La paradoja transgeneracional a la que asistimos, unos como agentes y otros como pacientes, es global.
Se manifiesta con particular agudeza en España, donde el colectivo más castigado por el paro es la juventud, con una tasa de paro juvenil del 40%, la más alta de la UE.
La paradoja transgeneracional es también europea y mundial, porque se manifiesta, con diferentes grados de intensidad, tanto en las prósperas Europa y Norteamérica como en el resto del planeta. Por el momento la paradoja transgeneracional es particularmente aguda en los países sometidos a dictaduras, que lo son en general los de las antiguas colonias europeas, muchas de ellas de cultura árabe y/o de religión musulmana.
La paradoja es, como recurso retórico, una "figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción". Tal es el caso de una frase o texto donde se atribuyen dos cualidades contrarias o dos proposiciones contradictorias a un mismo sujeto.
Cualidades contrarias: ‘El avaro es un rico pobre’: “Mira al avaro, en sus riquezas, pobre".
Proposiciones contradictorias: ‘El futuro de la humanidad no tiene futuro’: “La juventud, que es el futuro de la humanidad no tiene futuro”.
Solemos decir que la juventud es nuestro futuro, pero privando a la juventud de futuro, como lo hacemos al negarle sus derechos, la reducimos a la inexistencia, al mismo tiempo que nos privamos a nosotros mismos de nuestro propio futuro, tanto personal como social y mundial.
Actualmente se niegan impunemente a la juventud los siguientes derechos humanos: el trabajo en la dignidad y la justicia, garantizado por contratos no precarios; la seguridad económica durante la vida de trabajo y durante el retiro; la formación y el conocimiento no mercantilizados; la vivienda no sometida a la especulación inmobiliaria.
El Manifiesto de “Jóvenes SIN futuro” resume esta situación de injusticia intergeneracional afirmando:
“Somos las y los jóvenes a quienes las élites económicas y las políticas de nuestros gobiernos nos quieren convertir en la generación sin formación ni trabajo ni pensión digna.No lo olvidemos: El único futuro de la humanidad es la juventud, pero si la juventud no tiene futuro, la humanidad tampoco lo tiene.
Aquellos que, además, no tendremos casa en nuestra vida, desde que los especuladores hicieron del derecho a la vivienda un negocio con el que enriquecerse; un modelo de crecimiento económico que ha fracasado y ha generado esta crisis. Hemos tomado conciencia de que las medidas de salida a la crisis económica se han realizado a través de una constante socialización de las pérdidas.”
Manifiesto: "Juventud SIN futuro"
"Nosotras y nosotros, la juventud sin futuro, nos dirigimos a la opinión pública para mostrar nuestro desacuerdo con la política de recortes sociales del Gobierno, y la consecuencia más grave y con mayor impacto en el futuro que estas medidas representan: la juventud más preparada de nuestra historia vivirá peor que sus padres.
La agresión contra el colectivo juvenil en un escenario de crisis capitalista, con una tasa de paro juvenil del 40%, la más alta de la UE, se materializa principalmente en tres medidas:
o La Reforma laboral, que aumenta la temporalidad de nuestros contratos, la flexibilidad laboral y supone la desaparición de la negociación colectiva, convirtiéndonos en trabajadores precarios/as de por vida.
o La Reforma del sistema de pensiones, que retrasa la edad de jubilación y reduce la cuantía de nuestras futuras pensiones y nos dificulta aún más encontrar un trabajo digno. Todo ello nos plantea un horizonte sin futuro.
o La mercantilización de la Educación pública, que apuesta por la rentabilidad privada, y no por la formación y el conocimiento. Una universidad de élite para una minoría y fábrica de precarios para una mayoría, con medidas que se concretan en una nueva selectividad que pone trabas al acceso a la universidad y en la degradación de la formación profesional.
Somos las y los jóvenes a quienes las élites económicas y las políticas de nuestros gobiernos nos quieren convertir en la generación sin formación ni trabajo ni pensión digna. Aquellos que, además, no tendremos casa en nuestra vida, desde que los especuladores hicieron del derecho a la vivienda un negocio con el que enriquecerse; un modelo de crecimiento económico que ha fracasado y ha generado esta crisis. Hemos tomado conciencia de que las medidas de salida a la crisis económica se han realizado a través de una constante socialización de las pérdidas.
Frente a la salida de la crisis por la derecha, nosotras y nosotros, la generación precaria, señalamos a los culpables y reivindicamos ser escuchados.
Queremos recuperar nuestra capacidad para ser actores de un motor de cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización de nuestra educación. Somos además conscientes de que la movilización y la lucha tienen sentido, pero sobre todo de que son necesarias. Italia, Francia, Grecia o Islandia nos enseñan que la movilización es indispensable. El mundo árabe nos demuestra que la victoria es posible.
Por eso llamamos a un ciclo de movilizaciones que recuperen la voz de la juventud en la calle, y lo hacemos extensivo a la sociedad civil. Nosotros no nos fiamos, sabemos que esto sólo lo solucionamos sin los que causaron esta crisis. Instamos a emprender la movilización colectiva, a reivindicar nuestro derecho a disentir, a reconstruir nuestro futuro.
Los abajo firmantes, estudiantes y miembros de la comunidad educativa, jóvenes trabajadoras y jóvenes trabajadores, movimientos sociales, profesionales de la ciencia, la técnica; mundo de la cultura y de las artes dan respaldo con su firma a este llamamiento a la movilización.
«Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo»
Manifestación en Madrid: jueves 7 de abril - 19h - Pza. Antón Martín
Juventud SIN futuro
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