jueves, julio 06, 2006

Carta de una Madre al Papa

Carta de una Madre española al Papa

06.07.06 @ 20:38:59. Archivado en Ética, Religiones, Educación

Jesús transmitió su mensaje evangélico viajando a pie a través de Galilea, Samaria y Judea. Sólo nos consta que empleara una montura para entrar en Jerusalén, cuando llegó el momento de llamar la atención de todos, incluidos los poderes que lo habían de condenar a muerte, sobre la misión que él debía cumplir, siendo consciente al hacerlo de que sería a costa de su propia vida. Sabemos que aprovechaba la marcha a pie para conversar animadamente con quienes lo acompañaban, porque incluso durante el último viaje que hizo a pie, después de la resurrección, con los dos discípulos de Emaús, así lo hizo (Lucas 24, 13-35).

No es, pues, extraño, que los Vicarios de Cristo viajen, imitando a su maestro. Lo que sí resulta un poco extraño para la gente sencilla, que instintivamente vuelve sus ojos a Jesús, para imaginar qué es lo que hubiera hecho él en nuestro tiempo, es que sus Vicarios viajen en vuelos especiales y que luego atraviesen las ciudades adonde van, encerrados en sus papa-móviles, dos maneras que hacen bastante difícil el que la gente pueda conversar con ellos. A este inconveniente se añade el que cuando el Vicario de Cristo camina a pie, es difícil que la voz de la gente llegue hasta sus oídos, ya que automáticamente avanza rodeado por sus colaboradores y guardaespaldas, que en cierta manera lo transforman en objeto de espectáculo, más bien que en interlocutor de la palabra hablada.

Sin duda ésta es la razón por la que muchas personas deciden resolver el problema de incomunicación con él enviándole una carta. En el momento en que yo escribo estas líneas, Google obtiene, en 0,12 segundos, aproximadamente 36.800 resultados de "carta al Papa". De toda evidencia la dificultad de acceso coloquial al Vicario de Cristo ha dado lugar a un nuevo género literario, que son las “cartas al Papa”

El viaje que tiene previsto Benedicto XVI a Valencia, para el 8 y 9 de junio, ha dado lugar a una serie de cartas, cuyos temas no sólo buscan la atención del Vicario de Cristo, sino que interpelan a toda la sociedad, tanto cristiana en particular como humana en general.

He aquí en primer lugar la enumeración condensada de los temas más importantes de interés general de estas cartas, seguidos de la edición completa de la “Carta de una madre al Papa”, cuyo mérito consiste en articular algunos de estos temas de manera particularmente incisiva e incluso desgarradora. Lo demostramos mediante un esquema previo de su robusta estructura.

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La vida

Defender la vida no solamente en germen, sino también en la aventura diaria del vivir, combatiendo la pobreza y promoviendo la justicia social en todo el mundo.

Enseñar que todos los humanos debemos evitar que la miseria lleve a muchos jóvenes a abandonar sus países, arriesgando sus vidas, para encontrar los medios de subsistencia a los que todo ser humano tiene derecho.

Considerar el hambre y la desigualdades socio-económicas internacionales, provocadas por un comercio injusto, como un auténtico atentado contra la vida.

Condenar como crímenes el comercio de armas y la violencia contra las mujeres.

Ética socio-económica

Promover por todos los medios el derecho a un trabajo estable, a un salario justo y a una vivienda digna. Denunciar el que tales derechos inalienables se vean actualmente vulnerados por especulaciones financieras, cuyo objetivo es el reportar beneficios injustos para unos pocos, en detrimento del bien común.

Enseñar que la falta de democracia económica, fruto de una organización individualista y asocial de la empresa, constituye una de las causas principales de la desestructuración de la familia.

Denunciar con firmeza que los niveles de precariedad de los contratos laborales y de la siniestralidad son muy elevados en España. Consecuencia de ello, unido a la anomalía de los ritmos laborales, es que muchas parejas jóvenes no pueden tener hijos, mientras que los beneficios de los grandes empresarios y de los bancos aumentan con total desfachatez. Los empresarios deben reconocer que es muy difícil para sus trabajadores conciliar vida laboral y vida familiar en un sistema cuyo centro intocable es la obtención de plusvalía.

Pertenece a la misión de la Iglesia el levantar la voz para proclamar, sin ambigüedad y con libertad evangélica, que una organización económica que favorece la acumulación ilimitada de beneficios por los bancos y las grandes empresas, deteriorando la vida de millones de familias y frustrando el futuro de numerosas parejas jóvenes, no es camino de progreso humano, sino precipicio de ruina general.

Enseñanza

La mejora del sistema público de educación es un deseo ferviente de todos los ciudadanos de buena voluntad, cuya causa común para el bien futuro de nuestros hijos deben compartir todos los católicos. Los centros escolares católicos deben servir este objetivo común del sistema educativo, contribuyendo para su eficiencia con el más alto nivel posible de coherencia con los valores universalistas del Evangelio.

Familia

La familia debe ser concebida como un germen de apertura a la fraternidad y al amor universal y no como un mero refugio de tranquilidad, cerrado egoístamente sobre sí mismo.

La concepción burguesa y conservadora de la familia tiene poco que ver con el Evangelio. Jesús decía, señalando a su entorno: "Mi madre y mis hermanos son todos éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra." (Lucas 8, 21). Con ello quería decir que no hay que dividir entre los que son de la familia y los que no lo son. Todos formamos parte de una gran familia que es la humanidad, somos como las olas del mar, cada una de ellas es diferente, pero todas forman una gran ola que es el mar, y el mar no es mi mar, ni tu mar, tan solo es el mar. No existe tal cosa como las olas separadas del mar o el mar separado de las olas.

Nuestro país está recibiendo una avalancha de inmigrantes, utilizados con demasiada frecuencia ilegalmente como mano de obra barata. No podemos olvidar que estos hermanos sufren en sus sentimientos el desgarro de la lejanía de sus familias. Es muy importante que las familias españolas sean fermento de integración social de estos inmigrantes, oponiéndose con determinación a la xenofobia y al racismo, cada vez que sea necesario defenderlos de quienes intenten despreciarlos, atacarlos o explotarlos.

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Los temas de la “Carta de una madre al Papa”

Los anfitriones del Papa van a engañarlo, mostrándole una familia española que no existe.

La Autora tiene una familia auténtica, por la que su marido y ella quisieran huir de esta España en la que sobran

En España
* decir matrimonio es decir esclavitud;
* ejercer la maternidad es sentirse antifemenina;
* decir hijos/as es pensar en el sacrificio;
* amar sin recibir es de lunáticos;
* compartir es de comunistas;
* reclamar justicia es de fascistas;

* las familias carecen de ayudas gubernamentales;
* no se aplican la leyes de protección a la familia;
* las familias carecen de viviendas;
* las familias pasan un quinario para criar con honradez y austeridad a sus hijos

Por todo esto y mucho más, si sus anfitriones le dicen lo contrario al Papa, le engañarán.

Si el Papa enciende la tele a cualquier hora del día, ahora que están los niños de vacaciones, verá que nuestros hijos no les interesan en absoluto a sus ilustres anfitriones.

En España se han hecho muchas leyes progresistas, pero la única que no se aplica es la de las Familias Numerosas

La Autora espera, con humor de creyente compatible con su amarga experiencia de ciudadana escarmentada, que el mensaje del Papa para las familias del mundo sea como el que ella vive: “sólo Dios nos ayuda y lo palpamos día a día ¿Para qué más?”

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Carta al Papa
de Alicia Hermosa

Santidad se me ha ocurrido que a lo mejor en el aeropuerto o en su avión particular, cuando venga a Valencia, encuentra un Qué en el que le escriba alguien y Vd., aburrido de tanto protocolo, decida leerlo y resulte que en ese Qué vaya mi carta, que le mando con sumo respeto y amor diciéndole lo siguiente:

Santidad, en primer lugar, Gracias por venir a mi país y más aún por defender a la familia.

En segundo lugar, quisiera advertirle de que lo van a engañar.

¡Sí, Santidad!, lo van a engañar mostrándole una familia española que no existe, y lo harán desde los católicos hasta el Presidente del Gobierno.

Se lo dice alguien que tiene una gran familia de las que rezan poco pero aman mucho; una familia por la que mi marido y yo quisiéramos huir de esta España en la que sobramos; en la que decir matrimonio es decir esclavitud; en la que ejercer la maternidad es sentirse antifemenina; en la que decir hij@s es pensar en el sacrificio; en la que amar sin recibir es de lunáticos; en la que compartir es de comunistas y en la que reclamar justicia es de fascista.

Por todo esto y mucho más como carecer de ayudas gubernamentales, no aplicar leyes de protección a la familia, carecer de viviendas y pasar un quinario para criar con honradez y austeridad a nuestros hijos es por lo que si le dicen lo contrario le engañarán.

Si quiere S.S. tomar el pulso de la familia española, encienda la tele a cualquier hora del día, ahora que están los niñ@s de vacaciones y verá lo que les interesan nuestros hijos a tan ilustres anfitriones.

En España se han hecho muchas leyes progresistas, pero la única que no se aplica es la de las Familias Numerosas; y si no se lo cree le invito a mi casa en Sevilla, para que lo vea con sus propios ojos.

Esperando que su mensaje para las familias del mundo sea como el que yo vivo de que sólo Dios nos ayuda y lo palpamos día a día. ¿Para qué más?

Atentamente,

Alicia Hermosa