lunes, julio 21, 2008

Los rehenes de las FARC tras su liberación

Los rehenes de las FARC tras su liberación

Permalink 21.07.08 @ 11:50:01. Archivado en Las Américas, Pro justitia et libertate

Los rehenes de las FARC que han logrado volver a sus hogares pasan por un proceso de readaptación física y afectiva. Clara Rojas (1), la colega de Ingrid Betancourt que recuperó su libertad en enero pasado, pudo retomar el rol de madre que las FARC y las duras circunstancias de la selva interrumpieron pocos meses después del nacimiento de Emmanuel. “He tenido la suerte de retomar mi vida sin más contratiempos que los normales. A pesar de la separación con Emmanuel, él se ha adaptado muy bien a su nueva vida”. Otros colegas de cautiverio no han tenido la misma suerte que Clara.

Altos y bajos luego del secuestro
Artículo de Carlos Rojas Araujo, Bogotá.

elcomercio.com

Nada puede ser igual tras seis, ocho ó 10 años de secuestro. Los momentos que pierden los rehenes y sus familias no se vuelven a recuperar cuando el doloroso cautiverio termina.
Padres que envejecen con el sufrimiento; relaciones conyugales que se rompen por la forzosa separación; hijos que han crecido de golpe y seres queridos a los que hay que visitar en sus tumbas. Retomar las riendas normales de la vida es el anhelo de quienes han sido secuestrados por los grupos armados ilegales en Colombia y que han recuperado su libertad en el transcurso de los últimos meses.

Clara Rojas, quien fue jefe de campaña presidencial de Íngrid Betancourt y luego su binomio en el 2002, lo hizo en enero pasado. Pudo retomar el rol de madre que las FARC y las duras circunstancias de la selva interrumpieron pocos meses después del nacimiento de Emmanuel. “He tenido la suerte de retomar mi vida sin más contratiempos que los normales. A pesar de la separación con Emmanuel, él se ha adaptado muy bien a su nueva vida”.

No fue este el caso del ex senador Jorge Eduardo Géchem, quien a finales junio, decidió separarse de su esposa Lucy, por problemas personales.

“Las FARC me devolvieron otra persona”, comentó recientemente la cónyuge del dirigente político, al asegurar que le ha hado todo el cariño posible para que su regreso al hogar no conlleve traumatismos.

Priscila Gutiérrez es una de las psicólogas del Departamento de DD.HH. de la Policía de Colombia. Su misión ha sido acompañar, durante estos años, a las casi 400 familias de los policías que han sido secuestrados. “Tenemos que estar con ellos desde el principio de la tragedia hasta el día en que sus seres queridos retornen del cautiverio, para empezar la fase del reencuentro”.

Si bien Gutiérrez no conoce en detalle la ayuda psicológica que reciben las familias de los secuestrados civiles, advierte que es muy importante que el acompañamiento profesional sea permanente. Incluso, según explica, lo ideal sería que se alargue tres o cuatro años después de que se haya producido la libertad.

Clara Rojas coincide en que ese acompañamiento es vital y que no todos los secuestrados civiles tienen esa posibilidad, porque la ayuda a los militares y policías es institucional.

La reinserción de los liberados empieza por mantenerlos alejados de los requerimientos de los medios de comunicación. Gutiérrez explica que ellos deben refugiarse en el calor de sus familias y de la institución militar o policial a la cual pertenecen. “Es impresionante el cariño que esta gente le toma a su uniforme cuando está en el secuestro”.

Primero se concentran en los exámenes médicos. Todos los liberados lo hacen. Géchem y los ex congresistas Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán han tenido que visitar varios especialistas. El primero padecía de problemas cardíacos, Pérez de una diabetes agresiva y Beltrán se sometió a una cirugía delicada, al igual que Clara Rojas.

Lo mismo pasa con los militares y policías liberados. Hay que monitorear si quedan rezagos de las enfermedades tropicales y ver cómo está su estómago, porque la mala alimentación produce grados de desnutrición y dolencias gástricas.

Las madres o esposas de los liberados no pueden consentirlos, en un inicio, con los platillos favoritos que se les antojen. Por el contrario, es necesaria una dieta cuidadosa para adaptar nuevamente el aparato digestivo. Lo mismo sucede con el trabajo en el aspecto afectivo de los rehenes y sus allegados, antes y después del esperado reencuentro. “A las familias víctimas de este flagelo se las prepara con tiempo”, puntualiza Gutiérrez.

Los testimonios de vida que a lo largo de las últimas semanas han narrado los últimos 15 rehenes rescatados por el Ejército colombiano, entre ellos Íngrid Betancourt, demuestran un alto grado de fortaleza espiritual. Sin embargo, resulta necesario monitorear si alguno de ellos presenta signos de lo que los especialistas conocen como síndrome del estrés postraumático.

Clara Rojas comenta que las horas de soledad y sufrimiento vuelve a las personas más maduras, y eso es positivo cuando retoman su vida y encuentran cambios drásticos.

El ex canciller Fernando Araújo, que pudo escapar de las FARC en diciembre del 2006, cuando volvió a su casa se encontró con que su matrimonio había terminado.

Sin embargo, apunta Gutiérrez, esta no es una regla para todas las parejas. “La mayoría de las esposas espera con ansias a sus esposos. Con ellas hay que trabajar mucho la necesidad de comprender a su pareja cuando esté de vuelta”. Esto se debe, básicamente, a que temas muy íntimos de la persona, como el sexual, pueden resultar afectados en los días o años de secuestro.

Cambios en libertad

Los liberados tienen escoltas que los protegen. El subintendente John Frank Pinchao, por ejemplo, tenía cuatro personas porque burló el cautiverio y se fugó, lo que planteaba una posible retaliación de las FARC.

Por razones similares, Luis Eladio Pérez optó por viajar la semana pasada a Miami, en busca de un sitio seguro para él y su familia.

Los militares y policías se reintegran de inmediato a sus instituciones. De todos modos, durante los primaros años son asignados a actividades administrativas y de capacitación.

El crecimiento de las vías, nuevos centros comerciales, los artículos de última tecnología y la diferencia de precios son lo que más impacta al secuestrado que llega de la selva.

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(1) Clara Rojas en Wikipedia

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