viernes, febrero 27, 2015

La ciudadanía Europea como compromiso


«Me uno a aquellos que rechazan el aislamiento nacionalista y optan por ejercer con responsabilidad nuestra condición de ciudadanos europeos»
RAFAEL ARENAS GARCÍA
→ "la Unión Europea es un espacio en el que las políticas han de estar orientadas a conseguir una sociedad más justa, rica y solidaria. Para eso se creó la Unión y los ciudadanos tenemos la obligación de reivindicar la vuelta a sus valores fundacionales." ←
...
La Unión Europea es un instrumento para la participación de los ciudadanos europeos en el gobierno de la sociedad y de la economía. La integración económica mundial que se acrecienta desde hace veinte años ha sido causa de la disociación entre el ámbito de las relaciones económicas y sociales (todo el planeta) y el poder público.
→ Ante la ausencia de un gobierno mundial, solamente los Estados y organizaciones internacionales tienen la capacidad de dotarnos de un gobierno democrático; y entre estas organizaciones la Unión Europea juega un papel destacado, siendo la primera economía del mundo y un actor que no puede ser obviado en la regulación de la globalización. ←
...
Es preciso, por tanto, que asumamos la responsabilidad que supone ejercer la ciudadanía europea y que nos demos cuenta de las posibilidades que nos ofrece.
→ Frente a las dificultades que plantea la globalización, nuestra condición de ciudadanos nos dota de herramientas para conseguir un mundo más justo, solidario y sostenible. ←
...
Quienes optan por defender el aislamiento y alaban las virtudes de los países pequeños frecuentemente ponen como ejemplos de prosperidad aquellos que la consiguen a base de extraer recursos de otros en la jungla global. Frente a la responsabilidad por construir un mundo más justo para todos, la patética ilusión injusta de pensar que se podrá prosperar a cargo de la pobreza de otros, en un mundo en el que todos dependemos de todos.
→ Me uno a aquellos que rechazan este aislamiento y optan por ejercer con responsabilidad nuestra condición de ciudadanos europeos. ←
Frente al «sálvese quien pueda» reivindico que solamente podremos conseguir un mundo más justo para nuestros hijos y nietos si permanecemos juntos, si no renunciamos al proyecto europeo.
Es por esto que me siento orgulloso de formar parte de Sociedad Civil Catalana, una entidad que lucha por que los catalanes sigamos siendo parte de ese proyecto solidario que es Europa...
...
-oOo-
La ciudadanía Europea como compromiso
RAFAEL ARENAS GARCÍA
Europa es un proyecto solidario. «La Unión fomentará la cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los Estados miembros» (artículo 3.3 del Tratado de la Unión Europea). «La Unión y los Estados miembros (…) tendrán como objetivo el fomento del empleo, la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, a fin de conseguir su equiparación por la vía del progreso, una protección social adecuada, el diálogo social, el desarrollo de los recursos humanos para conseguir un nivel de empleo elevado y duradero y la lucha contra las exclusiones (artículo 151.1 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea»).
No lo digo yo, lo dicen los textos fundamentales de la Unión Europea. Se hace preciso actualmente reproducirlos en su literalidad porque de otra forma la pretensión de que la Unión Europea es un instrumento para la justicia, la solidaridad y el progreso de todos, incluidos los trabajadores, podría sonar a sarcasmo. No lo es en absoluto, la Unión Europea es un espacio en el que las políticas han de estar orientadas a conseguir una sociedad más justa, rica y solidaria. Para eso se creó la Unión y los ciudadanos tenemos la obligación de reivindicar la vuelta a sus valores fundacionales.
Esta no es una reivindicación que ha de realizarse en abstracto, sino que se concreta en el diálogo con las formaciones políticas que nos representan tanto en los parlamentos nacionales como en el Parlamento Europeo, porque son dichas formaciones políticas las que ejercen el enorme poder del que goza una organización como la Unión Europea. A través de ellas todos tenemos la capacidad de incidir en el funcionamiento de uno de los escasos agentes públicos que realmente influyen en el mundo global. La Unión no es una entidad secreta que gestiona oscuros poderes, sino una organización basada en principios democráticos que es gobernada por personas designadas directa o indirectamente por los ciudadanos, de ahí nuestra responsabilidad.
La Unión Europea es un instrumento para la participación de los ciudadanos europeos en el gobierno de la sociedad y de la economía. La integración económica mundial que se acrecienta desde hace veinte años ha sido causa de la disociación entre el ámbito de las relaciones económicas y sociales (todo el planeta) y el poder público. Ante la ausencia de un gobierno mundial, solamente los Estados y organizaciones internacionales tienen la capacidad de dotarnos de un gobierno democrático; y entre estas organizaciones la Unión Europea juega un papel destacado, siendo la primera economía del mundo y un actor que no puede ser obviado en la regulación de la globalización. A través de ella los ciudadanos europeos podemos alzar nuestra voz en relación a los problemas y desafíos de la sociedad del siglo XXI. Es por esto que Europa ha de ser vista no solamente como un proyecto para los europeos, sino también como un agente en un mundo que ya ha alcanzado la integración económica y en la que todas las sociedades, países y economías se encuentran estrechamente vinculados.
Es preciso, por tanto, que asumamos la responsabilidad que supone ejercer la ciudadanía europea y que nos demos cuenta de las posibilidades que nos ofrece. Frente a las dificultades que plantea la globalización, nuestra condición de ciudadanos nos dota de herramientas para conseguir un mundo más justo, solidario y sostenible.
No todos comparten este planteamiento, sin embargo. Ante los desafíos que plantea la globalización la tentación de encerrarse en sí mismo, aislarse y pensar que en pequeñas comunidades será más fácil hallar soluciones a los problemas que nos afectan parece haber calado en algunos sectores. El nacionalismo ha vuelto y hay que reconocer que ha vuelto con fuerza. En algunos países, como en Francia, unido a planteamientos xenófobos y a la propuesta explícita de destruir la UE. En otros en forma de tensiones secesionistas que conducirían al aislamiento y a la formación de pequeños Estados sin capacidad real de contribuir a la regulación de la globalización.
No es una disyuntiva baladí. Quienes optan por defender el aislamiento y alaban las virtudes de los países pequeños frecuentemente ponen como ejemplos de prosperidad aquellos que la consiguen a base de extraer recursos de otros en la jungla global. Frente a la responsabilidad por construir un mundo más justo para todos, la ilusión de pensar que se podrá prosperar a cargo de la pobreza de otros en un mundo en el que todos dependemos de todos.
Me uno a aquellos que rechazan este aislamiento y optan por ejercer con responsabilidad nuestra condición de ciudadanos europeos. Frente al «sálvese quien pueda» reivindico que solamente podremos conseguir un mundo más justo para nuestros hijos y nietos si permanecemos juntos, si no renunciamos al proyecto europeo.
Es por esto que me siento orgulloso de formar parte de Sociedad Civil Catalana, una entidad que lucha por que los catalanes sigamos siendo parte de ese proyecto solidario que es Europa; y agradezco que este esfuerzo haya sido reconocido con la concesión de un premio que se identifica plenamente con el espíritu que nos une: el premio ciudadano europeo que concede el Parlamento Europeo y que será entregado en la sede del Parlamento el martes 25.
-oOo-
RAFAEL ARENAS GARCÍA ES CATEDRÁTICO DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA Y MIEMBRO DE LA JUNTA DIRECTIVA DE SOCIEDAD CIVIL CATALANA.
Fuente: RAFAEL ARENAS GARCÍA, La ciudadanía Europea como compromiso
Fundación para la libertad – 25/02/15.
-oOo-

27.02.15 | 14:43. Archivado en EuropaEspañaSociogenéticaPro justitia et libertateGeopolítica

La citoyenneté européenne comme engagement


 

"Je m'unis à ceux qui refusent l'isolement nationaliste et choisissent d'exercer en toute responsabilité notre condition de citoyens européens"
La citoyenneté européenne comme engagement
RAFAEL ARENAS GARCÍA
L'Europe est un projet solidaire. "L'Union promeut la cohésion économique, sociale et territoriale, et la solidarité entre les États membres." (article 3.3. du Traité sur l'Union européenne). "L'Union et les États membres (…) ont pour objectifs la promotion de l'emploi, l'amélioration des conditions de vie et de travail, permettant leur égalisation dans le progrès, une protection sociale adéquate, le dialogue social, le développement des ressources humaines permettant un niveau d'emploi élevé et durable et la lutte contre les exclusions." (article 151.1. du Traité sur le Fonctionnement de l'Union européenne).
Ce n'est pas moi qui le dis, ce sont les textes fondamentaux de l'Union européenne. Il est nécessaire aujourd'hui de les reprendre littéralement parce que, sans cela, l'affirmation que l'Union européenne est un instrument pour la justice, la solidarité et le progrès de tous, y compris des travailleurs, pourrait sembler sarcastique. Ce n'est pas du tout le cas, l'Union européenne est un espace dans lequel les politiques doivent être orientées vers la réalisation d'une société plus juste, plus riche et plus solidaire. C'est pour cela qu'on a créé l'Union et nous, les citoyens, nous avons l'obligation de revendiquer le retour aux valeurs de sa fondation.
Cette revendication ne doit pas se réaliser abstraitement, mais elle se concrétise dans le dialogue avec les formations politiques qui nous représentent aussi bien dans les parlements nationaux que dans le Parlement européen, parce que ce sont ces formations politiques qui exercent l'énorme pouvoir dont jouit une organisation comme l'Union européenne. A travers elles, nous avons tous la capacité d'avoir une incidence sur le fonctionnement d'un des rares agents publics qui ont une réelle influence sur le monde global. L'Union n'est pas une entité secrète qui gère d'obscurs pouvoirs, mais une organisation basée sur des principes démocratiques qui est gouvernée par des personnes désignées directement ou indirectement par les citoyens, et de là notre responsabilité.
L'Union européenne est un instrument pour la participation des citoyens européens au gouvernement de la société et de l'économie. L'intégration économique mondiale qui s'accélère depuis vingt ans a provoqué la dissociation entre le monde des relations économiques et sociales (toute la planète) et le pouvoir public. Devant l'absence d'un gouvernement mondial, seuls les Etats et les organisations internationales ont la capacité de nous doter d'un gouvernement démocratique; et parmi ces organisations l'Union européenne joue un rôle remarquable, étant la première économie du monde et un acteur incontournable dans la régulation de la globalisation. A travers elle, nous, citoyens européens, pouvons faire entendre notre voix en relation avec les problèmes et défis de la société du XXIème siècle. Voilà pourquoi l'Europe doit être considérée non seulement comme un projet pour les européens mais aussi comme un acteur dans un monde qui a déjà atteint l'intégration économique et dans lequel toutes les sociétés, tous les pays et toutes les économies sont étroitement liés.
Il est donc nécessaire que nous assumions la responsabilité que suppose l'exercice de la citoyenneté européenne et que nous nous rendions compte des possibilités qu'elle nous offre. Face aux difficultés que pose la globalisation, notre condition de citoyens nous donne des outils pour obtenir un monde plus juste, plus solidaire et plus durable.
Tout le monde ne partage pas cette vision, cependant. Devant les défis que lance la globalisation, certains secteurs cèdent à la tentation de s'enfermer sur soi-même, de s'isoler et de penser qu'il sera plus facile, dans de petites communautés, de trouver des solutions aux problèmes qui nous affectent. Le nationalisme est de retour et il faut reconnaître que c'est un retour en force. Dans certains pays, comme en France, il s'allie à des visions xénophobes et au projet explicite de détruire l'UE. Dans d'autres, il prend la forme de tensions sécessionnistes qui conduiront à l'isolement et à la formation de petits Etats sans capacité réelle de contribuer à la régulation de la globalisation.
Ce n'est pas un choix mineur. Ceux qui optent pour la défense de l'isolement et louent les avantages des petits pays donnent fréquemment comme exemples de prospérité ceux qui l'atteignent en exploitant les ressources d'autres dans la jungle globale. En face de la responsabilité de construire un monde plus juste pour tous, l'illusion de penser qu'on pourra prospérer au prix de la pauvreté d'autres, dans un monde dans lequel tous dépendent de tous.
Je m'unis à ceux qui rejettent cet isolement et optent pour l'exercice responsable de notre condition de citoyens européens. En face du "sauve qui peut", je revendique le fait que nous ne pourrons obtenir un monde plus juste pour nos enfants et petits-enfants que si nous restons justes, si nous ne renonçons pas au projet européen.
Voilà pourquoi je me sens fier de faire partie de la Société civile catalane, une entité qui lutte pour que les Catalans continuent à faire partie de ce projet solidaire qu'est l'Europe; et je suis reconnaissant du fait que cet effort ait été reconnu par l'attribution d'un prix qui s'identifie pleinement à l'esprit qui nous unit : le prix citoyen européen que concède le Parlement européen et qui sera remis au siège du Parlement ce mardi 25.
RAFAEL ARENAS GARCÍA EST PROFESSEUR ORDINAIRE DE DROIT DE L'UNIVERSITÉ AUTONOME DE BARCELONE ET MEMBRE DE L'ASSEMBLEE DIRIGEANTE DE LA SOCIÉTÉ CIVILE CATALANE
Source : Fundación para la libertad, 25/02/15
-oOo-
26.02.15 | 20:34. Archivado en EuropaEspañaSociogenéticaÉticaPro justitia et libertateGeopolítica

La citoyenneté européenne comme engagement

"Je m'unis à ceux qui refusent l'isolement nationaliste et choisissent d'exercer en toute responsabilité notre condition de citoyens européens"
La citoyenneté européenne comme engagement
RAFAEL ARENAS GARCÍA
L'Europe est un projet solidaire. "L'Union promeut la cohésion économique, sociale et territoriale, et la solidarité entre les États membres." (article 3.3. du Traité sur l'Union européenne). "L'Union et les États membres (…) ont pour objectifs la promotion de l'emploi, l'amélioration des conditions de vie et de travail, permettant leur égalisation dans le progrès, une protection sociale adéquate, le dialogue social, le développement des ressources humaines permettant un niveau d'emploi élevé et durable et la lutte contre les exclusions." (article 151.1. du Traité sur le Fonctionnement de l'Union européenne).
Ce n'est pas moi qui le dis, ce sont les textes fondamentaux de l'Union européenne. Il est nécessaire aujourd'hui de les reprendre littéralement parce que, sans cela, l'affirmation que l'Union européenne est un instrument pour la justice, la solidarité et le progrès de tous, y compris des travailleurs, pourrait sembler sarcastique. Ce n'est pas du tout le cas, l'Union européenne est un espace dans lequel les politiques doivent être orientées vers la réalisation d'une société plus juste, plus riche et plus solidaire. C'est pour cela qu'on a créé l'Union et nous, les citoyens, nous avons l'obligation de revendiquer le retour aux valeurs de sa fondation.
Cette revendication ne doit pas se réaliser abstraitement, mais elle se concrétise dans le dialogue avec les formations politiques qui nous représentent aussi bien dans les parlements nationaux que dans le Parlement européen, parce que ce sont ces formations politiques qui exercent l'énorme pouvoir dont jouit une organisation comme l'Union européenne. A travers elles, nous avons tous la capacité d'avoir une incidence sur le fonctionnement d'un des rares agents publics qui ont une réelle influence sur le monde global. L'Union n'est pas une entité secrète qui gère d'obscurs pouvoirs, mais une organisation basée sur des principes démocratiques qui est gouvernée par des personnes désignées directement ou indirectement par les citoyens, et de là notre responsabilité.
L'Union européenne est un instrument pour la participation des citoyens européens au gouvernement de la société et de l'économie. L'intégration économique mondiale qui s'accélère depuis vingt ans a provoqué la dissociation entre le monde des relations économiques et sociales (toute la planète) et le pouvoir public. Devant l'absence d'un gouvernement mondial, seuls les Etats et les organisations internationales ont la capacité de nous doter d'un gouvernement démocratique; et parmi ces organisations l'Union européenne joue un rôle remarquable, étant la première économie du monde et un acteur incontournable dans la régulation de la globalisation. A travers elle, nous, citoyens européens, pouvons faire entendre notre voix en relation avec les problèmes et défis de la société du XXIème siècle. Voilà pourquoi l'Europe doit être considérée non seulement comme un projet pour les européens mais aussi comme un acteur dans un monde qui a déjà atteint l'intégration économique et dans lequel toutes les sociétés, tous les pays et toutes les économies sont étroitement liés.
Il est donc nécessaire que nous assumions la responsabilité que suppose l'exercice de la citoyenneté européenne et que nous nous rendions compte des possibilités qu'elle nous offre. Face aux difficultés que pose la globalisation, notre condition de citoyens nous donne des outils pour obtenir un monde plus juste, plus solidaire et plus durable.
Tout le monde ne partage pas cette vision, cependant. Devant les défis que lance la globalisation, certains secteurs cèdent à la tentation de s'enfermer sur soi-même, de s'isoler et de penser qu'il sera plus facile, dans de petites communautés, de trouver des solutions aux problèmes qui nous affectent. Le nationalisme est de retour et il faut reconnaître que c'est un retour en force. Dans certains pays, comme en France, il s'allie à des visions xénophobes et au projet explicite de détruire l'UE. Dans d'autres, il prend la forme de tensions sécessionnistes qui conduiront à l'isolement et à la formation de petits Etats sans capacité réelle de contribuer à la régulation de la globalisation.
Ce n'est pas un choix mineur. Ceux qui optent pour la défense de l'isolement et louent les avantages des petits pays donnent fréquemment comme exemples de prospérité ceux qui l'atteignent en exploitant les ressources d'autres dans la jungle globale. En face de la responsabilité de construire un monde plus juste pour tous, l'illusion de penser qu'on pourra prospérer au prix de la pauvreté d'autres, dans un monde dans lequel tous dépendent de tous.
Je m'unis à ceux qui rejettent cet isolement et optent pour l'exercice responsable de notre condition de citoyens européens. En face du "sauve qui peut", je revendique le fait que nous ne pourrons obtenir un monde plus juste pour nos enfants et petits-enfants que si nous restons justes, si nous ne renonçons pas au projet européen.
Voilà pourquoi je me sens fier de faire partie de la Société civile catalane, une entité qui lutte pour que les Catalans continuent à faire partie de ce projet solidaire qu'est l'Europe; et je suis reconnaissant du fait que cet effort ait été reconnu par l'attribution d'un prix qui s'identifie pleinement à l'esprit qui nous unit : le prix citoyen européen que concède le Parlement européen et qui sera remis au siège du Parlement ce mardi 25.
RAFAEL ARENAS GARCÍA EST PROFESSEUR ORDINAIRE DE DROIT DE L'UNIVERSITÉ AUTONOME DE BARCELONE ET MEMBRE DE L'ASSEMBLEE DIRIGEANTE DE LA SOCIÉTÉ CIVILE CATALANE
Source : Fundación para la libertad, 25/02/15
-oOo-
26.02.15 | 20:34. Archivado en EuropaEspañaSociogenéticaÉticaPro justitia et libertateGeopolítica