jueves, abril 14, 2011

Necesitamos un turismo responsable

 


El principal piloto del prestigioso grupo hotelero andaluz Fuerte Hoteles, José Luque, antes Director general y ahora Consejero delegado, indica a sus colegas de profesión el rumbo que hay que proseguir, para quien como él ya lo seguía, o que tomar, para quien lo ignoraba o esquivaba: hay que llevar hasta sus últimas consecuencias el principio fundamental del Código ético mundial para el turismo. Este principio es la responsabilidad, porque sin ella no hay deontología profesional que valga.
Afirmamos el derecho al turismo y a la libertad de desplazamiento turístico,
Expresamos nuestra voluntad de promover un orden turístico mundial equitativo, responsable y sostenible, en beneficio mutuo de todos los sectores de la sociedad y en un entorno de economía internacional abierta y liberalizada, yProclamamos solemnemente con ese fin los principios del Código Ético Mundial para el Turismo.
Preámbulo del Código Ético Mundial para el Turismo,
“Resolución adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el
21 de diciembre de 2001″
A/RES/56/212.
Fuente: Código ético mundial para el turismo
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El turismo que necesitamos, por José Luque
Javier Ortiz Sánchez

Abr 11th, 2011
Este sábado José Luque publica en el Diario Sur de Málaga un artículo en el que reflexiona sobre las claves para captar un perfil de turista de calidad.
Luque resalta que “en un escenario de competencia, donde el factor precio ya no es un factor de decisión para venir a la Costa del Sol, es necesario incidir en hacer reflexiones estratégicas sobre cuáles son nuestras opciones de futuro”. Para lo cual, Luque propone hacer un planteamiento basándose en los principios del turismo responsable y resolver las cuestiones que preocupan a la costa malagueña pero que también es aplicable a cualquier otro destino maduro del mediterráneo:
¿Tenemos el perfil de turista que realmente queremos? ¿Tenemos el producto y los servicios que demanda el turista de calidad que deseamos? ¿Podemos vivir en el largo plazo con esta presión de precios a la baja y con los altos costos que soportamos?

En este sentido, se plantea el turismo responsable como “una opción no ya de futuro sino de presente, que sirve como una útil herramienta para reflexionar sobre estos retos. Se trata de un circulo virtuoso que se retroalimenta y cuyo eje fundamental es la calidad sobre cuatro pilares: la satisfacción del cliente, el respeto al entorno, la autenticidad y el perfil responsable de las empresas.”
La calidad, entendida primero como la satisfacción de los clientes, significa que sólo serán válidas las estrategias orientadas a mejorar la formación de las personas que prestan el servicio y las instalaciones donde lo hacen.
Para la mejora de la calidad en destino, José expone dos acciones necesarias a llevar a cabo, la reorientación de recursos para la formación y el reciclaje de instalaciones hoteleras. En la primera de todas destaca el papel de escuelas que como La Cónsula de Churriana han hecho tanto por renovar la cocina tradicional e innovar en materia de formación.
El segundo parámetro es la calidad del entorno, y ésta comienza con el saneamiento integral de nuestras costas, pasa por el esfuerzo por que todos contaminemos menos, pero también tiene mucho que ver con la imagen del destino, con la mejora de nuestro entorno urbano y la preservación del medio ambiente.
Las ventajas que consigue un destino tan consolidado como la Costa del Sol, poniendo en valor el cuidado del entorno urbano y medioambiental, pueden traducirse en un refuerzo de marca e imagen, que es donde el turista se apoya para verse identificado con un destino a la hora de tomar la decisión de ir de vacaciones. “Tenemos buenas prácticas como la rehabilitación y el impulso museístico que ha dinamizado el centro de Málaga, pero aquí en la costa queda mucho por hacer”, comenta a este respecto.
El tercer parámetro es lo que llamo nivel de autenticidad de nuestra oferta, es decir toda la parte experiencial de las vacaciones, basada en nuestros elementos culturales diferenciales. Me gusta poner el ejemplo de que una sardina la puedes comer en todo el mundo, pero un espeto de sardinas solo en un chiringuito de Málaga.
Mucho se habla de la experiencia de los viajeros en un destino y el efecto que resulta al regreso de éste al contarlo en su entorno, redes sociales, un medio, etc. Pero, ¿Hacen los destinos lo adecuado para promocionar fuera lo auténtico de su comunidad local? Un ejercicio de reflexión que sorprende cuando ves desde otro país cómo se vende un destino que conoces bien o en el que has vivido.
El cuarto pilar es el perfil responsable de la empresa. Es decir, sus comportamientos responsables, desde el fomento de certificaciones que mejoren la gestión de la calidad y el cuidado del medio ambiente hasta buenas prácticas como fomentar la compra a proveedores locales. Un comportamiento responsable clave es la transparencia.
La transparencia es un concepto sobre el que ya hemos escrito aquí con anterioridad y sobre el que podemos escribir mucho. Pero es facil resumirlo en este contexto con la afirmación que en el entorno donde se desenvuelven las empresas hoy día, el cliente conoce más sobre las mismas que la propia empresa misma; y es entre otros factores, por lo que el mercado demanda más trasnparencia de información.
Como última reflexión, un binomio que podrá dar mucho de sí será el turismo resplonsable y los efectos de las redes sociales en la promoción de destinos y empresas turísticas.
Fuente: Blog.ResponsibleHotels
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El turismo que necesitamos
José LUQUE GARCÍA

Consejero delegado de FUERTE HOTELES y Responsible HOTELS.TRAVEL
09.04.2011.
El turismo es un sector estratégico para Málaga y muchas otras zonas españolas, un hecho que siguen avalando los 52,6 millones de turistas que, según el Instituto de Estudios Turísticos, entraron en España durante el 2010. La reciente crisis tunecina y egipcia nos ha demostrado no sólo lo que hemos ganado este año (sobre todo Canarias y Mallorca) sino fundamentalmente los turistas que hemos perdido durante los últimos años.
En este escenario de competencia donde el factor precio ya no es un factor de decisión para venir a la Costa del Sol, es necesario incidir en hacer una reflexión estratégica sobre cuáles son nuestras opciones de futuro. Lo que aquí propongo es usar la metodología del turismo responsable para responder a estas y a otras preguntas: ¿Tenemos el perfil de turista que realmente queremos? ¿Tenemos el producto y los servicios que demanda el turista de calidad que deseamos? ¿Podemos vivir en el largo plazo con esta presión de precios a la baja y con los altos costos que soportamos?
El turismo responsable es realmente una opción no ya de futuro sino de presente, que sirve como una útil herramienta para reflexionar sobre estos retos. Se trata de un circulo virtuoso que se retroalimenta y cuyo eje fundamental es la calidad sobre cuatro pilares: la satisfacción del cliente, el respeto al entorno, la autenticidad y el perfil responsable de las empresas.
La calidad, entendida primero como la satisfacción de los clientes, significa que sólo serán válidas estrategias orientadas a mejorar la formación de las personas que prestan el servicio y las instalaciones donde lo hacen. Esto se resume en dos acciones: es imperativo orientar aún más los recursos públicos y privados a la formación de calidad y a las renovaciones y reciclaje de la instalaciones hoteleras.
El enfoque de escuelas como La Cónsula de Churriana, que tanto han hecho por renovar nuestra cocina, es el camino a seguir. Las ayudas públicas orientadas a renovar establecimientos hoteleros y a reconvertir en otros usos aquellos hoteles que no tienen arreglo es una prioridad. El costo de imagen de ‘morir matando’ compensa con creces la inversión en alternativas, sobre todo para aquellos establecimientos obsoletos o sencillamente mal ubicados. Planificar esto será mucho mejor para los empleados y empresarios que no estar abocados a una situación de insolvencia donde no haya de donde sacar para nadie.
El segundo parámetro es la calidad del entorno, y ésta comienza con el saneamiento integral de nuestras costas, pasa por el esfuerzo por que todos contaminemos menos, pero también tiene mucho que ver con la imagen del destino, con la mejora de nuestro entorno urbano y la preservación del medio ambiente. Terminar con el saneamiento no es una asignatura del futuro sino del pasado, y aún la tenemos pendiente. En una zona tan consolidada como la nuestra el cuidado del entorno urbano y medioambiental es sin duda el gran reto. Tenemos buenas prácticas como la rehabilitación y el impulso museístico que ha dinamizado el centro de Málaga, pero aquí en la costa queda mucho por hacer.
El tercer parámetro es lo que llamo nivel de autenticidad de nuestra oferta, es decir toda la parte experiencial de las vacaciones basada en nuestros elementos culturales diferenciales. Me gusta poner el ejemplo de que una sardina la puedes comer en todo el mundo, pero un espeto de sardinas sólo en un chiringuito de Málaga. La primera dama de Estados Unidos, en su afortunada visita del pasado verano a la Costa del Sol, nos mostró el camino: fue de compras callejeando por el casco antiguo de Marbella, donde cenó en un restaurante de cocina local, hizo una excursión a la ciudad de Ronda y otra a Granada. ¿Por qué? Porque esas experiencias sólo las puede tener aquí.
El cuarto pilar es el perfil responsable de la empresa. Es decir, sus comportamientos responsables, desde el fomento de certificaciones que mejoren la gestión de la calidad y el cuidado del medio ambiente, hasta buenas prácticas como fomentar la compra a proveedores locales.
Un comportamiento responsable clave es la transparencia. Es absolutamente necesario extender el buen hábito de los clientes que escriben en Internet su opinión sobre los hoteles y restaurantes a todos los servicios públicos implicados en la experiencia vacacional (transportes, oficinas de turismo….). La administración turística debiera impulsar innovadoras plataformas en la red donde nuestros turistas valoren esos servicios. «Lo que no se puede medir no se puede gestionar». Esta innovadora actitud revelaría muchas malas prácticas que nos perjudican.
El turista responsable es generalmente una persona de formación universitaria, de clase media y alta, sensible con la calidad (nivel de servicio y de las instalaciones ) del entorno (urbano y medioambiental), que le gusta tener experiencias en contacto con la cultura del lugar donde viaja y que valora el perfil responsable de las empresas. Apostar por él nos traerá muchos beneficios a medio y largo plazo
Fuente: Diario Sur de Málaga
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