domingo, julio 08, 2007

Cervantes, por fin rector de su Instituto en China, por obra de César Antonio Molina

Cervantes, por fin rector de su Instituto en China, por obra de César Antonio Molina

Permalink 08.07.07 @ 23:47:47. Archivado en El Quijote, Poética, Sociogenética

Es altamente probable que José Luis Rodríguez Zapatero, durante su lectura diaria del Quijote, o al leer un artículo mío del 01.03.05, bajo el título de "Cervantes y el Quijote en China" (perdón por la autoreferencia), haya caído en la cuenta de que César Antonio Molina tiene entre otros méritos el de haber cumplido uno de los mayores sueños de Miguel de Cervantes Saavedra, consignado en la dedicatoria del segundo volumen de "El Quijote", publicado en 1615, es decir: un año antes de su muerte, que como todos sabemos le impidió realizar éste y otros muchos sueños, que hasta entonces le habían mantenido en vida como incansable creador:

«el que más ha mostrado desearle {"El Quijote"} ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio.», II.Dedic.1.

Lógicamente apenas comprendió la importancia de este mérito de César Antonio Molina, mérito muy acorde con las justas exigencias de la memoria histórica, nuestro presidente decidió nombrar a César Antonio Molina ministro de la Cultura.

He aquí una reproducción de este artículo, que dedico hoy como homenaje al nuevo ministro de mi ramo:

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Cervantes y el Quijote en China
01.03.05 @ 15:36:20. Archivado en "El Quijote"

La palabra China, que aparece en castellano por la primera vez en un documento de un conquistador del s. XVI, viene del sánscrito Cina 'chinos', voz que procede a su vez del chino Qín, topónimo del noroeste del país unificado, y apellido de la dinastía imperial que comenzó la construcción de la Gran Muralla en el siglo III a.C.

Hablar de China o de su Emperador en tiempos del Quijote era hablar de uno de los descubrimientos más recientes y más prestigiosos.

En efecto, hacia 1519, fecha probable de nuestro primer documento conocido, todavía no estaba descubierta. Entiéndase que no lo estaba si se adopta el lenguaje europeo de la época, que consideraba como descubiertos los territorios donde los exploradores cristianos habían puesto el pie y declarado como cosa propia los territorios «conquistados para su fe y su rey» muy a pesar de sus habitantes naturales. Tanto es así, que Hernán Cortés se servía de la promesa de descubrirla, empleando si necesario la fuerza, para obtener mercedes de su joven rey Carlos I, en el momento en que éste pretendía la corona imperial, para convertirse poco después en el emperador Carlos V de Alemania. Su promesa rezaba así:

«Y si vuestra majestad fuere servido de mandarme conceder las mercedes que en cierta capitulación envié a suplicar se me hiciesen cerca de este descubrimiento, yo me ofrezco a descubrir por aquí toda la Especiería y otras islas, si hubiere arca de Maluco y Malaca y la China y aun de dar tal orden, que vuestra majestad no haya la Especiería por vía de rescate, como la ha el rey de Portugal, sino que la tenga por cosa propia y los naturales de aquellas islas le reconozcan y sirvan como a su rey y señor y señor natural. Porque yo me ofrezco, como el dicho aditamento, de enviar a ellas tal armada, o ir yo con mi persona, por manera que las sojuzgue y pueble y haga de ellas fortalezas y las bastezca de pertrechos y artillería de tal manera, que a todos los príncipes de aquellas partes y aun a otros, se puedan defender. », Hernán Cortés, Cartas de relación, 1519-1526, edic. de Mario Hernández, § 3, Historia 16 (Madrid), 1988.

Cuando el descubrimiento ya era cosa hecha desde hacía algún tiempo, no por los españoles sino por los portugueses, Sebastián de Covarrubias escribía en su Tesoro de la lengua castellana o española, en 1611:

«China. La provincia que de pocos años acá se ha descubierto en las Indias, de tanta riqueza y policía que admira. Hay historia propia y relaciones particulares enviadas por los padres de la Compañía de Jesús…», Cov. 435.b.48.

Cervantes, antiguo alumno y admirador perpetuo de la robusta pedagogía de sus maestros jesuitas, no puede resistir a la tentación de imaginar que el Emperador de la China le suplica que le envíe El Quijote, porque quiere fundar un colegio de lengua castellana, y quiere que el libro que se lea sea el de la historia de don Quijote. Tampoco puede resistir a la tentación de imaginar que se le ofrece un apoyo seguro, puesto que se le pide que sea el rector del tal colegio.

Mezclado con el tema de su propia seguridad económica como escritor (¡salario + ayuda de costa que le puede procurar el Emperador de la China!) Cervantes introduce el tema de la verdad literaria (verdad de la autoría y verdad de los personajes) anunciando al Conde de Lemos que don Quijote se ha puesto en camino para quitar el hámago y la náusea (‘las ganas incontenibles de vomitar’) que ha causado otro don Quijote, que con nombre de segunda parte se ha disfrazado y corrido por el orbe:

«el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio.», II.Dedic.1.

Comentario de Clemencín:

«Este cuento festivo de Cervantes, las expresiones con que lo acompaña y el tono que en él se observa, indican un cierto estado de abatimiento, que manifiesta el de indigencia a que se veía reducido el autor del QUIJOTE… Don Antonio de Capmani en el Teatro de la elocuencia española (tomo Observaciones críticas, núm. 8) dice que Cervantes fué convidado con muy ventajosos partidos para ir a París a enseñar la lengua española, proponiendo sus propias obras por modelo de lenguaje. Esta noticia, de que no encuentro rastro en ninguna otra parte, hubo de nacer de la combinación del cuento de Cervantes en la presente dedicatoria, y de lo que refiere el Licenciado Márquez Torres en la censura que dió de la segunda parte del QUIJOTE, donde se halla impresa, acerca de las expresiones con que algunos caballeros franceses agregados a la embajada que vino de aquella nación el año de 1615 manifestaron al censor la estimación en que, así en Francia como en los reinos sus confinantes, se tenían sus obras admirándose de que a tal hombre no le tuviese España muy rico y sustentado del erario público.», Clem. 1504.a-b.

® ayuda de costa

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Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, 2005-2006.

Imagen: Retrato idealizado de Cervantes, obra de Segrelles. (Colección Espasa-Calpe, Madrid.) Foto de SGB.

José Segrelles Albert,(1885-1969) Pintor e ilustrador español nacido en Albaida (Valencia) el 18 de marzo de 1885 y fallecido en la misma localidad el 3 de marzo de 1969, donde residió ininterrumpidamente desde los 46 años.