jueves, noviembre 23, 2006

VW juega al golf de la corrupción

VW juega al golf de la corrupción

Permalink 23.11.06 @ 17:30:00. Archivado en Europa, Ética

Dudosos manejos de Peter Hartz, ex miembro del directorio de Volkswagen como director de Asuntos Laborales.

En primer plano, la orden por la dirección alemana de VW de poner fin a la fabricación en Bélgica del Golf, para fabricarlo a partir de ahora en dos instalaciones alemanas, en Wolfsburg y Mosel, a pesar de que la compañía cerrará en Alemania veinte mil puestos de trabajo en tres años. El Golf es el principal modelo producido, a un ritmo de cerca de 200 mil unidades anuales, en Forest, hacendosa comuna industrial de Bruselas.

El primer ministro belga ha recordado con severidad y con razón los esfuerzos desarrollados por los fondos públicos y por los propios obreros durante los últimos años "para transformar esta planta en una de las más productivas de Europa". Verhofstadt ha manifestado sin ambages "su comprensión por la amargura y la cólera de los trabajadores".

El líder incontestable del partido socialista, Elio Di Rupo, hijo de un minero italiano, ha declarado con fuerza que está "furioso de ver que el capitalismo puede provocar tales dramas". Ha denunciado, a la luz de las reglas del juego de concertación empresarial existentes en Bélgica, que "los únicos interlocutores de la dirección de Volkswagen han sido los poderes públicos y los sindicatos alemanes". Para él como para muchos belgas esta hecatombe laboral cuestiona nuestra solidaridad europea. En unas declaraciones al diario Le Soir ha manifestado indignado: "¿dónde está Europa ante todo esto?". Su diagnóstico ha sido que "estamos ante un problema típicamente europeo e internacional y no hay ningún tipo de Gobierno europeo. Es aberrante."

El diario económico belga "De Tijd" evocó el 11 de noviembre la posibilidad de que VW Forest aumente la producción del modelo Polo, en detrimento de la planta española de Pamplona.

Según diversas fuentes citadas por el diario, VW daría "una cantidad suplementaria de modelos Polo" a la factoría belga, para compensar la pérdida del Golf.

En la actualidad, los 5.400 trabajadores de VW Forest fabrican anualmente unas 11.000 unidades del modelo Polo y 194.000 del modelo Golf.

Según este periódico flamenco y en el marco de la reestructuración del grupo, para remediar a su sobrecapacidad actual en Europa occidental, la planta belga tendrá que reducir su producción en 2007 a un máximo de 173.000 unidades, lo que supondría una pérdida de "al menos 2.000 puestos de empleo" en la fábrica de Forest.

El número adicional del modelo Polo para Forest provendría de Volkswagen Navarra, según las hipótesis del mismo periódico, que intenta alentar a su clientela flamenca, con tres mil obreros en Forest. Los 4.300 trabajadores de Navarra producen anualmente unos 240.000 coches del modelo más pequeño, el Polo, cuyo futuro navarro sería, según esta hipótesis flamenca, bastante "inseguro".

Como paisaje de fondo de la inexplicable y trágica liquidación de cuatro mil empleos en la factoría belga de VW, reconocida en todo el mundo como una de las más eficientes y modernas de la marca, aparece la malversación y favorecimiento ilegal de representantes del personal alemán en 44 casos.

La Justicia alemana inició el 16/11/06 una acción procesal contra el ex director de Asuntos Laborales de Volkswagen Peter Hartz, acusado de malversación en 44 casos y favorecimiento ilegal de representantes del personal. Paralelamente fueron detenidos cinco altos empleados de Siemens, acusados de corrupción.

Klaus Volkert, ex jefe del consejo de empresa, organismo de representación de los trabajadores, recibió de Hartz, entre 1995 y 2005, bonificaciones especiales por casi dos millones de euros, sin que estas cantidades quedaran justificadas en la contabilidad oficial de Volkswagen.

Según ha concluido la Fiscalía en sus investigaciones, Peter Hartz, actuando como todo poderoso jefe de Personal, había neutralizado los mecanismos de control previstos por la empresa, dejándolos sin efecto.

La mano larga de Peter Hartz había llegado mucho más lejos en su liberalidad con Volkert, puesto que se extendió pródigamente hasta el Brasil. Entre los años 2000 y 2004, Hartz hizo llegar a la amante de Volkert, la brasileña Adriana Barros, unos cuatrocientos mil euros, sin que ninguna prestación laboral a VW justificara este flujo de dinero. Con el propósito de darle a este flujo de prodigalidad "una pátina de legalidad", se fingió un "contrato de agencia", cerrado sólo oralmente con Barros. Según la Fiscalía, Hartz estaba al corriente de esta ficción y la había aprobado (*).

Trato pródigo en favor del representante de los trabajadores

En el texto de la acusación, de 63 páginas, se lee que el todo poderoso Peter Hartz había dado instrucciones a su colaborador Klaus-Joachim Gebauer, en 1997, para que tratara al jefe de la representación del personal "de forma generosa y para nada mezquina".

Peter Hartz disponía hasta hoy, 23 de noviembre, para oponerse a la apertura del proceso o para corregir los cargos. El Tribunal Regional de Braunschweig, donde se tramita la causa, ha comunicado que los legajos presentados por la Fiscalía deben ser revisados a partir de ahora. Se trata de 17 legajos principales más once legajos de pruebas. Lo cual hace que no se prevea la apertura del proceso antes de finales del año.

Hace un poco más de un mes, Peter Hartz reconoció una "responsabilidad penal por favorecimientos concedidos al ex presidente del consejo de empresa". Según la Fiscalía, el resultado de este reconocimiento, por parte del acusado, permite esperar que las investigaciones puedan concluirse más rápidamente de lo previsto.

Supremas paradojas de este caso de corrupción

El nombre de Peter Hartz es muy conocido en Alemania, por estar asociado a una reforma de los sistemas sociales que él concibió y propuso (Hartz-Konzept).

Klaus Volkert es un tornero-mecánico que ha llegado, por vía sindical, al ápice de la empresa.

En cierta manera asistimos a la traición interna del mundo obrero por los propios agentes ideológicos y militantes de este mundo.

-oOo-

(*) O segredo de Adryanna Barros

O maior escândalo empresarial na Alemanha tem uma brasileira como um dos personagens principais.

A paixão de um executivo da Volkswagen financiou ilegalmente durante pelo menos sete anos a carreira de uma apresentadora da Rede TV!.

Viagens com vôos na primeira classe, hotéis cinco estrelas, contratos
fantasmas, apartamento de luxo, fazenda e ONG duvidosa, presentes de amor, contribuiram para a queda de Klaus Volkert, um torneiro-
mecânico que chegou ao ápice da empresa.

O caso foi desvendado por um auditoria interna da companhia, ocupa as manchetes dos diários do país e agora está ocupando a polícia e a promotoria pública. A Volkswagen, sangrada em milhões de Euros por quem deveria dirigi-la com lucros, além de caso de policia, é também agora mais uma empresa a ser saneada e com futuro incerto.

Um dos nomes mais citados pela imprensa alemã, Adriana B., que já enriquece o acervo de lorotas e piadas no país, é desvendado pelo ABKnet como sendo Adryanna Barros, de Garça, interior paulista, com queda para homens mais velhos e endinheirados.