miércoles, marzo 09, 2005
Otra lectura del Quijote
Ofrecemos el Taller cervantino como un conjunto de instrumentos electrónicos, lo más completo posible, al servicio de todo lector que llegue a la lectura del Quijote deseoso de emprender la aventura de adentrarse en la obra cervantina activamente, tal como lo había previsto en su fábula Cervantes, y no como mero espectador.
Nuestra edición personal de los textos originales cervantinos de 1605 y 1615 va acompañada de un Diccionario enciclopédico, que presenta con todo detalle el aparato crítico que justifica punto por punto las opciones de nuestra propia interpretación editorial.
La información léxico-enciclopédica que procura este diccionario tiende a elucidar lo más completamente posible el sentido literal del Quijote. Cabe caracterizar este sentido, por oposición a los sentidos no literales, como el núcleo de sentido en que deben coincidir todas las exégesis críticas de la obra, incluso cuando difieren entre sí en los sentidos latos o figurados. Conviene notar que, confesando este propósito en estos términos, coincidimos en parte con Francisco Rico, en su edición del Quijote de 1998, que sigue a Marcel Bataillon al definir el sentido literal. Sin embargo, diferimos de ellos al considerar que, tratándose de explicar una obra del habla, es decir una creación de los locutores de la lengua en una temática, en un tiempo y en un espacio determinados, no cabe limitarse a la información semántica, sino que hay que dar cabida a la información pragmática, pues esta información forma parte del sentido literal de la obra junto con la semántica. De no hacerlo así, limitaríamos el sentido literal del Quijote al sentido de sus palabras tal como aparecen en el diccionario, olvidando que la obra no son solamente palabras y mucho menos palabras en el aire, sino enunciados circunstanciales e intencionales, es decir: acciones verbales cumplidas intencionalemente por un autor en relación con sus lectores, compartiendo con ellos un mundo de vida, de referencias, de conocimientos y de escritura que les es propio. Nuestro propósito es introducir a los lectores actuales en este mundo.
En consecuencia, las informaciones léxicas y contextuales que procura este diccionario enciclopédico pretenden brindar al lector de nuestros días los datos necesarios para una correcta comprensión del texto original del Quijote, no solamente en lo que dice (perspectiva semántica) sino también en lo que quiere decir (perspectiva pragmática). Para cumplir este cometido hay que tener en cuenta no solamente el léxico, muchos de cuyos usos, giros, locuciones y proverbios difieren de los actuales, sino también su autor, sus lectores, sus temas, sus referencias a personas, cosas, concepciones, instituciones, costumbres y sucesos, etc. En definitiva, hay que tener en cuenta su ontología, su texto y sus contextos, tanto internos como externos, es decir, todos los factores literarios y extraliterarios de hace cuatro siglos, que plantean problemas de comprensión al lector de hoy.
Para ello se observa y explica la originalidad de la creación cervantina palabra por palabra, locución por locución, tropo por tropo, tema por tema y contexto por contexto, teniendo en cuenta su necesaria dependencia de la intertextualidad y de la referencialidad que la han hecho posible. En cada caso se valora el procedimiento morfosintáctico, poético, retórico y diégético empleado por Cervantes, contrastándolo con los estilos que lo han influenciado; se analiza y sistematiza su semántica propia, articulada sobre la semántica de la época; se hace notar la combinatoria léxica observable en el corpus completo de la obra, así como la pragmática y la diegética del canal comunicativo establecido entre el autor, sus personajes, los referentes de ambos y los lectores previstos por la rica convención de autoría abierta de la fábula.
Aunque hemos hecho durante muchos años un esfuerzo considerable, para que estos instrumentos electrónicos sean lo menos imperfectos posibles, los presentamos a la numerosa comunidad internacional de los lectores del Quijote como herramientas artesanales todavía perfectibles, reunidas en un taller, cuyo distintivo es la fidelidad a una obra abierta, que su Autor concibió como susceptible de ser criticada y perfeccionada por sus propios lectores.
Tanto usted como yo podemos mejorar este taller, porque tanto el uno como el otro, si leemos el Quijote compartiendo no sólo la semántica de sus significaciones sino también la pragmática de sus sentidos, es decir, si además de comprender lo que el texto dice con la ayuda del diccionario, comprendemos lo que quiere decir con la ayuda de la enciclopedia, nos convertimos en sus personajes con derecho a la palabra; esto es: con derecho pleno a ejercer nuestro punto de vista narrativo e interpretativo de narradores homodiegéticos, es decir, de narradores pertenecientes al mismo plano narrativo que el relato. Asumiendo este derecho, practicamos el nuevo tipo de lectura que imaginó Cervantes: la del lector cuya lectura se convierte, por interactividad, en autoría compartida de una escritura universal formalmente desatada, es decir, sin barreras de género, cuyo argumento será necesariamente la autobiografía de toda la humanidad y su intención la búsqueda compartida del sentido que rige el devenir aventurero de todos y de cada uno de los hombres.
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Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, aparecerá en 2005.
Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, aparecerá en 2005.
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