jueves, marzo 11, 2010

SOS Presos de conciencia Cubanos enfermos

Querida Amiga Ileana; queridos Amigos Cubanos, tanto en Cuba como en el exilio; y queridos Amigos de todo el mundo, que estos días manifestáis vuestro vivo interés por el drama que sufre Cuba ante la tragedia de sus prisioneros de conciencia enfermos, que han de recurrir a la huelga de hambre y de sed, para ser oídos por su propio gobierno, que parece sordo, por los gobiernos amigos de su gobierno, que se hacen los sordos, y por la opinión internacional, que tiene derecho a conocer la verdad.
Os propongo que tomemos a la letra la contraproposición de Guillermo Fariñas a Raúl Castro:
El Gobierno cubano contempla la posibilidad de que Guillermo Fariñas viaje a España para poner fin a la crisis. Guillermo Fariñas, como buen psicólogo, rechaza esta proposición si se limita a su persona, pero la aceptaría si se generalizara para todos los presos políticos enfermos.
He aquí la contraproposición de Guillermo Fariñas que debemos apoyar:
"Yo no quiero el exilio. Lo que propongo al Gobierno de Raúl Castro, si quiere acabar con esta huelga, es que deje salir a España a los presos políticos enfermos". (1)
Como lo sabéis, la mala salud de Guillermo Fariñas, imposible de ocultar, no admite ya dilaciones.
Su "contraproposición" es, -al estilo de las pruebas de fuego medievales, arriesgadas para probar la inocencia de un condenado que se estima inocente-, un reto de Guillermo Fariña frente al poder, en busca de la verdad de las intenciones reales tanto del Gobierno cubano como del Gobierno español, puesto que Madrid y La Habana ofrecen a Guillermo Fariñas exiliarse en España, pretendidamente «por motivos humanitarios» (2).
Lo es también para nosotros, que deseamos firmemente, no como un aspaviento diplomático, sino como una exigencia de los derechos humanos reconocidos por todas las naciones civilizadas, la salud y la libertad tanto de Guillermo Fariñas como de todos los prisioneros políticos y de conciencia enfermos en las cárceles cubanas.
Éste puede ser un primer paso, altamente simbólico, para salir de la inaceptable situación actual cubana, salida con rumbo hacia la normalización de la vida socio-económica y política de Cuba, cuya absoluta anormalidad describe con claridad meridiana Ileana Medina Hernández en su artículo de hoy: El dinero del enemigo.

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El dinero del enemigo
Ileana Medina Hernández

Hoy a las 14:09


Debo confesar, que hace un tiempo -en un foro de Facebook que ha pasado a la historia por la triste circunstancia de ser “culpable” de la expulsión temporal de un alumno de la Facultad de Periodismo de La Habana- me quedé estupefacta al leer, de “boca” de estudiantes de dicha Facultad, algunos argumentos que me parecieron imposibles en jóvenes de 20 años de la Cuba de hoy.
En el calor de los debates, algunos estudiantes de la FCOM con acceso a internet, nos acusaban, a los que vivimos “fuera”, de habernos vendido “por dinero”. Nuestro delito consiste, pues, en cobrar por nuestro trabajo todos los meses un sueldo en euros, en dólares, en quetzales, en bolívares o en francos de Burundi.
Los argumentos partían del análisis del fenómeno de la bloguera Yoani Sánchez, a quienes todos los oficialistas acusan de “escribir por dinero”.
Cada vez que algún disidente cubano se hace visible, el primer insulto que se le ocurre a las autoridades es el de “mercenario al servicio del enemigo”. “Lo hacen por dinero”, vociferan.
Cuando algún dirigente quiere ser “tronado”, enseguida aparece el argumento del “enriquecimiento ilícito”. No los “truenan” por corruptos, pues corrupta es toda la cúpula militar-empresarial que maneja las grandes empresas de incorporación de divisas al país. Los dejan ser corruptos mientras son fieles, para poder quitarlos con el pretexto de la corrupción cuando se vuelven “infieles”.
El dinero es la “gran sombra” de la Revolución Cubana. La relación de amor-odio-ignorancia que el sistema cubano ha establecido con el dinero es patológica. El discurso de la Revolución se ha construido a favor de los “pobres”, y la obra principal de la Revolución ha sido la de distribuir equitativamente la pobreza.
Tener o poseer dinero, o simplemente ganar un sueldo trabajando, es en Cuba un delito.
Por la misma razón, la gente ha dejado de tener pudor en pedir abiertamente dinero (la "limosna" pedida a los turistas es el deporte nacional) y han perdido toda noción de lo que cuestan las cosas, suponiendo -alentados en parte por cierto tipo de emigrantes que vuelven a Cuba a presumir- que todo el que vive en otro país es "rico" o millonario, y tiene el "deber" de regalarle su dinero.
El sistema económico de la “propiedad social” se ha demostrado en todas partes absolutamente improductivo. Las empresas e industrias cubanas no generan riqueza. Como dice un chiste “el cubano se hace el que trabaja, y el Estado se hace el que paga”. Ni se produce, ni se cobra. El salario promedio de un ingeniero o un médico en Cuba no supera los 20 euros mensuales. El de un trabajador no cualificado no supera los 10.
Podríamos preguntarnos entonces, en un sistema económico así, de dónde puede salir el dinero y los recursos para mantener los cacareados “logros de la Revolución”: a saber, la educación y la sanidad universal y gratuitas.
Quienes vivimos en los países desarrollados, sabemos bien lo costosos y difíciles de gestionar que son los sistemas educativos y sanitarios públicos (que existen y funcionan bastante bien en toda Europa). ¿Cómo puede un país pobre como Cuba, cuyo sistema económico además es absolutamente improductivo, presumir de modelos de servicios públicos que son tan caros y difíciles de mantener?
En primer lugar, porque las condiciones en que permanecen los hospitales y las escuelas en Cuba hoy en día son tan penosas, que cualquier inspector sanitario los cerraría a cal y canto nada más entrar por la puerta. Pero ese no es el motivo principal de este artículo y me desvío.
En segundo lugar, porque los principales renglones productivos de Cuba, las principales fuentes de divisas, son externas al sistema: el turismo y las remesas de los emigrantes.
Eso es normal en muchos países del llamado “Tercer Mundo”. Las remesas de emigrantes son un recurso fundamental incluso en países grandes como México o Argentina, y se han llegado a considerar “el primer ingreso de América Latina”. Y es, por supuesto, una fuente justa -y aún insuficiente- de reparto de riquezas mundial.
Lo que no es tan normal, es que encima de constituir el primer recurso económico del país, a los emigrantes se nos denigre, se nos acuse de “gusanos” y enemigos, se nos prive de nuestros derechos en nuestro país de origen, y se nos extorsione constantemente para que, si queremos volver a entrar a Cuba a visitar a nuestras familias, tengamos que dejar considerables cantidades de dinero al Estado en permisos e impuestos absolutamente injustos.
Perdonen que me detenga en describir algunos de los altísimos (y violadores de derechos humanos) impuestos que tenemos que pagar los cubanos del exterior si queremos volver a ver a nuestras familias, pero son desconocidos por la mayoría de la gente del mundo "normal".
Los cubanos residentes en Cuba, para salir del país, deben pagarle al Estado cubano un permiso llamado “carta blanca” que cuesta 150 dólares, y una carta de invitación que cuesta 250. Además, los cubanos que salen de visita al extranjero deben pagarle al Estado cubano 40 euros ¡por cada mes! que permanezcan en el exterior (dinero que pagan casi siempre sus familiares o amigos en el exterior).
El pasaporte español, por ejemplo, cuesta 20 euros cada 10 años. El pasaporte cubano cuesta 90 euros (¡¡¡sí!!!, 90 euros que se hacen 115 si es un “trámite no personal”, o sea si no te personas en el Consulado) cada dos años, y 150 cada seis años.
Los cubanos “con la categoría de emigrados”, aunque tengamos otros pasaportes, si queremos entrar a Cuba debemos hacerlo con el pasaporte cubano, y debemos pagar además 80 euros de permiso de entrada ¡a nuestro propio país! Los precios pueden comprobarlos en la página web de la Embajada de Cuba en España, en la sección de Servicios Consulares.
Recientemente, acaban de aprobar además la obligatoriedad de pagar un seguro médico privado a la entrada a partir de mayo de este año, que es un impuesto solapado más, a pagar incluso en el propio aeropuerto. Además de las propinas que descaradamente piden todos los funcionarios con los que tropiezas en tal avatar burocrático.
Las tiendas de productos básicos en Cuba (higiene y alimentación: los comunes y corrientes supermercados) venden sus productos en una moneda que no es la misma con la que los cubanos cobran sus salarios. En esas tiendas (todas propiedas del Estado, el único propietario en Cuba) los precios se fijan arbitrariamente, fuera de toda ley de oferta y demanda, y un litro de aceite de girasol cuesta mucho más caro que en cualquier supermercado de Europa.
Esa moneda, llamada peso cubano convertible (CUC) es de valor semejante al euro. El salario promedio mensual en Cuba sería de 20 CUCs, lo suficiente para comprar en esas tiendas 1 kg de carne de res ó 3 litros de aceite de oliva. Por tanto, la inmensa mayoría del dinero que se recauda en esas tiendas proviene igualmente de los turistas y de las remesas de emigrantes. También tienen supermercados on-line donde los emigrantes pueden encargar productos para regalar a sus familiares.
Los turistas, esos perversos ciudadanos capitalistas que acuden a votar en sus países cada cuatro años a partidos conservadores o socialdemócratas; y los emigrantes, esos gusanos anti-patriotas que se venden por dinero y que difaman contra la Revolución, sostienen con su trabajo remunerado en una economía que genera riqueza, la exánime economía “socialista” del país.
Y no sólo con nuestro trabajo, sino con nuestra sensibilidad y nuestro alto peaje emocional, que no nos permite dejar en la estacada a nuestras familias, ni dejar de visitar nuestra tierra.
No es nada nuevo, no es noticia. Pero encontrarme en Facebook con gente que todavía mantiene esas consignas indecentes y estúpidas, fascistas y excluyentes, gente que muerde la misma mano que le alimenta, me indigna y me entristece.

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(1) La disidencia cubana se moviliza para salvar a Fariñas
El opositor se encuentra muy débil después de dos semanas en huelga de hambre
MAURICIO VICENT | La Habana 09/03/2010


(2)
Madrid- El Gobierno de Zapatero ha ofrecido al activista cubano Guillermo Fariñas, que lleva 13 días en huelga de hambre, viajar a España «por motivos humanitarios». Así lo confirmaron a este periódico fuentes del Ministerio de Exteriores, quienes aclararon que la propuesta, rechazada por el disidente de la dictadura de los Castro, contaba «con el conocimiento y la aprobación» del Gobierno de La Habana.

Las mismas fuentes explicaron que fue un diplomático español, el consejero político de la embajada Carlos Pérez-Desoy, quien lo visitó ayer en su casa de Santa Clara para trasladarle la preocupación del Gobierno por su salud. «También le han pedido que interrumpa su huelga de hambre y a ambas cosas ha dicho que no», añadieron.
En una conversación telefónica con LA RAZÓN, interrumpida de forma constante, Fariñas aseguró que la iniciativa partió del régimen cubano, que habría solicitado la mediación española. Según informó Efe, Fariñas respondió que sería mejor liberar a 26 presos políticos enfermos en la isla, que no abandonará su protesta mientras sigan encarcelados y que no se plantea ir a España, opción que sólo aceptaría si le niegan la atención en los hospitales cubanos cuando sufra un colapso.
«Hicimos una contrapropuesta: que saquen a los 26 que se están muriendo. Ese día yo dejaré la huelga y volveré a ser periodista independiente (...) Ahora no pensamos abandonar el país (...) Seguiré hasta las últimas consecuencias», dijo Fariñas.
El opositor reiteró su denuncia de que el Gobierno que preside Raúl Castro quiere que muera, y que así lo demuestra un informe publicado ayer por el diario oficial «Granma». «Para mí es un honor que el Gobierno me asesine delante de toda la opinión publica internacional y nacional (...) y el error es que lo están manteniendo de manera pública», dijo Fariñas. El disidente comenzó la huelga dos días después de la muerte de Orlando Zapata tras 86 días sin comer.
Fuente: El disidente cubano se niega a dejar su huelga de hambre
Madrid y La Habana ofrecen a Fariñas exiliarse en España,
La Razón, 8 Marzo 10 - M. Gutiérrez.


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10.03.10 @ 23:58:35. Archivado en Europa, Las Américas, Amistad Europea Universitaria, España, Sociogenética, Ética, Pro justitia et libertate, Geopolítica, Alimentación