domingo, septiembre 24, 2006

Solidaridad natural ibérica

Solidaridad natural ibérica

Permalink 24.09.06 @ 19:30:00. Archivado en Europa, Amistad Europea Universitaria, España

El profesor Aníbal Cavaco Silva, Presidente de la república portuguesa desde hace seis meses, comienza mañana su primera visita oficial a España como Jefe de Estado. Le acompañan los ministros de Economía, Exteriores, Ambiente y Ciencia mas una quincena de científicos, artistas y jóvenes industriales.

Según ha afirmado en una entrevista que ha concedido en el palacio de Belém, en Lisboa, al diario El País, “España y Portugal viven el mejor momento en la historia de sus relaciones, aunque deben abrir nuevas áreas de cooperación y entendimiento.”

"Si Europa es un mercado único, la península será aún más un mercado único natural. Las empresas portuguesas deben pensar en términos de mercado ibérico. No hay que tener miedo, no podemos tener prejuicios.”

El nuevo presidente, el sexto de la III República Portuguesa, es un antiguo primer ministro

El 9 de marzo de 2006 prestó juramento en la Asamblea parlamentaria como Presidente de la III República Portuguesa el profesor Cavaco, economista de convicciones conservadoras, que fue durante diez años, de 1985 a 1995, primer ministro y líder del centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD).

El profesor Cavaco Silva era recordado por los electores como el gobernante que, con pulso liberal, metió al país ibérico por la senda de las grandes reformas estructurales y modernizadoras, reformas que la oposición de izquierdas denunció como desprovistas de sensibilidad social.

En el arranque de su actual mandato presidencial de cinco años, al cabo del cual podrá optar a la reelección, Cavaco ha repetido su compromiso de establecer con el Gobierno socialista una “cooperación leal y fructífera” basada en “consensos amplios”, para conferir al país una “estabilidad política dinámica”.

Cinco fueron los desafíos que se marcó hasta 2011: sacar a la economía de su estado de anemia; aumentar la cualificación de los trabajadores, las empresas y la enseñanza; mejorar la eficacia de la justicia; mantener la sustentabilidad de la Seguridad Social; y, dar más credibilidad al sistema político a través de la lucha contra la corrupción.

Algunos datos significativos de su biografía

Nacido el 15 de julio de 1939, en Boliqueime, municipio de Loulé, distrito de Faro, Aníbal Cavaco Silva es hijo de Teodoro Gonçalves Silva, un modesto gasolinero rural. Según escribe el mismo Presidente en su autobiografía, Boliqueime es "una pequeña y desconocida aldea" de la región del Algarve. Allí tuvo que trabajar junto a su abuelo en labores agrícolas como castigo por no aprobar el curso en la Escuela Comercial e Industrial de Faro. Tenía 14 años.

Creció en un ambiente de clase media-baja. Sólo con tesón y trabajo consiguió superar las estrecheces económicas, abandonar su Algarve natal y matricularse en el Instituto Superior de Ciencias Económicas y Financieras (ISCEF, luego llamado Instituto Superior de Economía, ISE, y más tarde Instituto Superior de Economía y Gestión, ISEG) de la Universidad Técnica de Lisboa.

Compaginando las clases con la práctica deportiva de la carrera de vallas, especialidad atlética de la que llegó a ser campeón nacional, en 1964 obtuvo la licenciatura en Finanzas. A continuación realizó el servicio militar obligatorio, en la administración del Ejército portugués en la entonces provincia ultramarina de Mozambique. Un año antes había contraído matrimonio con Maria Alves da Silva, titulada en Filología Germánica, con la que tuvo dos hijos, Patricia María, que es la madre de sus cuatro nietos, y Bruno.

Satisfechas sus obligaciones con la milicia, Cavaco emprendió en el ISCEF una carrera académica muy bien jalonada. Primero fue profesor asociado de Economía Pública y Economía Política a la vez que becario investigador en la Fundación Calouste Gulbenkian. Luego, en 1968, Cavaco se trasladó al Reino Unido, para perfeccionar su formación en la Universidad de York, donde alcanzó el doctorado en Economía en 1973. Recuérdese que 1968 fue el año en que murió el dictador Antonio de Oliveira Salazar y el profesor Marcelo Caetano se convirtió en el nuevo rostro del régimen republicano del Estado Novo.

La Revolución de los Claveles tuvo lugar el 25 de abril de 1974, cuando Cavaco acababa de regresar de Inglaterra junto con su esposa. A diferencia de muchos compañeros de generación, se mantuvo al margen de la efervescencia política del momento. Con todo, se hizo militante del Partido Popular Demócrata (PPD), formación de centro, pero pronto escorada a la derecha, echada a andar el 6 de mayo de aquel año por Francisco Sá Carneiro, secretario general del partido a la vez que ministro en el primer Gobierno Provisional que siguió al derrocamiento de Caetano, Francisco Pinto Balsemão y José Magalhães Mota.

Retrato de agencias periodísticas (EFE 23/01/2006, CET)

Alto, delgado -sólo unas canas en las sienes revelan que ya cumplió 66 años-, Cavaco se mueve con agilidad y ha seguido un ritmo de trabajo en la campaña electoral que ha estado a punto de acabar con sus colaboradores más cercanos.

Tuvo como profesora de dicción a la actriz Gloria de Matos, pero no consiguió ser un orador brillante ni destacar como polemista.

Sus largas ausencias de los debates parlamentarios hicieron que algunos dirigentes de la oposición lo acusasen de “arrogante y prepotente”, aunque un colaborador asegura que “su timidez era confundida con arrogancia”. Sin embargo, una de las frases que pronunció durante su Gobierno aún le persigue: “Nunca me equivoco y raramente tengo dudas”.

Su determinación se puso a prueba el 3 de abril de 1987, cuando perdió una moción de censura promovida por el Partido Renovador Democrático, del ex presidente Antonio Ramalho Eanes, con lo que por primera vez desde la Revolución de los Claveles, en 1974, caía un Gobierno en Portugal.

Enseñanza e investigación universitarias

Inició su actividad docente en la ISE, que en 1975 extendió, ya como profesor titular, a la Universidad Católica Portuguesa (UCP), donde dirigió la revista Economia, y en 1978 a la Facultad de Economía de la Universidad Nueva de Lisboa (UNL). En 1977 debutó en la función pública del Estado con el nombramiento de director del Departamento de Estadísticas y Estudios Económicos del Banco de Portugal.

Publicaciones y distinciones

Aníbal Cavaco Silva ha publicado, además de los dos volúmenes de sus propias memorias, los ensayos Economic Effects of Public Debt (1977), Finanças Públicas e Política Macroeconómica (1982), As Reformas da Década (1995), Portugal e a Moeda Única (1997), União Monetária Europeia, Funcionamento e Implicaçoes (1999) y Crónicas de Uma Crise Anunciada (2001). Su labor como estadista y economista ha merecido el Premio Joseph Bech, concedido en 1991 por la Fundación Alfred Toepfer F.V.S. de Hamburgo; en 1995 el Premio a la Libertad de la Fundación Max Schmidheiny de la Universidad suiza de St. Gallen, y en 1995 también el Premio Carl Bertelsmann de la Fundación homónima basada en la ciudad alemana de Gütersloh. Asimismo, es doctor honoris causa por las universidades de York (1993) y A Coruña (1996).

Retirarse a tiempo de la política, para volver después

En las elecciones generales del 19 de julio de 1987, como líder del Partido Social Demócrata (PSD), consiguió su primera mayoría absoluta y logró formar su primer Gobierno monocolor. Confiesa que “impuso disciplina” a los diputados del PSD basada “en el reglamento del grupo parlamentario del PSOE”, ya que Felipe González le facilitó una copia del mismo.

Cavaco Silva se alejó de la política después de aspirar por vez primera a la Presidencia en 1996 y de salir derrotado por el precedente jefe de Estado, Jorge Sampaio. “Debemos tener la sabiduría de que cuando pasa un cierto tiempo retirarnos, porque lo que el electorado comienza a valorar, por encima de todo, es la palabra cambio”, escribió en su autobiografía.

Hace menos de un año regresó de lleno a la arena política, tomando cierta distancia de su partido y presentando su candidatura como una decisión motivada “por la profunda crisis” que vive Portugal y la contribución que puede hacer para superarla: “Nunca me hubiera presentado si no hubiera estado absolutamente convencido de que podía contribuir a situar a Portugal otra vez en la senda del crecimiento. Y sin querer volver a gobernar, ni a legislar, porque el presidente no gobierna ni legisla. Aunque, eso sí, tiene la fuerza que da haber sido elegido directamente por el pueblo.”

No echa de menos la capacidad ejecutiva de cambiar las cosas como primer ministro.

“Puedo ayudar a cambiar. Hace poco, los dos grandes partidos han firmado un pacto para reformar la Justicia; es la primera vez que pasa algo parecido en Portugal. El presidente favoreció ese clima. El presidente habla todas las semanas con el primer ministro durante mucho tiempo: tiene que ser informado sobre la política interna. Tengo un diálogo franco, abierto y constructivo con él; hablo con el ministro de Defensa si es necesario, y con el de Exteriores... La palabra del presidente es muy importante en Portugal. Tiene que ser muy cuidadoso si no quiere crear inestabilidad.”

Relación especial con España

“La visita es especial, porque tenemos una relación especial con España. Tengo una inmensa estima y consideración al rey Juan Carlos, que cuando yo era primer ministro hizo mucho para profundizar el diálogo entre los dos países.

Los dos países ibéricos han beneficiado mucho a la Unión Europea y se han beneficiado de ella

“En cuanto al balance de la experiencia europea, somos dos casos de éxito. Basta comparar lo que eran Portugal y España en 1986 y lo que son ahora. Europa supuso una gran plusvalía para los dos países. Y ha sido un marco decisivo para las relaciones entre ambos países. Cambió completamente nuestra manera de relacionarnos. En los primeros 15 años de adhesión a la Unión Europea, los dos países consiguieron resultados muy buenos, y el ritmo de progreso de Portugal fue incluso mejor que el español. Mejoramos 20 puntos porcentuales nuestro atraso en desarrollo respecto a la media europea. A partir de 2000, España ha mantenido un dinamismo económico muy fuerte y el portugués ha aflojado, así que España se ha ido alejando... Pero creo que Portugal va a reencontrarse con la senda del desarrollo europeo. De todos modos, ambos países deben sentirse orgullosos de lo que han hecho en estos 20 años. También nosotros hemos dado una gran plusvalía a Europa: la relación de Europa con Latinoamérica, Brasil, África y el sur del Mediterráneo es muy diferente hoy a lo que era. La presencia de los dos países ibéricos ha beneficiado mucho a la Unión.”

Cómo puede la UE superar sus dudas actuales

“El tratado de Maastricht fue firmado bajo la presidencia portuguesa y estoy muy orgulloso de eso. Fue un gran éxito, la Unión Monetaria reforzó a Europa como potencia económica mundial. Pero no me gusta la palabra crisis para definir el actual momento de la UE. Prefiero la palabra dudas. Dudas que resultan, además, del éxito de Europa, que atrae a 10 países del Este y a otros como Croacia, Turquía, Bosnia-Herzegovina o Serbia que ambicionan entrar lo antes posible. Se habla de crisis por los referendos de Francia y Holanda sobre el tratado constitucional. Pero hemos seguido avanzando. Hemos firmado las perspectivas financieras 2007-2013, se ha moldeado una nueva política energética, se ha profundizado en la Agenda de Lisboa...”

La actitud europea ante la inmigración ilegal, el conflicto de Oriente Próximo o la tragedia africana

“Admito que el peso político está por detrás del peso económico. Lo que hace falta es más Europa, no menos. La gente demanda que la UE dé respuestas a sus problemas concretos: inseguridad, desempleo, inmigración ilegal, seguridad social... La salida debe ser ésa: los líderes deben explicar a los ciudadanos, que son cada vez más exigentes y no están interesados en el debate institucional, que Europa es la respuesta para los problemas, no la causa. La inmigración ilegal es desde luego un fenómeno europeo, y requiere una respuesta europea. La globalización económica también exige que no actuemos a la defensiva, sino mirándola como una oportunidad para desarrollar juntos más tecnología e innovación y resolver el problema del empleo.”

Líbano como frontera sur de Europa

“Líbano es la frontera sur de Europa, y lo que sucede allí habla sobre Europa, que tiene que demostrar que puede contribuir a mantener una paz duradera en la región. Europa es la primera interesada en esa paz que debe estar basada en la creación de un Estado palestino, la garantía de fronteras seguras para Israel y un Estado libanés con soberanía plena sobre todo el territorio. Espero que tengamos éxito, porque la ONU ha puesto la carga sobre la Unión Europea al colocar primero un mando francés y después uno italiano. Pero la región es muy difícil, los odios se han acumulado durante mucho tiempo, hay muchos extremismos...

Relación de concertación euro-ibérica con Felipe González

“Con Felipe contribuimos decisivamente al nuevo clima de relaciones entre los dos países. Primero a través de las cumbres, que hoy siguen teniendo un papel importante para estimular el diálogo político a todos los niveles, la cooperación, los acuerdos bilaterales... Teníamos una relación cordial... Somos de la misma generación.”

“Teníamos buena química, una óptima relación y un buen diálogo. Y había concertación en las materias de integración a la UE. En la mayoría de los casos nuestras posiciones convergían. Portugal y España tuvieron un papel importante en negociaciones difíciles de aquel tiempo, como la de los fondos Delors. Entonces comenzaron a destruirse las desconfianzas históricas y dejamos de vivir de espaldas.

Interdependencia de los dos socios ibéricos

Hoy, por suerte, la relación ya no depende del líder político de allí o aquí, hay gran interdependencia. España es nuestro gran socio económico, el país donde exportamos más, un 30% del total, y del que más importamos, también casi un 30%. Y Portugal es el tercer cliente de España, tras Francia y Alemania. España nos vende más que a Latinoamérica, a América, a Asia, y a todos los nuevos países de la UE. Nada de lo que pasa en España es irrelevante para Portugal y nada de lo que pase en Portugal puede ser irrelevante para España.”

La cooperación con su primer ministro socialista explica la minicumbre hispano-lusa

“Ya en campaña dije que mi mandato sería de cooperación estratégica con Sócrates {el primer ministro socialista}. Estoy cumpliendo mis compromisos: contribuir a un clima de estabilidad política y de confianza para la movilización de los ciudadanos. En las relaciones externas, el Gobierno y el presidente actúan de manera conjunta. Por eso el Gobierno decidió, lo que me satisface mucho, que vinieran conmigo cuatro ministros, como reconocimiento de esa relación especial con España. La situación es excelente, la más estrecha de siempre. Pero todavía hay campos por explorar. Ciencia e innovación, por ejemplo. A veces pueden surgir proteccionismos disfrazados aquí y allá; deben ser resueltos con diálogo.”

Articular los mecanismos del “mercado único natural ibérico”.

“No todo está hecho ni todo está resuelto, y tal vez ese punto es uno de los que no están todavía claros. Pero ésa es una materia del Gobierno. Las sociedades mixtas tienen que ser ampliadas, aunque ya hay muchas empresas españolas en Portugal [1.050, 500 de ellas con capital mayoritario] y 400 empresas portuguesas en España. La interdependencia será mayor aún en el futuro. Si Europa es un mercado único, la península será aún más un mercado único natural. Las empresas portuguesas deben pensar en términos de mercado ibérico. No hay que tener miedo, no podemos tener prejuicios.”