duelo" la muerte de los Santos Inocentes, asesinados por órdenes del Rey Herodes, movido por su temor de ser destronado.

El Día de los Inocentes era considerado por la Iglesia Católica como día de luto, pero es muy probable que los hechos, de ser históricos más bien que puramente simbólicos del rechazo de Jesús por las autoridades de su propio pueblo, no sucedieran un 28 de diciembre, sino más bien en los días posteriores a la fecha en que Jesús nació realmente, cualquiera que fuese esta fecha. Hay quienes piensan que esta fecha se desplazó al 25 de diciembre, para hacerla coincidir con el día del renacimiento de la luz, y que en relación con ella se desplazó igualmente al 28 el día de luto. Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del "Natalis Solis Invicti" o "Nacimiento del Sol invicto", asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, que los romanos llamaron bruma.

Sin embargo, ateniéndose a los datos evangélicos, hay manera de justificar la fecha del 25 de diciembre para la Navidad. Según el evangelio de Lucas (1, 13-60), Zacarias supo que Santa Isabel estaba encinta de Juan el Bautista el día de la fiesta del final de la cosecha, festividad que tiene lugar en la religión judia en la última semana del mes de septiembre. El evangelio también indica que Juan el Bautista nació seis meses antes que Jesús. Por lo tanto, si el embarazo de Isabel comienza en la última semana de septiembre, es evidente que el Bautista nació en la última de junio y que siendo seis meses mayor que Jesús, éste nació en la ultima semana de diciembre.

Durante mucho tiempo, el día de los inocentes se mantuvo entre los creyentes de la fe católica como tal "día de duelo". Sin embargo, la Edad Media se encargó de combinar este rito con otro más antiguo pagano, conocido como la "Fiesta de los locos", celebrado en los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo. Se dice que estas fiestas eran tan escandalosas, que la Iglesia, en su afán por calmar las excentricidades de sus participantes, decretó que se celebrara el día de los Santos Inocentes, haciéndola coincidir con la "Fiesta de los locos", para atenuar sus malos efectos.

Se inició de esta forma la fusión pagano-católica de estas fiestas en el mismo día. Sin embargo, conviene recordar que si en este día se hacen bromas carnavalescas de todo tipo a los más distraídos o desprevenidos, que van desde los cartelitos pegados en la espalda hasta las sorpresas más pesadas e insólitas, que pueden terminar con los "inocentes" en un hospital, no es en honor de los "santos inocentes", sino como licencia propia de la "Fiesta de los locos", cuyos malos efectos intenta atenuar lo más posible la fiesta de los "santos inocentes".

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He aquí el relato evangélico, tal como aparece en el capítulo 2 del evangelio de San Mateo:

1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén,

2 diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.»

3 En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.

4 Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo.

5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta:

6 Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel

7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella.

8 Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.»

9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.

10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.

11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

12 Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.

13 Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»

14 El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto;

15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.

17 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:

18 Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.

19 Muerto Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:

20 «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.»

21 El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel.

22 Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea,

23 y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareno.