viernes, agosto 31, 2007

Diagnóstico y cura de la partidocracia

Diagnóstico y cura de la partidocracia

Permalink 31.08.07 @ 11:15:00. Archivado en Escritura bloguera, El Quijote, Semántica, Pragmática, España, Sociogenética, Ética, Pro justitia et libertate

Ofrezco la reedición de este artículo mío del año cervantino (1) a quienes consideran que la salida de Rosa Díez del partido socialista, para incorporarse en un movimiento ciudadano, debe ser aprovechada por todos los partidos democráticos, para reflexionar sobre el peligro extremo al que la partidocracia, incluso practicada en alternancia, expone a la democracia auténtica, que es el Bien Común de todos los ciudadanos.

Es muy posible que la salida de Rosa del partido socialista sustraiga votos útiles tanto al PSOE como al PP, pero es seguro que reenforzará la visibilidad de los ciudadanos que estamos hartos de aguantar los intolerables excesos de la partidocracia, verdadero cáncer de nuestra democracia.

Diagnóstico y cura de la partidocracia

La partidocracia es una enfermedad degenerativa de la democracia. Probablemente es la más grave, porque su mal consiste en desposeer al pueblo de su soberanía. Como tal enfermedad presenta una serie de síntomas que el sociólogo está en condiciones de interpretar, mediante un diagnóstico de politólogo, que reúne estos síntomas en una síntesis coherente que los hace comprensibles y curables

Tanto la comprensión como la curación de la partidocracia, presuponen que el pueblo que sufre la enajenación de su soberanía por los partidos disfruta todavía de la lucidez y del sentido crítico necesarios, para comprender el diagnóstico y admitir la cura que se le propone. Estos presupuestos no se cumplen ni en los pueblos que se desentienden de la política, sea desconfiando visceralmente de los partidos y pasando de votar (los absentistas abstencionistas), sea confiando ciegamente en ellos y votando sus consignas como autómatas (los partidistas), ni en los que decretan como remedio su desaparición, confiando la cura de su mal a un dictador.

La única actitud que hace a un pueblo capaz de comprender el diagnóstico de esta enfermedad degenerativa de su democracia y aceptar el remedio que se le propone para curarla, es su voluntad de superar la partidocracia mediante la coalición de todas sus fuerzas democráticas vivas.

En cierta manera esto es lo que hicimos los españoles al apoyar unas cortes constituyentes cuyo mandato popular en 1978 era el redactar una constitución lo más cercana posible al ideal de nuestra reconciliación, precisamente mediante la coalición de todas nuestras fuerzas democráticas. Era la única forma de pasar sin conflicto armado de la autocracia monárquica heredada del franquismo, cuya única salida inteligente y pacífica era el renunciar en favor del pueblo como lo hizo don Juan Carlos, a la democracia coronada actual.

La paradoja que vivimos ahora consiste en que los partidos cometen el error que no cometió don Juan Carlos en 1975, queriendo arrogarse una soberanía que nos corresponde a todos como pueblo. Esto es precisamente la partidocracia, mal degenerativo mortal del que sufrimos actualmente.

Partidocracia vs. partitocracia

¿Por qué la llamo yo, con la mayoría universal de los sociólogos, partidocracia más bien que partitocracia? En primer lugar, precisamente porque esta es la denominación más universal. Verifique usted mismo: el buscador Google encuentra aproximadamente 47.000 casos de partidocracia en 0,16 segundos; mientras que sólo encuentra 11.600 de partitocracia en 0,18 segundos.

Partitocracia es un italianismo cometido en 1977 por un politólogo franquista, insensible a su cacofonía en castellano (del italiano partitocrazia), cuyo deseo era el defender lo que el franquismo llamaba la democracia orgánica: “Partitocracia es un procedimiento para intentar el ideal democrático, sólo eso, no puede ser ni un principio, ni un fin, sólo un sistema que ha venido demostrando fallos en cuantía muy considerable para que el hombre pueda identificarlo con su ideal definitivo de vida. La máxima concesión que puede hacerse a la partitocracia, es la de ser un sistema menos malo que otros. § Franco quiso la democracia, pero por vías diferentes a las partitocráticas. Consideró que la vía orgánica, desarrollada en el seno de las instituciones naturales, en las que el hombre sufre sus problemas y encuentra sus aspiraciones, era el procedimiento más adecuado para alcanzar una representatividad cierta.”, Eduardo González Ruiz, La misión del ejército en la sociedad contemporánea, Magisterio Español; Prensa Española (Madrid), 1977, p. 84.

Hoy mismo el buscador Google encuentra el término italiano partitocrazia aproximadamente 38.200 en 0,23 segundos. El Dizionario di historia define actualmente la partitocrazia como la degeneración del sistema democrático que consiste en la alteración de la naturaleza de los partidos políticos, al ocupar y usar las instituciones públicas para objetivos diversos de las finalidades para las cuales fueron creadas: “Degenerazione del sistema democratico, consistente in un'alterazione della natura dei partiti politici che da espressione della volontà dei gruppi sociali che compongono la popolazione divengono strumenti, di fatto solidali tra loro e quindi sottratti al controllo democratico, per l'occupazione delle istituzioni pubbliche e la loro utilizzazione a scopi diversi dalle finalità per cui sono sorte. Il fenomeno colpì la Repubblica italiana, fino a metterla a repentaglio, dagli anni settanta del Novecento. Le gravi distorsioni indotte dalla partitocrazia anche sul terreno economico (vedi Tangentopoli) portarono in Italia all'abrogazione referendaria della legge sul finanziamento pubblico dei partiti (1993)”.

Semántica histórica del término

partidocracia (doc. 1989, Panamá; partido + -cracia elem. compositivo que significa ‘dominio o poder’, del gr. –kratía, de la raíz de krátos ‘fuerza’) f. Denominación calificativa peyorativa y despectiva ‘fuerza, poder del partido’ ej. Bancocracia, fisiocracia. Esta denominación resulta del calco semántico del término político inglés “partyarchy”, de Michael Coppedge, 1994, derivándola de la concepción de “poliarquías” de Robert Dall, inspirado a su vez del alemán Spengler (Blankenburg 1880 - Munich 1936), autor de The Decline of the West. La traducción morfosemántica del inglés partyarchy hubiera debido ser: partidoarquía. El uso actual de partyarchy es menos frecuente que el de partycracy. Google encuentra aproximadamente 160 empleos en 0,24 segundos.

Los politólogos actuales caracterizan la partidocracia como una desviación del papel que corresponde a los partidos políticos en la democracia representativa, identificando cuatro síntomas distintivos que permiten definirla y diagnosticarla, desde el momento en que aparece. Estos mismos síntomas permiten también combatirla en sus propias raíces, cuando el pueblo que la sufre en su democracia enferma tiene la firme voluntad de curarla. Los cuatro síntomas son:

1. Monopolio de los nombramientos para cargos de elección popular

2. Control sobre los representantes electos

3. Patrimonialismo partidista

4. Partidización de la sociedad civil

A partir de aquí cedo la palabra al brillante politólogo y político salvadoreño Rubén Ignacio ZAMORA, cuya heroica lucha contra la partidocracia es bien conocida, tanto por los sociólogos como por todos los defensores de la democracia en el mundo entero. Su lectura nos advierte a todos de que este gravísimo peligro amenaza actualmente no sólo a El Salvador, a Latinoamérica, a España o a la Unión Europea, sino al mundo globalizado por entero, comenzando por la democracia hegemónica de los Estados Unidos de América, cuya partidocracia suicida amenaza con llevarnos a todos al apocalipsis.

* * *

El concepto de partidocracia es muy poco usado por la literatura académica de ciencias políticas. En la literatura en inglés no encontramos uno equivalente al que ocupamos en castellano. Algunos teóricos alemanes han acuñado el término de “Parteienstaat” o “Estado de Partidos” que no puede asimilarse al de partidocracia, aún cuando tengan evidentes connotaciones comunes. Algún autor, concretamente Michael Coppedge (Coppedge, 1994) ha intentado acuñar la expresión “Partyarchy” derivándola de la concepción de poliarquías de Robert Dall, para caracterizar el fenómeno que estamos analizando.

Por el contrario, en el lenguaje periodístico y en las discusiones de políticos y comentaristas, especialmente en el mundo de habla hispana e italiana, el concepto tiene amplia circulación: partidocrazia en italiano y partidocracia en castellano son vocablos de uso creciente en el lenguaje político, por lo general con una connotación depreciativa y aludiendo a un estado de “enfermedad” del régimen democrático; en esto estriba una de las diferencias fundamentales con la concepción del Estado de partidos, pues para éstos se trata de la evolución del Estado moderno mientras que en el caso de partidocracia se usa para señalar una deformación de la democracia. El concepto surge en el contexto de la discusión de las relaciones entre sociedad civil y sociedad política y alude a una abusiva apropiación de espacios políticos por parte de los partidos políticos en una determinada sociedad.

En los regímenes de partido único, sean estos de corte socialista o simplemente autoritario, la preeminencia que el partido adquiere en la vida política es indiscutible y, como ya lo previó Rosa Luxemburgo en la famosa discusión que sostuvo con Lenin sobre el papel del partido, la predominancia absoluta que los bolcheviques acordaron al papel del partido en la conducción del Estado y la sociedad, llevaría inevitablemente a la muerte de la democracia socialista y a la “brutalización de la vida pública” (Luxemburgo, 1961, p.71). No hay duda que la crítica de Luxemburgo era certera, especialmente si se toma en cuenta lo que sucedió en la URSS y en el resto del “campo socialista” con el ascenso de Stalin al control del partido, sin embargo, la literatura política al analizar este fenómeno no lo caracteriza como partidocracia, sino simplemente de dictadura, autoritarismo o, en algunos autores, de partidolatría y el énfasis se ha puesto en la concepción verticalista del ejercicio del poder y en su carácter represivo, más que en la abusiva extensión del papel del partido. La discusión sobre partidocracia no está asociada a los regímenes de partido único, por más que ellos expresan el problema en forma paradigmática.

La discusión contemporánea se circunscribe al análisis de los regímenes democráticos, que cuentan con pluralidad de partidos, en los que las libertades públicas fundamentales tienen vigencia así como la separación de órganos del Estado. Es decir, donde la sociedad civil tiene posibilidades de constituirse en su multiplicidad y actuar, planteando así la disputa de espacios con los partidos políticos; no es pues, arbitrario, que el uso de partidocracia en su forma depreciativa provenga principalmente de las organizaciones de la sociedad civil.

Podemos calificar la partidocracia como una desviación del papel que corresponde a los partidos políticos en la democracia representativa e identificar cuatro características principales como los rasgos definitivos del fenómeno:

1. Monopolio de nominaciones: Si los partidos tienen la exclusividad –de hecho o legalizada– de las nominaciones para cargos de elección popular. La postulación de candidatos a cargos de elección popular es considerada como negocio exclusivo de los partidos políticos, una especie de “estanco político” que el Estado le confiere a los partidos y de esa manera no solo los dota de un enorme poder (la posibilidad de excluir a ciudadanos del derecho a ser electos), sino que le permite a los partidos garantizar sus intereses postulando a los cargos públicos a personas que no se convertirán en una amenaza a los mismos una vez adquieran el poder a través del voto popular. A lo anterior en varios países se añade que el sistema de emisión del voto es de voto por partido y no por candidato; el elector únicamente tiene la opción de marcar la bandera del partido y no puede expresar preferencias por determinados candidatos dentro de los propuestos por el partido; de esta manera se proyecta la imagen de que el elector está optando por partidos y no por personas y se refuerza el monopolio de nominaciones por parte de los partidos.

Un caso extremo es el de El Salvador, donde la Constitución Política de 1983, consagra explícitamente el monopolio partidario de la representación popular, así, el Art. 85 inciso 2º.: “El sistema político es pluralista y se expresa por medio de los partidos políticos, que son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del gobierno”. La disposición en cuestión tiene una trascendencia aún mayor, pues se encuentra ubicada en el único título de la Constitución que, según el Art. 248 inciso último de la misma, no puede reformarse.

Por el contrario, muchos otros países permiten, especialmente a nivel municipal, la presentación de candidaturas no provenientes de los partidos políticos mediante la constitución de comités cívicos. Se trata de un correctivo saludable a la tendencia de los partidos a monopolizar el acceso al puesto público; sin embargo, los resultados de este tipo de candidaturas no son concluyentes: en muchos casos, como Guatemala por ejemplo, los partidos se “adaptan” al sistema y una buena parte de los “comités cívicos municipales” son extensiones del partido con otro nombre. En Mozambique después de las elecciones municipales de junio de 1988, en las que participaron diversos Comités no partidarios, los movimientos cívicos iniciaron un proceso de confederación para participar en las elecciones legislativas del siguiente año. Precisamente porque en 1988 los candidatos independientes obtuvieron más del 80% de los puestos, la reacción de los dos partidos mayoritarios (FRELIMO y FRENAMO) fue modificar la Ley Electoral para conferir el monopolio legal de postulación a los partidos políticos.

2. Control sobre representantes electos: El nivel de disciplina partidaria al que son sometidos los representantes electos se convierte en otro indicador del nivel de partidocracia en un régimen político. La mayoría de las Constituciones de América Latina tienden a garantizar la independencia de los legisladores, haciendo honor a la teoría clásica del mandato libre; sin embargo, la práctica de la actividad legislativa, especialmente por la diversidad y complejidad de temas que llegan al conocimiento de cada diputado y sobre los cuales tiene que emitir voto, hacen que el agrupamiento de parlamentarios en grupos o fracciones legislativas sea un imperativo de la eficiencia; la constitución de las fracciones sigue, casi invariablemente, el agrupamiento partidario y es reforzada por el hecho que los parlamentarios hablan a “nombre del partido”. Estos dos factores empujan a un creciente control del partido sobre las temáticas legislativas o municipales. Los diputados de una fracción deben “seguir la línea” del partido ya no solo en las cuestiones planteadas en el programa legislativo que presentaron durante la campaña electoral, sino en prácticamente todas las decisiones que se deban tomar en el órgano Legislativo; de tal manera que la norma es acatar la disciplina partidaria y sólo por excepción y por decisión expresa los diputados de una fracción quedan en “libertad” de votar según su conciencia.

Una extensión extrema de este control es el caso de las legislaturas donde aquellos diputados que no se conforman a la línea de partido no sólo pueden ser expulsados del partido, sino, y por consecuencia de esta expulsión, privados de su curul en la legislatura. Esta situación en América Latina se da en la República de Panamá, y también en varios países del Sudeste Asiático y del Africa, determinando un grado de control del partido que le permite anular la voluntad de los electores y que correctamente puede calificarse como partidocracia. El Congreso de la India presenta una solución intermedia: si un parlamentario se revela contra el partido, es despojado de su curul, pero si se trata de un grupo de diputados éstos pueden conservar sus asientos como una fracción legislativa independiente del partido que los postuló.

3. Patrimonialismo partidarista: Una de las características más salientes y criticadas de los partidos políticos son sus prácticas patrimonialistas, entendidas estas como los diversos mecanismos mediante los cuales los partidos políticos hacen uso de su posición institucional para apropiarse y/o repartirse recursos o partes del gobierno. El patrimonialismo implica una percepción de la política en la que la distinción entre partido y Estado, entre actividad partidaria y actividad gubernamental queda desdibujada y el gobierno es percibido y tratado como una extensión del partido, o como un botín que se obtiene mediante la contienda electoral.

En los regímenes autoritarios es a través del dictador o del partido único que se produce este fenómeno; en los regímenes de democracia representativa es, principal pero no exclusivamente, a través de los partidos políticos que se desarrollan estas actividades. El grado de patrimonialismo partidista varía de país a país; desde aquellos en que el partido que gana las elecciones procede a despedir al mayor número posible de servidores públicos para sustituirlos por los militantes propios “que han sudado la camiseta”, hasta los “acuerdos” de fracciones legislativas de integrar una mayoría a cambio de trozos de instituciones estatales que pasan a ser cotos de empleo y manejo del partido que ha dado los votos en el Congreso ya sea para pasar una legislación o para elegir a un funcionario.

A esta actitud y práctica de los partidos corresponde una “cultura cívica” en la que la práctica política partidaria es percibida por los activistas como un medio para conseguir empleo o determinados beneficios por parte del Estado: se ingresa al partido “para conseguir algo”, el puesto público se merece como recompensa “porque sudé la camiseta”.

Los partidos políticos se convierten así en agencias de empleo y la posibilidad de construir una burocracia racional y eficiente queda relegada. Desde la perspectiva de la sociedad civil este tipo de prácticas partidarias son especialmente rechazadas, generan la percepción de la partidocracia como la enfermedad de la democracia e incitan a actitudes anti-partidos políticos.

4. Partidización de la sociedad civil: En la partidocracia el horizonte de la participación política esta circunscrito a los partidos políticos; esto quiere decir que la relación entre partidos y organizaciones de la sociedad civil se desarrolla como una relación asimétrica en que el partido es el polo dominante y tiende a partidizar las organizaciones sociales, de tal manera que éstas o quedan “alineadas” a un partido político o son el campo de batalla en el que los partidos luchan por controlarlas, produciendo graves divisiones en su interior. Por otro lado, para las organizaciones sociales la vinculación o adscripción a un partido político se convierte en requisito de eficacia y en algunos casos de sobrevivencia. En forma similar se produce esta tendencia de los partidos a “capturar a la sociedad civil” a nivel de los medios de comunicación social que se encuentran o controlados o profundamente orientados por las posiciones partidaristas. No se trata de la “uniformidad” de la información tan característica de los regímenes autoritarios, sino que, aceptando la existencia de un pluralismo de la información, los medios quedan vinculados o subordinados a los partidos políticos.

El resultado es que en regímenes democráticos con partidocracia el tejido social (sociedad civil) tiende a perder su autonomía y se ve enfrentado a un dilema negativo: o se adscribe a un determinado partido político o se abstiene de participar en la política; encerrándose en sus tareas “técnicas”. De esta manera el abuso de la función política por parte de los partidos políticos tiene como correctivo la tendencia a una despolitización extrema de organizaciones sociales. El resultado es que ambos trazos devalúan la calidad de la democracia.

Los cuatro indicadores de partidocracia aquí propuestos, constituyen un “tipo ideal” y no los vamos encontrar todos y al mismo tiempo en un sistema político específico; sin embargo, su utilidad estriba en permitirnos, a través de la comprobación empírica, determinar el grado de deformación partidocrática de que adolece un determinado sistema político y, sobre todo, su utilidad se puede calibrar por las posibilidades de inducir reformas en áreas determinadas para restaurar la sanidad democrática del sistema político.

En síntesis, la noción de partidocracia, tal y como la hemos tratado aquí, alude a la implicación de varias tendencias en el desarrollo de los regímenes políticos. Por un lado expresa claramente la evolución de las formas de clientelismo político tradicional que se mueven de la relación personal cara a cara (patrono-cliente) a formas más institucionalizadas e impersonales de dicha relación (partidos-ciudadanos); por otra parte expresan, en forma deformada, la tendencia de los partidos contemporáneos a apoyarse cada vez más en el Estado, a invadirlo, o para usar la expresión de Katz y Mair de constituir el “Partido-cartel” (Katz y Mair: 1995), tendencia que refuerza la ya existente en nuestras sociedades de utilizar canales no económicos para la obtención de recursos de subsistencia, dado que las posibilidades de hacerlo por las vías propiamente económicas son reducidas. Finalmente, la partidocracia expresa la debilidad de las instituciones políticas de nuestros procesos de democratización, ya sea en su versión restauradora o de incipiente construcción.

Rubén Ignacio ZAMORA
Bibliografía:

Coppedge, Michael: Strong parties and Lame ducks. Presidential partyarchy and factionalism in Venezuela. Stanford University Press, USA, 1994.

Katz, Richard y Mair, Peter: “Changing model of party organization and party democracy: The emergence of the cartel Party”, en Party Politics. Vol. I, No. 1, 1995.

Luxemburgo, Rosa: The Rusian Revolution. Ann Arbor, Mich., 1961.

Von Beyme, Klaus: La Clase Política en el Estado de Partidos. Alianza Editorial. Madrid, 1995.

(1) Apareció en cuatro periódicos el 26.11.2005. Ver copia en Periodista digital.

miércoles, agosto 29, 2007

"El curioso impertinente" en El Quijote

"El curioso impertinente" en El Quijote

Permalink 29.08.07 @ 08:57:23. Archivado en El Quijote, Poética, Ética, Educación, Novela

Cabe decir de La Novela del Curioso impertinente que es la historia de la relación de un antiquijote con las mujeres; la impertinencia consiste en creer que las mujeres deben ser sometidas a pruebas, para que aparezca la verdad de su virtud (tema de la misoginia ambiente vs filoginia quijotesca).

Imagen: "Ventana del Albaicín", de Arquímedes Artal.

No se olvide que el tema de la lectura, que da lugar a la inserción de esta novela como objeto de lectura por los personajes en la venta, es uno de los temas mayores del Quijote; lo cual no obsta para que desde su aparición en 1605 se haya discutido mucho sobre la oportunidad de esta inserción en la primera parte del Quijote, donde ocupa tres largos capítulos (I.33-I.35).

Cervantes mismo se refirió a ella por boca de Sansón Carrasco, que se hacía eco ante don Quijote de las críticas a la historia publicada de sus hazañas (nótese la transformación de la crítica en autocrítica y la entrada de los lectores del Quijote en el Quijote, dos características esenciales de la segunda parte):

« —Una de las tachas que ponen a la tal historia—dijo el bachiller— es que su autor puso en ella una novela intitulada El curioso impertinente: no por mala ni por mal razonada, sino por no ser de aquel lugar, ni tiene que ver con la historia de su merced del señor don Quijote.» II.3.39.

El editor, refiriéndose a las dudas respectivas del autor y del traductor en cuanto a la composición del texto, declara al comienzo del capítulo consagrado a la partida de Sancho Panza a su gobierno:

«el ir siempre atenido el entendimiento, la mano y la pluma a escribir de un solo sujeto y hablar por las bocas de pocas personas era un trabajo incomportable, cuyo fruto no redundaba en el de su autor, y que por huir deste inconveniente había usado en la primera parte del artificio de algunas novelas, como fueron la del Curioso impertinente y la del Capitán cautivo, que están como separadas de la historia…», II.44.1.

Personalmente compartimos el punto de vista de Hatzfeld en cuanto a la justificación interna de esta inserción.

Mediante esta novela Cervantes multiplica las perspectivas y presta una ilusión de profundidad insondable a la ya compleja realidad creada por las dos historias sinópticas de Dorotea y Cardenio:

«A la luz de los principios de la crítica moderna se podría bien justificar la inserción de esta novela corta. Es que la novela se lee por el Cura frente a Cardenio y Dorotea (I, 32) y es su historia: Cardenio es el curioso impertinente que mostró su novia Luscinda ligeramente vestida a su amigo Fernando a través la ventana de su habitación. Fernando se enamoró de Luscinda, abandonó a su propia desposada Dorotea y se huyó con Luscinda. Lo que junta la historia acaecida con la historia relatada es, de hecho, una curiosidad impertinente y ambas historias representan dos nuevas versiones de la leyenda de Giges y su anillo. Candaules hace ver su esposa en el momento de desvestirse al pastor Giges. Ella, ofendida, pide la muerte de su esposo y el matrimonio con Giges. He aquí un curioso impertinente típico legendario: Candaules, transformado dos veces según el gusto barroco en un curioso impertinente de la historia del Quijote: Fernando y el curioso impertinente de la novela: Anselmo .», Hatzfeld, 112-113.

Dos temas que mezcla y desarrolla Cervantes en su novela corresponden a dos de sus fuentes literarias: la Prueba del vaso, que en puridad remonta a la historia de Tristán, y el Cuento de los dos amigos. Las dos fuentes se encuentran separadas en dos cuentos del Orlando furioso de Ariosto.

«Ambos los tuvo presentes Cervantes, tomando del uno el arrepentimiento y las lágrimas; del otro, el nombre de Anselmo. y de ambos la moralidad de los daños que causa la codicia de las mujeres y la impertinente curiosidad de los hombres.», Clem. 1331.b. ® Luscinda.

Cabe pensar que otra fuente sean las Églogas de Garcilaso de la Vega, donde el único personaje femenino se llama igualmente Camila, cuyo enamorado trastornado es Albanio, de cuyas locuras se compadecen e intentan sacarlo sus amigos Salicio y Nemoroso:

«Camila es ésta que está aquí dormida; | no puede de otra ser su hermosura; | la razón está clara y conocida: | una obra sola quiso la natura | hacer como ésta, y rompió luego apriesa | la estampa do fue hecha tal figura.», p. 193, vv. 778-783.

También hay que pensar en algunos sonetos del mismo Garcilaso y en la explicación que dio del Celoso temor el poeta Sevillano Fernando de Herrera en 1580:

«¡Oh celoso temor! ¿a quién pareces?, | que la envidia, tu propia y fiera madre, | se espanta en ver el mostro que ha parido.», G. de la V., p. 122.

He aquí la explicación de Herrera: «Celoso temor. Traslación en el ayuntado. Es el celo una pasión que tiene alguno porque otro goza y posee aquello que él quería poseer y gozar solo; o es una sospecha que tiene el amante de la que ama, que ella no se enamore de otro; o una temerosa sospecha del amante con la que ama, que él querría que ella no fuese de otro, sino de él. Al fin es el celo un temor o sospecha que alguno (que no querríamos nosotros) no goce alguna belleza, o por gozalla solos nosotros, o porque aquel solo goza la que nosotros querríamos. Así, sin duda el celo es especie de envidia, y Platón dice que el celo es el que tiene envidia por sospecha amorosa.», Herrera, in G. de la V., p. 468.

Cabe decir de La Novela del Curioso impertinente que es la historia de la relación de un antiquijote con las mujeres; la impertinencia consiste en creer que las mujeres deben ser sometidas a pruebas, para que aparezca la verdad de su virtud (tema de la misoginia ambiente vs filoginia quijotesca).

La impertinencia de Anselmo, el Curioso impertinente, consiste en querer someter a prueba la virtud de Camila, su mujer, como si el valor de esta virtud no consistiera en ella misma, en su verdad de conciencia, sino en la experiencia que hacen de ella los otros, en su apariencia:

«el deseo que me fatiga es pensar si Camila, mi esposa, es tan buena y tan perfeta como yo pienso, y no puedo enterarme en esta verdad, si no es probándola de manera que la prueba manifieste los quilates de su bondad, como el fuego muestra los del oro.», I.33.9.

Curiosidad impertinente que su amigo Lotario rechaza al preguntarle una y otra vez: «¿qué mejores títulos piensas darle después que los que ahora tiene, o qué será más después de lo que es ahora?… si es tan buena como crees, impertinente cosa será hacer experiencia de la mesma verdad», I.33.14;

y más adelante:

«¿para qué quieres poner esta verdad en duda?», I.33.16.

En 1611 podía leerse en el Tesoro de Covarrubias:

«Los que en el siglo celan a sus mujeres indiscretamente, son hombres de poco valor, y el demonio los trae atormentados, y ellos atormentan sus mujeres; y algunas veces las ponen en condición de hacer lo que no les pasaba por pensamiento.», Cov. 400.a.64.

El Curioso impertinente explica a su amigo la causa enfermiza de su propia impertinencia:

«Prosupuesto esto, has de considerar que yo padezco ahora la enfermedad que suelen tener algunas mujeres, que se les antoja comer tierra, yeso, carbón y otras cosas peores», I.33.22.

Esta causa enfermiza lo impulsa a someter a su mujer a tres tipos de pruebas:

1) de palabras (hasta: «—Bien está—dijo Anselmo—. Hasta aquí ha resistido Camila a las palabras», I.33.30);
2) de obras (a partir de: «es menester ver cómo resiste a las obras: yo os daré mañana dos mil escudos de oro para que se los ofrezcáis…», I.33.30;
3) de celos (I.34.8). Trágico fin de la historia: El Curioso impertinente «dejó la vida en las manos del dolor que le causó su curiosidad impertinente.», I.35.41.

¿Moraleja de la historia? La apunta el narrador en uno de sus comentarios:

«el que busca lo imposible, es justo que lo posible se le niegue», I.33.36.

«Se descalifica el comportamiento de Anselmo, porque su experimento se basa en una curiosidad malsana y en un presupuesto quimérico: la perfección moral que él busca no existe, pues no está en la naturaleza humana (y no sólo en la femenina); por lo tanto exige de Camila algo imposible. Y al exigir lo imposible «es justo que lo posible se le niegue», como advierte el comentario del narrador. Es más: al no dejarla desenvolverse según sus posibilidades, impide que su mujer –que, en el fondo, presta una digna resistencia– pueda salir airosa… C. aboga aquí, lleno de escepticismo bondadoso, por una moral que cuenta con las posibilidades reales de la naturaleza humana en vez de las exigencias de un idealismo abstracto. Y al mismo tiempo concede –contrario al drama de honor– dignidad moral a una adúltera, condenando la soberbia de un hombre que, por exigir lo imposible, es el único culpable de la degradación de su mujer.», Hans-Jörg Neuschäfer, en Rico 1998 b, p. 79.

Hay un precedente del tema de esta novela en la primera obra cervantina:

«no son los celos señales de mucho amor, sino de mucha curiosidad impertinente», La Galatea, lib. III.

¿Ha visto Cervantes en Amadís un curioso impertinente? Una justificación externa menos invocada por la crítica, pero que nos parece digna de estudio, es el precedente del Amadís de Gaula de Garci-Rodríguez de Montalvo, ±1492, donde el propio Amadís pide a su futuro suegro el rey Lisuarte, enemigo suyo poco antes, por preferir para su hija la mano del emperador de Roma, que someta a Oriana a la prueba del arco encantado de los leales amadores y la cámara defendida. He aquí la situación resumida por A. Rosenblat:

«—Mandad, señor, que antes de comer, Oriana pruebe el arco encantado de los leales amadores y la cámara defendida. Yo confío en que podrá entrar, y que en esa cámara se hará la fiesta de nuestras bodas. § —Mi buen hijo—dijo el rey—, me es fácil cumplir lo que pedís, mas temo que pongamos turbación en esta fiesta, porque muchas veces acontece que el amor engaña a los ojos, y así podría acaeceros con mi hija Oriana.», Versión de A. Rosenblat, p. 318.

En el texto original el narrador se refiere a Oriana, hija del rey Lisuarte y mujer de Amadís:

«El Rey la levantó y la besó en el rostro, y dixo: —Hija, pues conviene que antes de comer sea por vos provado el arco de los leales amadores y la cámara defendida, que esto es lo que vuestro marido me pide. § Cuando esto fue oído de toda aquella gente, a muchos plugo de ver que la prueva se hiziesse, y a otras puso gran turbación, que como la cosa tan grave de acabar fuesse y tantas y tales en ella havían falleçido, bien pensavan que, la gloria que acabándola se alcançava, que assí en ella falleçiendo se aventurava menoscabo y verguença Mas pues que vieron qu'el Rey lo mandava y Amadís lo demandava, no quisieron dezir sino que se hiziesse.», AdG, l. IV, c. CXXV p.1620. ® zelador

Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, 2005.

lunes, agosto 27, 2007

Evocando Estepa con mi colega Docampo

Evocando Estepa con mi colega Docampo

Permalink 27.08.07 @ 19:50:13. Archivado en Sobre el autor, Escritura bloguera, Sociogenética, Migraciones

Querido César: Me ha sucedido con tu sabroso comentario lo que pudo sucederme "in illo tempore ostipense" con los merengues y los tocinillos de cielo estepeños: que de buena gana me los hubiera zampado, si me lo hubiera permitido la confitera de La Estepeña, amiga y escrupulosa educadora dietética de mi banda de amigos. Para evitarnos la gula y el gasto, en tiempos del hambre, nos regalaba pequeños merengues, que parecían hostias infladas.

Imagen: La Torre de la Victoria es edificio emblemático, en lo alto de la ciudad y al pie del Cerro de San Cristóbal. Un poeta local dejó escrito: "Estepa está en alto, porque en alto debe estar, pero es más alta la torre, que tanta fama le da".

No tienes que preocuparte por los retrasos en nuestra correspondencia epistolar, porque esa palabra no existe en el léxico de mis relaciones de amistad.

Dices que no quieres hablarme sobre lo que tú supones que yo conozco mejor que tú. “Nego suppositum”. Tú eres ahora un mejor cicerone de Estepa que yo. Mis recuerdos de Estepa, de sus barrios y de sus generosos bandoleros son los de un niño y de un adolescente que paró poco tiempo en su pueblo, porque estudié como interno en Málaga a partir de los nueve años y porque durante los veranos viajaba a Toledo, a Valladolid y a la provincia de León, muy cerca de tu tierra gallega, donde tenía a mis tíos y a mis abuelos.

Te señalo que entre mis tíos abuelos tenía más de uno que se ocupaba, como informador para los lexicógrafos de la Real Academia de la Lengua, de ese hermoso dialecto leonés, que puede que tú conozcas, dialecto que navega con sabiduría de frontera entre el delicioso gallego y el fiero castellano.

Subiendo una generación más arriba cuento entre mis tíos bisabuelos al helenista Lázaro Bardón, cuyo recuerdo consta en mármol en el "Aula Magna" de la "Universitas Salmanticensis" y en la dinastía de rectores de la Complutense madrileña. Yo comenzaba un artículo que escribí sobre él con esta frase: “El vasco Miguel de Unamuno, el filipino José Rizal y el zamorano Leopoldo Alas "Clarín", discípulos del helenista Lázaro Bardón y Gómez, siempre que hablaron de su maestro lo hicieron con una gran admiración y un sincero cariño”. (Periodista digital, 27.09.06)

Me ha hecho reír el soneto que me ofreces sobre Estepa. En él subrayo una de las causas que tienen los estepeños para no apreciar al Adán que los Habsburgo le pusieron como padrastro en su paraíso terrenal particular, que es Estepa: "Que Adán compró para sus centuriones". Según testimonios recogidos por el "Memorial Ostipense", la nobleza estepeña, que había participado generosamente en la reconquista, al ver que se ponía en su lugar, como marqués de Estepa, a un banquero italiano apedillado Centurión (1), para pagar deudas del Emperador, cogió sus bártulos y se fue a vivir fuera de Estepa.

Los versos que siguen están cargados de sabiduría crítica sociogenética:

Todo está en cuesta, y todo cuesta afanes,
Dos parroquias, tres conventos o desvanes,
Las monjas pobres, y el convento rico

Te agradezco el que me hagas reír. Al hacerlo me prorrogas la vida. Tomo nota del libro "La Odisea Andaluza", de David D. Gregory, cuya existencia desconocía.

A las letrillas que me envías cabría añadir una que inventamos José Antonio Estefanía y yo, para ganarnos unas perras gordas transportando maletas entre la parada de los autobuses, en la carretera, y el Hotel Suizo, al lado de la parroquia de San Sebastián:

Ya llega el sevillano
con las luces encendidas
que parece un aeroplano

¡Hotel Suizo, gran confor
cuarto de baño y ascensor!

Las perras gordas o el real nos lo daban los clientes o el hotel, si no se hacían los distraídos.

Es posible que a este amigo mìo y a su hermano Casto los hayas conocido tú como profesores de la facultad de medicina de Sevilla. Su vocación de médicos les vino del prestigioso ejemplo de mi padre.

Tampoco yo considero herejía descender a minucias como éstas. En gallego como en castellano lo marginal encaja siempre en el folklore, que si no es metafísica, le procura a la metafísica su ontología, en el sentido actual de los semánticos.

Efectivamente el día 11 de Noviembre es San Martín de Dubio, no solamente patrón de Orense, sino también de Maguncia, ciudad donde Johannes Gutenberg (1400-1468) inventó la imprenta (1450), a unos pasos de la catedral, que tiene a este Santo cabalgando sobre ella y que ha consagrado el altar principal de su cripta catedralicia a San Bardón (2), arzobispo del siglo XI, al que la ciudad atribuye gran parte de su prestigio, visible en el conjunto arquitectónico que rodea la catedral, reconstruida por él tras un fuego como una coraza de solidaridad entre caritativa y comercial. Maguncia le atribuye igualmente su fidelidad proverbial a la Iglesia católica.

Figúrate que tanto mi familia materna española Bardón como sus ancestros franceses, con cuyos herederos más directos estudié yo el tema, en los archivos de su castillo de Segonzac, al salir de España, pretenden que nuestro origen conocido más remoto es este arzobispo alemán.

Para explicarme el origen de la rama española, los franceses me enseñaron una tumba junto a la iglesia del pueblo con la inscripción: Jean Bardon. Yo sabía, por mi tío notario de Aranjuez, que el Bardon llegado a España de Francia se llamaba así. Aparentemente la astucia de este pobre hombre, perseguido por los revolucionarios franceses, fue el hacerse pasar por muerto, cuando de hecho atravesó la frontera española para salvar su vida. Al hacerlo ponía en práctica la divisa de la familia, que aparece en el escudo de los Bardon de Segonzac: "letum quam lutum", que en romance paladino se traduce por "mejor muerto que vencido".

Curiosamente en Estepa, la marquesa de la Alguidilla, una amiga de mis padres con fama de marxista, empleó la misma astucia, para despistar a sus enemigos del régimen, que el Bardon francés refugiado en España. Ella en persona, vivita y coleando me enseñó su tumba en la capilla del sagrario de la iglesia de los Remedios, al entrar a la derecha.

Me alegra el haber nacido en el día del patrón de tu ciudad, Ourense, cuya visión como "Auria", en tu novela “Los valles del amanecer”, me gustaría conocer.

El gesto de San Martín de compartir con su prójimo me ha servido siempre como un principio ético fundamental. Quizás sepas que fui profesor de esta materia, en el Seminario Mayor de Córdoba, durante el año escolar 1960-1961. A lo largo de aquel año escolar, con la revolución cubana recién estrenada, tuve la ocasión de hablar y escribir como lo hizo en su tiempo otro neonato del 11 de Noviembre en Sevilla, que fue Bartolomé de las Casas. El tipo de doctrina que yo enseñaba, aprendida de estos santos, de la gran tradición española del “Derecho de gentes” y de mi gran maestro y amigo del alma José María Díez-Alegría, jurista y filósofo, me catapultó directamente fuera del nacional catolicismo español, aterrizando en Lovaina, donde encontré cobijo en el centro de investigaciones del heredero directo del recientemente fallecido entonces Jacques Leclerc.

Tomo nota de que soy dos años y unos meses más joven que tú. ¡Fíjate si tienes cosas que enseñarme, sobre todo si de niño eras maestro en diabluras! Yo tuve la mala suerte de que a mi madrina, esposa del alcalde de Estepa, don Salvador Moreno, cuyo nombre ostento, le diera por decir que yo era un santo; así que tuve que comportarme como tal; aunque reconozco que a partir de cierto momento hice todo lo que pude para quitarme esta fama, montando un teatro en los sótanos de mis amigo José Antonio y Casto Estefanía, cuya madre era mi maestra universal, incluido de piano y dibujo, y una de mis madres de leche. ¡Figúrate si yo la quería y ella a mí! Durante mucho tiempo fue para mí la encarnación más hermosa y atractiva de la ternura femenina.

Me hace ilusión el que me hables de tu hija Noelia, evocación que me hace pensar en mi hija María, actualmente doctoranda en la facultad de ciencias de Leuven, sobre todo que has hablado con ella del mejor de los alimentos, ese que tiene la virtud de inspirarnos el amor y de darnos la vida, saliendo directamente del corazón de cada mujer, transformada en madre universal. Espero que, dando tiempo al tiempo, me contarás esa infinidad de historias que tú conoces sobre ese "momento" tan franciscano que logra lanzarnos muy lejos de nuestro terruño, para implantar nuestras vidas de filósofos peripatéticos, tú bailando sevillanas en Andalucía y yo poniendo una pica en Flandes.

Me despido encaramándome contigo en lo alto de la torre del homenaje, a unos pasos de la Iglesia de Santa María de Estepa, lugar magistralmente nostálgico de la orden de Santiago, para releer contigo sobre la piedra lo que grabó su inteligente Maestre, a quien debieron inquietarle los peligros de las siestas, cuando se está de guardia en las fronteras:

Esta torre mandó facer
Lorenzo Suárez de Figueroa
Maestre de Santiago,
Quienquiera saber lo que
Costó faga otra como ella
y saberlo ha.

Otro abrazo, querido César, y hasta que tú quieras, “Deo volente”.

Salvador.

-oOo-

He aquí una versión no estepeña sobre el Origen del apellido Centurión:

De ascendencia italiana, concretamente de Génova, siendo su jefe por aquel entonces don Adán Centurión. Adán y su hijo Marcos prestaron grandes servicios al emperador don Carlos V, así como al rey don Felipe II, quienes los colmaron de mercedes, erigiendo, el rey Felipe, en marquesado el estado de Estepa con el que el emperador había agraciado a Adán como premio por el valor con que había peleado en muchas batallas a su servicio. Por tanto, puede y debe considerarse a don Marcos, primer marqués de Estepa y tronco de tan esclarecido linaje en España, del cual proceden también los marqueses de Monasterio, a través de don Octavio Centurión.

Mi sabueso : Genealogía y Heráldica : Origenes Apellidos : Centurión

Escudo de Armas del Apellido Centurión

Escudo de oro y una banda compuesta de tres filas de escaques o jaqueles de plata y gules.

(2) San Bardón (982- +1053), "Archevêque de Mayence, il vivait dans une telle austérité que le Pape Léon IX, passant par là, lui recommanda de mieux veiller à sa santé pour le bien de l’Eglise. Ce qu’il fit par obéissance". Su fiesta se celebra el 10 de junio.

domingo, agosto 26, 2007

La "Maternidad" de Dora Puelma

La "Maternidad" de Dora Puelma

Permalink 26.08.07 @ 10:20:10. Archivado en Sociogenética, Antropología conyugal, Educación, Pintura

Estimada y querida Susana, digna heredera bloguera de la Dama de Elche: Deseando agradecerte tu espléndido regalo fotográfico, con el que contribuyes a la gran tradición iconográfica del tema de la "Maternidad", te ofrezco un resumen de la vida y obra de Dora Puelma, eligiendo como emblema de su obra la admirable "Maternidad", que se encuentra en el Museo de Arte Contemporáneo de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Espero que este gesto fraternal de reciprocidad bloguera, venido de un Salvador tan sensible como tú a la "Maternidad", te anime a perseverar en tu escritura multimediática en este tema, que es uno de los más antiguos de la iconografía universal.

Reproducción: El Museo Nacional de Bellas Artes autoriza la reproducción parcial o total de los contenidos del sitio siempre que se mencione la fuente.

-oOo-

Dora Puelma Francino de Fuenzalida. Nació en Antofagasta, Chile, el 22 de Marzo de 1898. Falleció en Santiago, el 1º de Abril de 1972.

Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Fue alumna de Fernando Álvarez de Sotomayor, Valenzuela Llanos, Juan Francisco González y Pablo Burchard. Integró la llamada Generación del Trece.

Tambíen recibió lecciones de escultura con el profesor Virginio Arias. A su sólida formación académica en Chile siguió una estadía en Francia, donde fue alumna de André Lothe en la Ecole de Paris.

No sólo se dedicó a la pintura, también destacó como profesora de la cátedra de pintura de la Escuela de Bellas Artes, colaboró como columnista de los diarios La Nación y El Mercurio. Además impartió charlas sobre arte y dirigió una academia de pintura.

Viajes a España dan cuenta de su labor de difusión del arte chileno. Fue socia fundadora de la Sociedad de Nacional de Bellas Artes.

ESTRATEGIA VISUAL

Su trayectoria artística se caracterizó por su fidelidad a la tradición pictórica del paisaje y las técnicas de la representación que siempre defendió por sobre las tendencias abstractas que se impusieron en su época.

Pintó principalmente interiores, calles y paisajes, no solo chilenos sino de diversos paises que recorrió, entre ellos la selva amazónica, experiencia que realizó gracias a una invitación del gobierno peruano en 1950.

Prefiriendo lo simple, la artista solía destacar elementos inadvertidos del paisaje natural. Su dominio del dibujo y el pincel se evidencia en cuadros al óleo donde predominan tonos grises, azulados y ocres, un colorido manejado con gran austeridad, con el que lograba recrear atmósferas plácidas y equilibradas composiciones.

SubirSubir
Premios y Exposiciones

PREMIOS

1916 3ª. Medalla, Salón de 1916, Santiago.

1925 2ª. Medalla, Sección Pintura al óleo, Salón Oficial, Santiago

1930 Medalla de Bronce en Pintura, Exposición Internacional de Sevilla, España.

1935 Premio de Estímulo en Dibujo, III Salón de Verano de Viña del Mar, Chile.

1936 3ª. Medalla en Pintura, Exposición Nacional de Artes Plásticas del IV Centenario de Valparaíso, Chile.

1938 1er. Premio en Dibujo, II Salón de Otoño, Valparaíso, Chile.

1952 Primera Medalla, Salón Nacional, Santiago.

1957 Premio de Honor, Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, Santiago.

1959 Premio de Honor, Salón Nacional, Santiago.

1962 1ª. Medalla en Pintura, Salón Nacional, Santiago.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

1923 Exposición de 70 telas, Casa Rivas Y Calvo, Santiago.

1939 Exposición, Sala del Banco de Chile, Santiago.

1951 Óleos y Acuarelas de su Viaje a la Zona Amazónica, Valparaíso, Chile.

1954 Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, España.

1977 Retrospectiva de Dora Puelma, Sala de Exposiciones del Ministerio de Educación, Santiago, Chile.

EXPOSICIONES COLECTIVAS

1914 Exposición de Arte Femenino de la Sociedad Artística Femenina, Salones de El Mercurio, Santiago.

1916 Salón Oficial, Santiago. Además participó el año 1919; 1925; 1927; 1938; 1942, 1943; 1947, 1948, 1949; 1952; 1954, 1955; 1957

1922 II Salón de Invierno, Santiago.

1925 V Salón de Invierno, Santiago.

1925 Salón de Viña del Mar, Chile.

1929 Exposición Internacional de Sevilla, España.

1930 Exposición del Cincuentenario del Museo Nacional de Bellas Artes 1880 - 1930, Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago.

1935 III Salón de Verano de Viña del Mar, Chile.

1936 Exposición Nacional de Artes Plásticas del IV Centenario de Valparaíso, Chile.

1936 IV Salón de Verano, Viña del Mar, Chile.

1938 II Salón de Otoño, Valparaíso, Chile.

1940 Exposición de Arte Chileno, Buenos Aires, Argentina. Organizada por la Municipalidad de Viña del Mar y la Comisión Nacional de Bellas Artes de Argentina.

1942 Chilean Contemporary Art Exhibition, The Toledo Museum of Art, Toledo, Estados Unidos.

1943 Salón Nacional, Santiago. Además participó el año 1944; 1948, 1949; 1951; 1959; 1965

1953 Grabados y Dibujos, Grupode Grabadores de Viña del Mar, Chile

1960 I Salón Oficial de Otoño, Valparaíso, Chile.

1961 Exposición de Dibujo y Grabado de la APECH, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago.

1973 Pintores de la Generación del 13, Instituto Cultural de Las Condes, Santiago.

1976 Pintura Chilena, Casa de la Cultura del MINEDUC, Santiago, Chile.

1977 Exposición de Maestros de la Pintura Chilena, Floresta, Santiago.

1981 Rescate de Pintura Chilena, Instituto Cultural de Providencia, Santiago.

1987 Panorama de la Pintura Chilena, Instituto Cultural de Las Condes, Santiago.

SubirSubir
Obras

OBRAS EN COLECCIÓN DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Mañana de Primavera, óleo sobre tela, 55 x 75 cm.

Paisaje, óleo sobre tela, 50 x 38 cm.

OBRAS EN COLECCIONES PUBLICAS

MUSEO DE ARTE Y ARTESANIA DE LINARES, CHILE.

MUSEO MUNICIPAL DE VALPARAÍSO,CHILE.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE CHILE.

COLECCIÓN ROBERTO PALUMBO OSSA

Parque Forestal, óleo sobre tela, 48 x 36 cm.

SubirSubir
Bibliografía

ALVAREZ URQUIETA, LUIS. La Pintura en Chile Colección Luis Alvarez Urquieta. Santiago, 1928.

BIBLIOTECA Y CENTRO DE INFORMACIÓN. Archivo Documental de la Artista Dora Puelma.

MINISTERIO DE EDUCACIÓN / DEPARTAMENTO DE CULTURA. Dora Puelma. Texto de Víctor Carvacho Herrera. Santiago de Chile, 1977.

INSTITUTO CULTURAL DE LAS CONDES. Pintores de la Generación del 13. Texto de Antonio R. Romera. Santiago, 1973.

INSTITUTO CULTURAL DE LAS CONDES. Panorama de la Pintura chilena desde los Precursores hasta Montparnasse : Muestra Retrospectiva basada en Historia de la Pintura Chilena de Antonio R. Romera. Santiago, 1987.

INSTITUTO CULTURAL DE PROVIDENCIA. Rescate de Pintura Chilena. Texto de José María Palacios. Santiago, 1 al 27 de Septiembre, 1981.

MINISTERIO DE EDUCACIÓN / CASA DE LA CULTURA. Pintura Chilena. Texto de Luis Droguett Alfaro. Santiago de Chile, 1976.

MONTECINO M., SERGIO. Entre Músicos y Pintores. Santiago, Ed. Amadeus, 1985.

PALACIOS, JOSÉ MARIA. Pintura Chilena 1816-1957: Colección Roberto Palumbo Ossa. Santiago: Mario Fonseca, 1998

PATRONATO NACIONAL DE LA INFANCIA. Agenda 1989 Nuestra Pintura. Santiago

ROMERA, ANTONIO R. Historia de la Pintura Chilena, 4ª. Ed. Santiago: Eds. Andrés Bello, 1976. (Con la colaboración de Fernando Aránguiz, Director del Instituto Cultural de Las Condes).

THE TOLEDO MUSEUM OF ART. Chilean Contemporary Art Exhibition. Texts by Molly Ohl Godwin and Carlos Humeres Solar (translated by Rosario Floripe), and Eugenio Pereira Salas (translated by Y.A. Neal). Toledo (EE.UU.), The Ministry of Educacion of the Republic of Chile, 1942.

viernes, agosto 24, 2007

Hacia el turismo convivencial del sentido común

Hacia el turismo convivencial del sentido común

Permalink 24.08.07 @ 12:18:33. Archivado en España, Sociogenética, Antropología, Pro amicitia universale, Turismo cultural, Turismo lingüístico, Educación, Migraciones, Turismo universitario, Turismo convivencial

Más de uno ha visto en la profunda crisis que ha vivido Marbella, por abusar hasta el delirio de un modelo arriesgado de turismo, el cumplimiento de algunas de las advertencias que yo había hecho en mi artículo "Qué pasa con el turismo" del 03/08/2005.

Para responder a la demanda de muchos de mis lectores, vuelvo a publicarlo hoy aquí, aunque anunciando con un nuevo título el horizonte de esperanza que yo veo para esta industria esencial de la hospitalidad y de la convivencialidad.

Es innegable que algo, quizás muy importante, está pasando con el turismo. La mejor prueba de ello es que desde hace algún tiempo, como pasó a principios del siglo XX con las matemáticas, se ha llegado a plantear el típico problema de los fundamentos, que en el caso del turismo español se ha dado en llamar el “modelo turístico de sol y playa”.

Quien desee hacer la prueba por Internet, puede hacer la siguiente experiencia. Basta con pedir al buscador Google que encuentre las páginas que contienen esta frase, para que en 0,30 segundos encuentre 316. Si en lugar de la frase global entre comillas dobles se introduce la frase partida en dos y conectada mediante el operador de conjunción, “modelo turístico” & “sol y playa”, el buscador Google encuentra 549 páginas en 0,05 segundos.

{El mismo tipo de búsqueda realizado hoy, 24.08.07, a las 11:33, arroja los siguientes resultados:

“modelo turístico de sol y playa”: Résultats 1 - 10 sur un total d'environ 886 pour “modelo turístico de sol y playa” (0,31 secondes)
“modelo turístico” & “sol y playa”: Résultats 1 - 10 sur un total d'environ 13 400 pour “modelo turístico” & “sol y playa” (0,13 secondes)}

Más de uno pretende argumentar, a priori, aunque cree que lo hace a posteriori, que no se trata de una crisis del modelo, puesto que España sigue siendo el segundo país del mundo en número de visitantes y que en ingresos sólo le gana Estados Unidos. Los mismos profetas del optimismo quietista, es decir los defensores a ultranza del modelo existente, completan su cuadro esperanzador recordando que España dispone de un aporte de cuarenta y tres millones de turistas nacionales, que en cierta manera sirven de seguro de subsistencia para la industria turística.

La consecuencia de esta actitud es que la oferta turística, tanto privada como subsidiada, sigue afinando los instrumentos de su concierto, con frecuencia hasta la saturación, con la nota única de este modelo. Le sucede algo así como a los músicos, que desde hace siglos vienen pidiendo la nota “la”, como si fuera imposible acordarse sobre otras notas.

La diferencia entre los músicos y los inversores españoles es que los primeros no ponen en peligro la economía nacional, mientras que los segundos sí, porque en más de una de nuestras autonomías, por no decir en la mayor parte del país, el turismo es considerado como un monocultivo e incluso como una monocultura. Piénsese en nuestras costas, tanto mediterráneas como cantábricas y atlánticas, y en nuestras islas Baleares y Canarias.

Ahora bien, el primer peligro de los monocultivos, dondequiera que se encuentran, es que no responden a la gama completa de las necesidades vitales de los ciudadanos del país, ni siquiera cuando se trata de un producto alimenticio. Todos sabemos que en los países cafeteros, como Colombia, el monocultivo del café no resuelve sino que complica los problemas alimenticios del país, ocupando el lugar de otras culturas.

El segundo peligro es que, en general, los monocultivos sólo son rentables mientras la demanda viene del exterior. Lo cual significa que cualquier problema de seguridad, incluso un miedo infundado o desproporcionado, puede dar al traste con esta demanda.

También hay que pensar que los monocultivos del capricho, como lo es el del turismo de sol y playa, visto del lado de la demanda, está más sujeto que cualquier otro a las irracionalidades de la moda.

El tercer peligro es que se agoten en el monocultivo los recursos privados y de subsidio que tendrían que destinarse a otros menesteres.

El máximo peligro de los monocultivos, su peligro fundamental, es que se transformen en monoculturas. Me explico: como sucede con las drogas, quien es incapaz de ver la diversidad de las necesidades humanas, se convierte en víctima de una de ellas. En un caso como en el otro la sensación de omnipotencia oscurece el sentido común.

No puedo disimular que una de las mayores impresiones que yo tengo, cuando visito las ciudades entregadas de cuerpo y alma a la industria del turismo de sol y playa, ignorando por completo el resto de las necesidades humanas, es que en ellas se ha perdido completamente el sentido común y que en su lugar imperan como príncipes de la noche la avaricia de los especuladores y la soberbia del puro cuento.

Pero olvidemos por un momento estas preocupaciones de filósofo en torno a las locuras de la oferta, que por cierto sigue engordando y proliferando como un cáncer con metástasis, para enfrentarnos con los síntomas de la demanda.

No cabe duda que la demanda está transformándose a gran velocidad.

Según acabamos de verlo, todo monocultivo depende en primer lugar de la demanda extranjera. El sesenta por ciento de esta demanda para el turismo de sol y playa español procede de Alemania, Francia, y Reino Unido. Ahora bien, tanto la coyuntura política como socioeconómica de estos países, sin hablar de sus cambios de gusto, influidos en gran parte por la información sanitaria, nos inclina a pensar que su demanda de turismo de sol y playa irá descendiendo en un futuro relativamente cercano.

Para quien intente consolarse, recordándonos que la mitad del negocio corresponde al turismo nacional, conviene señalar que tanto la demanda extranjera como la nacional presentan un conjunto de síntomas que hay que tener muy en cuenta, para no engañarse con el cuento de la lechera:

1) Los turistas tienden a ser menos fieles en la elección de sus destinos de vacaciones.

2) Los turistas tienden a decidir más tarde que antes.

3) Los turistas tienden a contratar individuamente sus viajes y estancias.

4) Los turistas tienden a distribuir sus vacaciones en varios períodos del año.

5) Los turistas tienden a reducir el tiempo de estancia en un mismo lugar.

6) Los turistas tienden a segmentar progresivamente sus preferencias.

7) Los ciudadanos cultos tienden a diversificar el disfrute de sus vacaciones, desconfiando progresivamente del “turismo de sol y playa”, que muchos juzgan malsano, y orientándose de más en más hacia la cultura.

8) Como en todos los dominios comerciales, los clientes del turismo practican una exigencia creciente en la relación calidad precio.
¿Cómo tratar la dolencia que revelan estos síntomas?

A mi entender, el remedio principal consiste en volver a la cultura del sentido común, que es lo más opuesto a la monocultura del turismo de sol y playa, porque ataca la raíz monocultural que produce la dolencia, dando una prioridad absoluta a los servicios que responden a la gama completa de las necesidades vitales de los seres humanos.

Mientras no se pruebe lo contrario, todos, tanto los ciudadanos del país como los extranjeros, consideramos como necesidades vitales la salud, el descanso, la comunicación, la lengua, la ciencia, la creatividad artística, la trascendencia, la historia, el deporte, la cultura propia conectada con la universal, etc. Si nuestro turismo atiende a estas necesidades, satisfará tanto a los españoles como a los extranjeros. Su demanda, al proceder de cada persona, viene tanto del interior como del exterior. Ninguna de estas necesidades está sometida a las veleidades de la moda. Nadie protestará porque se agoten ciegamente en un monocultivo los recursos privados y de subsidio que tendrían que destinarse a otros menesteres.

Veamos más concretamente por qué estamos interesados todos en que se supere el modelo de turismo de sol y playa:

El turismo de sol y playa comporta daños colaterales muy importantes tanto para las personas como para las comunidades locales. Entre los daños personales los hay sanitarios, como por ejemplo el terrible melanoma, y los hay morales, cuyo principal exponente es la alienación moral de quien reduce sus vacaciones a tomar pasiva y peligrosamente el sol, olvidando que hay múltiples maneras de emplear su tiempo libre para cubrir necesidades vitales que tiene descuidadas e insatisfechas. Entre los daños para las comunidades locales cabe destacar la ignorancia e incluso el desprecio del turista de sol y playa por la cultura y por el entorno que lo acoge. La consecuencia de esta actitud es la pérdida de estima de nuestro pueblo por su propia cultura y la ignominiosa depredación de la naturaleza, que tenemos todos la obligación de preservar.

La fidelidad en la demanda turística se obtiene únicamente de parte de quienes quieren a España por sus valores humanos, culturales y lingüísticos. No hay que esperarla de quienes reducen España al sol y a las playas. El olvido de este principio es el error más grosero que cometen los promotores de nuestro turismo.

Es ruinoso intentar competir con los países que comienzan ahora con el modelo turístico de playa y sol, porque sus precios son más baratos que los españoles para calidades comparables e incluso superiores.

Muchas de nuestras ciudades playeras han perdido todo encanto natural, por haber cometido errores urbanísticos capitales que han hecho de ellas lugares muy poco atractivos para la vida normal de la gente normal, en sus casas normales y en su medio ambiente normal. Todos tendríamos que sentirnos avergonzados por las anormalidades que hemos permitido que se cometan con los medios privados y sociales de que disponíamos para cubrir nuestras necesidades vitales.

Buena parte de la oferta actual española del modelo turístico de playa y sol tendrá que desaparecer, porque la falta de especialización y sobre todo de sentido común de sus equipos no le permitirá operar la necesaria transformación de modelo.

Lo que más necesitamos para pilotar el nuevo modelo son personas que tengan ante todo el sentido común de comprender que el turismo ha de ser la versión ampliada de la hospitalidad. Esta virtud, característica de todas las auténticas civilizaciones monoteístas, ofrece al viajero la ocasión de encontrarse en su propia casa, cuando de hecho se encuentra en la ajena. Las civilizaciones monoteístas no enajenan como las idolatrías, que se ponen a adorar cualquier cosa, sino que transfiguran en familiar al extranjero.

Pasado mañana muchas personas celebrarán en Andalucía el día de los Salvadores. A mí me gusta celebrar el día de mi santo con mi familia precisamente ese día, el 6 de agosto, porque de pequeño aprendí que el 6 de agosto era el día de la Transfiguración. Lo aprendí en Estepa, el pueblo duro, entrañable, laborioso y dulce en que nací, durante nuestra deplorable guerra fratricida, con peligro de muerte de mi madre y mía.

¿Por qué no llamar el modelo transfigurado “turismo de la hospitalidad”?

Foto: María, hospitalera del albergue de Azofra, muestra a Brigitte (de Colonia, Alemania) el libro de visitas del albergue que regenta con dedicación y cariño. Agosto 2002.

Esta foto ilustra el artículo: LA HOSPITALIDAD Y EL HOSPEDAJE EN EL CAMINO DE SANTIAGO
de Luis Martínez García
Universidad de Burgos: http://www.geocities.com/urunuela25/santiago/hospitalidad.htm

jueves, agosto 23, 2007

Crítica textual del Quijote e intertextualidad

Crítica textual del Quijote e intertextualidad

Permalink 23.08.07 @ 17:50:50. Archivado en El Quijote, Semántica, Pragmática, Morfosintaxis, Poética, Hispanobelgas, España, Sociogenética, Novela

El Quijote para citarlo es solamente la punta visible del iceberg (1) textual, cuya parte invisible está constituida por una considerable masa de documentos, cuidadosamente seleccionados y comparados, que lo justifican intertextualmente en todas sus opciones de lectura, tanto en sincronía como en diacronía.

Convencionalmente he denominado Taller cervantino del Quijote, esta masa invisible a primera vista, orgánicamente articulada con la visible mediante el Diccionario enciclopédico del Quijote, que le sirve de andamiaje, armazón y escalera múltiple, para evocar el trabajo exigente de crítica textual que caracteriza su metodología de restablecimiento del texto cervantino más auténtico.

El texto cervantino aparece así, en la parte visible del iceberg textual, lo más fiel posible a la intención editora de su Autor, tras haber sido justificado punto por punto en esta instancia fundante del taller, instancia eficaz, aunque modesta e invisible a primera vista.

El Taller cervantino del Quijote (2) ha requerido un enorme esfuerzo de investigación intertextual, que hemos llevado a cabo durante quince años (1990-2005), elaborando y explotando numerosas concordancias electrónicas. Para la creación de cada una de estas concordancias, hemos numerizado personalmente las mejores ediciones críticas existentes de las obras referidas a continuación.

El programa informático que empleamos, un concordanciador multiventanas, lo compusimos nosotros mismos en lenguaje Hypertalk en 1990, partiendo de los recursos Z, que en aquella época ponía generosamente a la disposición de los programadores Mark Zimmermann. Desde aquí le expresamos una vez más nuestro agradecimiento.

Presentamos el corpus del que proceden los testimonios que empleamos en nuestra enciclopedia, distinguiendo los que provienen de nuestras concordancias propias, de los que provienen de concordancias ajenas:

I) Testimonios de primera mano, obtenidos durante quince años mediante concordancias electrónicas propias:

1) de la obra cervantina completa;
2) de La Celestina, 1507, de Fernando de Rojas;
3) del Amadís de Gaula, 1508, de Garci Rodríguez de Montalvo;
4) del Tirante el Blanco, 1511, de Joanot Martorell;
5) del Diálogo de la lengua, 1535, de Juan de Valdés;
6) de las Poesías, 1543, de Garcilaso de la Vega;
7) del Examen de ingenios, 1575, del doctor Huarte de San Juan;
8) de la Historia de la Orden de San Jerónimo, 1595-1605, de Fray José de Sigüenza;
9) de la Filosofía antigua poética, 1596, del tratadista Alonso López Pinciano;
10) del Guzmán de Alfarache, 1599, de Mateo Alemán;
11) del Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 1614, de Alonso Fernández de Avellaneda;
12) de la Historia de la Florida, 1605, del Inca Garcilaso;
13) del Tesoro de la lengua castellana o española, 1611, del lexicógrafo Sabastián de Covarrubias y Horozco;
14) del Vocabulario de refranes y frases proverbiales, 1627, del paremiólogo Gonzalo Correas, etc.

II) Testimonios de segunda mano, obtenidos estos últimos años mediante concordancias electrónicas ajenas.

Los hemos empleado sobre todo para verificar nuestras propias dataciones, que procedían en parte de los trabajos de Joan Corominas. Debemos confesar que tanto nuestras propias concordancias como las concordancias ajenas nos han demostrado que muchas de las dataciones de nuestro gran maestro de la Etimología deben ser corregidas. He aquí las tres concordancias ajenas que hemos empleado con mayor frecuencia.

1) Real Academia española, Corpus diacrónico del español. CORDE:

El interés de este generador de concordancias es la ambición del corpus empleado; la posibilidad de visualizar para cada consulta un contexto superior a una línea, aunque no superior a una página; y las precisiones tanto de las citas como de la datación.

Inconvenientes: el haber mezclado en el corpus los títulos en castellano actual de los documentos, títulos que sirven de metalenguaje documental, con los textos de la época, lo cual afecta gravemente a la estadística y a la datación léxica; la lentitud del motor de búsqueda; la imposibilidad de navegar libremente por la totalidad de cada una de las obras numerizadas y la ausencia en el corpus de dos textos capitales del siglo XVII: el Tesoro de la lengua castellana o española, 1611, del lexicógrafo Sebabastián de Covarrubias y Horozco, y el Vocabulario de refranes y frases proverbiales, 1627, del paremiólogo Gonzalo Correas, etc.

Al mismo tiempo que expresamos nuestro agradecimiento a la Academia por la oferta gratuita de este instrumento de investigación, le suplicamos que introduza cuanto antes estos dos textos en su corpus, y que aumente sensiblemente la velocidad de su motor de búsqueda.

2) Prof. Mark Davies, Corpus del español

El mayor mérito de este simpático generador de concordancias es la velocidad de su motor de búsqueda. El investigador echa de menos los textos anteriores al siglo trece, la posibilidad de obtener un contexto superior a una línea y la precisión en la datación.

3) Prof. Francisco Rico, Ed. de Don Quijote de la Mancha del Instituto Cervantes, Banco de datos textual en DBT, versión Beta, al cuidado de Joan Torruella, 1998.

Hemos frecuentado desde su aparición en 1998 esta magnífica concordancia electrónica, para contrastar los resultados de la nuestra propia. Nos ha sido especialmente provechosa en el estudio formal y estadístico de la sintaxis en general y de las giros y locuciones en particular.

Nota editorial: Lo esencial de este artículo apareció precedentemente en Qué Diario, el 31/08/2005, y en Periodista digital, el 09.02.06
____________

(1) Iceberg (Voz inglesa procedente del neerlandés ijsberg 'montaña de hielo'); sust. m. [Nota: En español resulta habitual su pronunciación /izebérg/. El plural es icebergs.]

1. Bloque de hielo procedente de la fragmentación de un glaciar que flota a la deriva en las aguas polares: los icebergs constituyen un peligro constante para la navegación.

2. [Uso figurado] Persona de gran frialdad que no muestra sus emociones: esa chica era un iceberg sin sentimientos.

Modismos

La punta {o poporcionalmente pequeña parte visible} del iceberg. [Uso figurado] Parte pequeña de una cosa o un asunto de mayor importancia: aquella estafa era sólo la punta del iceberg de un enorme escándalo de corrupción.

Enciclopedia Universal DVD © Micronet S.A. 1995-2002

(2) Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, 2005.

miércoles, agosto 22, 2007

Conjeturar no es ni obligar ni aconsejar

Conjeturar no es ni obligar ni aconsejar

Permalink 22.08.07 @ 09:25:12. Archivado en Semántica, Pragmática, Morfosintaxis, Periodismo

Con mucha frecuencia se confunde en la prensa la expresión de la ‘conjetura’ con la expresión de la ‘obligación’. En ambas expresiones se emplea el verbo deber, pero en el caso de la ‘conjetura’ el verbo deber cumple el oficio de auxiliar dentro de la perífrasis deber de. Si privamos esta perífrasis de la preposición de, la expresión de ‘conjetura’ se transforma en expresión de ‘obligación’.

Como este solecismo (1) es muy corriente en el lenguaje periodístico, me ha parecido útil reproducir actualizándolo un artículo mío de hace más de un año y medio, que apareció en la prensa virtual el 12.02.06 bajo el título: "Conjeturar vs. Obligar"

Cuando un médico dice a su paciente: Usted debe comer menos, lo dice para imponerle la obligación dietética de que coma menos que lo que suele hacer. Si, por el contrario, le dice: Usted debe de comer menos, lo que hace es conjeturar, por los síntomas que descubre en su paciente, por ejemplo, por su peso, que le parece que come menos que antes.

El resultado de esta transformación es con frecuencia fatal para el sentido que el locutor ha deseado dar a su enunciado, ya que su interlocutor lo interpretará con la fuerza vinculante de la ‘obligación’, cuando el locutor se mantenía en la fuerza no vinculante de la ‘conjetura’. Con lo cual se interpreta como imposición lo que es solamente una sugerencia.

Entendemos por ‘conjetura’ el ‘juicio que se forma de las cosas o acaecimientos por indicios y observaciones’, DRAE.

Entendemos por ‘obligación’ el ‘vínculo que sujeta a hacer o abstenerse de hacer algo, establecido por precepto de ley, por voluntario otorgamiento o por derivación recta de ciertos actos.’, DRAE.

Para expresar la ‘conjetura’ disponemos en castellano de la perífrasis deber de. En esta perífrasis el verbo transitivo deber funciona como auxiliar, añadiendo una nota de inseguridad o probabilidad al verbo principal. Si decimos: Debe de hacer frío, queremos dar a entender: ‘no estoy seguro de lo que digo, pero tengo la impresión de que hace frío’. Si decimos: Debieron de salir a pelear, queremos dar a entender: ‘no estoy seguro de lo que digo, pero tengo la impresión de que salieron a pelear’.

En las frases que siguen, el autor ha querido expresar la conjetura, pero de hecho, al olvidar o suprimir la preposición de, lo que ha expresado es la obligación:

«Alguien debe saber sobre el terrorismo etarra lo que los demás ignoramos. Alguien debe tener unas claves decisivas que, en su día, explicarán los comentarios del jefe del Gobierno respecto al hipotético final de la violencia.»

Paradigma morfosintáctico:

Debes de saber que... + INFINITIVO {Conjetura}.
Debes saber que... + INFINITIVO {Obligación, Consejo}.

En las frase que sigue, el autor ha querido expresar la obligación, pero de hecho, al añadir la preposición de, lo que ha expresado es la conjetura:

"El programa de vuelos de los transbordadores es muy apretado debido a que deben de finalizar la construcción de la estación antes de su retirada en 2010". Malen RUIZ DE ELVIRA. El 'Endeavour' vuelve hoy a la Tierra sin haber reparado su cubierta térmica - El País. Madrid - 21/08/2007.

Pablo Sebastián titulaba el 05.03.07 en ABC: "Rajoy debe de pasar el Rubicón hacia la moción de censura". La sintaxis de esta frase expresa la 'conjetura'. Sin embargo, al leer el cuerpo del artículo, comprendemos inmediatamente que su Autor no ha tenido la intención de expresar una 'conjetura', sino más bien un 'consejo', que es la manera educada y repetuosa de recordarle a un adulto una 'obligación'. La correcta morfosintaxis del título que corresponde a la semántica y a la pragmática de esta intención es: "Rajoy debe pasar el Rubicón hacia la moción de censura".

El resultado de esta transformación es fatal para el sentido que el escritor ha deseado dar a su enunciado, ya que su lector lo interpretará con la fuerza no vinculante de la ‘conjetura’ cuando el escritor pretendía imprimirle la fuerza vinculante de la ‘obligación’. Con lo cual se interpreta solamente como una 'sugerencia' lo que es un 'consejo' o una 'obligación moral' formulada educadamente.

-oOo-

(1) solecismo (Del lat. soloecismus, y este del gr. soloikismós).

1. m. Gram. Falta de sintaxis; error cometido contra las normas de algún idioma.

lunes, agosto 20, 2007

Aun vs. aún

Aun vs. aún

Permalink 20.08.07 @ 15:35:00. Archivado en Semántica, Pragmática, Morfosintaxis, Didáctica

Muchos periodistas, incluso los más brillantes, confunden el adverbio temporal "aún", cuyo signo diacrítico, representativo de su acentuación intensiva, es la tilde, con los adverbios modales y con las conjunciones, expresados atónicamente por "aun", que no llevan tilde, justamente por no acentuarse. Estos adverbios y conjunciones cumplen funciones morfosintácticas adversativas, concesivas o ponderativas, según el contexto y la situación.

Como la tilde del adverbio temporal "aún" representa no solamente su fonética acentuada sino su valor semántico propio, frente a los valores semánticos del adverbio modal "aun", cabe considerar esta distinción como fonológica, es decir: como distintiva de sentido. Lo cual significa que la Real Academia debería distinguir más claramente estos dos adverbios, cuyo origen común remoto no justifica su confusión actual, consagrándoles dos entradas diferentes en el DRAE.

He aquí un buen ejemplo del uso ortográfico correcto, por señalar mediante la tilde el valor temporal del adverbio "aún" :

"Aún tengo rosas en mi jardín, aunque ya es el 19.08.07 y hace demasiado frío, aquí en Valonia, para ser el verano".

Fotografía: Esta rosa, fografiada ayer en mi jardín valón, ilustra mi artículo de hoy sobre el empleo del adverbio temporal "aún". © "Aún tengo rosas", SaGa Bardon, 18.08.07.

Grandes formatos:

He aquí el mal ejemplo de un buen periodista, al confundir el valor temporal del adverbio "aún" con el valor concesivo de la conjunción "aun":

"Pero aún siendo inquietante que Chávez pueda estar otros 10 años en el palacio de Miraflores, son bastante más preocupantes otros varios artículos de la reforma, que debilitan las propias instituciones del Estado y contemplan una nueva organización social, económica y territorial con innegable tufillo castrista".

EDITORIAL Chávez supremo. El País-20/08/2007.

La voz átona "aun" se emplea como conjunción concesiva, en vez de "aunque" con el verbo en gerundio: "Aun siendo jubilado, madruga más que muchos trabajadores". También se emplea en expresiones sin verbo que equivalen a oraciones sintetizadas: "Se pasea sin paraguas aun en pleno chaparrón".

Las recomendaciones, un poco confusas, de la Real Academia de la Lengua, probablemente responsables de la confusión reinante:

aun.

(Del lat. adhuc).

1. adv. t. todavía ( ‖ hasta un momento determinado).

2. adv. m. todavía ( ‖ no obstante, sin embargo).

3. adv. m. todavía ( ‖ en sentido concesivo).

4. adv. m. todavía ( ‖ en sentido de encarecimiento o ponderación).

5. adv. m. Denota a veces idea de encarecimiento en sentido afirmativo o negativo.

ORTOGR. Escr. con acento cuando pueda sustituirse por todavía. Aún ('todavía') está enfermo. En los demás casos, se escribirá sin tilde. Te daré 100 duros, y aun ('hasta') 200, si los necesitas. No tengo yo tanto, ni aun ('ni siquiera') la mitad.

aun cuando.

1. loc. conjunt. advers. aunque.

DRAE

-oOo-

Un buen ejemplo poético del adverbio temporal"aún"

Aún no estoy preparado para perderte...
No estoy preparado para que me dejes solo.
Aún no estoy preparado para crecer
y aceptar que es natural,
para reconocer que todo
tiene un principio y tiene un final.

Aún no estoy preparado para no tenerte
y sólo recordarte...
Aún no estoy preparado para no poder oírte
o no poder hablarte,
no estoy preparado para que no me abraces
y para no poder abrazarte.

Aún te necesito
y aún no estoy preparado para caminar
por el mundo preguntándome ¿por qué?
No estoy preparado hoy ni nunca lo estaré.

Te necesito.

Pablo Neruda

-oOo-

aun / aún / aunque

- aun = 'sin embargo' / 'incluso si' / 'incluso más que'
- aún = 'todavía ahora' 'todavía entonces' Expresa persistencia de cierta acción o estado con respecto al momento en que se habla (referencia absoluta de presente) o del que se habla (referencia relativa de pasado o de futuro). Se emplea mucho en correlación morfosintáctica con el adverbio temporal "cuando".
- aunque = 'a pesar de que'; en inglés: "although"; en francés: "malgré que"

El buen ejemplo: Aunque es el otoño, aún hay rosas en mi jardín, aun estando privado de sol. Semántica: 'A pesar de que es el otoño, todavía hay rosas en mi jardín, incluso si está privado de sol'

Nota sobre la acepción ponderativa del adverbio temporal "aún"

La voz tónica "aún", igualmente en función adverbial temporal, equivale a "todavía" en su acepción ponderativa: "Si vinieras de vacaciones con nosotros, lo pasaríamos juntos aún mejor". Interpretación semántica: 'Si vinieras de vacaciones con nosotros, lo pasaríamos juntos aún mejor'.

-oOo-

Nota sobre el empleo del operador "vs." en español como equivalente de "/"

versus. Esta preposición, que en latín significaba ‘hacia’, adquirió en el lenguaje jurídico inglés, ya en el siglo xv, el valor de ‘contra’, y con este sentido se usa frecuentemente en el español de hoy: «Kaspárov ‘versus’ Deep Blue: ¿quién ganará la partida?» (País [Esp.] 21.5.97); «Odiosas dicotomías: habla popular versus lengua de cultura, lenguas primitivas versus lenguas avanzadas» (Ninyoles Idiomas [Esp. 1977]). Aparece a menudo en la forma abreviada vs.: «Para hoy se prevé igualmente la confirmación de los escenarios de los partidos Colegiales vs. Olimpia y San Lorenzo vs. Guaraní» (Abc [Par.] 7.11.00). Aunque no es censurable su empleo —pues palabras españolas como adversario, procedentes en latín de la misma raíz que versus, presentan el rasgo semántico de confrontación—, se recomienda sustituir este latinismo anglicado por la preposición española contra o por la locución preposicional frente a.

Diccionario panhispánico de dudas
© Real Academia Española, 2005.

domingo, agosto 19, 2007

Las mujeres en El Quijote

Las mujeres en El Quijote

Permalink 19.08.07 @ 19:50:00. Archivado en El Quijote, Sociogenética, Antropología conyugal, Educación, Novela

Madrid es con frecuencia escenario de encuentros o congresos, donde mujeres venidas de los cuatro puntos cardinales nos recuerdan a los hombres la injusticia del machismo y la obligatoriedad de tratarlas no sólo sin violencia, sino como nuestras iguales en dignidad y en derecho. A Madrid le ha cabido de nuevo este honor hace muy pocos días. He aquí mi modesta contribución como cervantista a esta lucha por la dignidad femenina. Se trata de un artículo sacado del Diccionario enciclopédico de mi Taller cervantino del Quijote, artículo que publiqué, en una circunstancia análoga, el 08.06.05.

¿Era Cervantes misógino o filógino?

Cabe concluir de un estudio detenido de las mujeres en el Quijote, que si es innegable la filoginia quijotesca, mucho más innegable e incluso sistemática es la denuncia por el Autor del Quijote de la misoginia ambiente. Disculpándonos por el anacronismo léxico, podemos afirmar que Miguel de Cervantes, particularmente en el Quijote, es uno de los más distinguidos valedores del feminismo occidental actual.

* * *

En el Quijote encontramos una serie de personajes femeninos caracterizados por su voluntad de rebelarse contra las limitaciones de las convenciones sociales y por el deseo de mostrar y desarrollar su propia individualidad: Dorotea, Marcela, Claudia Jerónima, Ana Félix.

En esto sigue el camino trazado por Joanot Martorell en su Tirante el Blanco. Así, por ejemplo, la infanta de Sicilia declara a Tirante, a propósito del príncipe Felipe, su pretendiente francés:

«Por amor de mí, no me digáys tal razón, que para mi plazer querría hombre que fuese entendido y discreto, e antes sufriría que no fuese de estado y linaje que no que fuese grossero y escaso… Mas no penséys que soy muger que creo de ligero, antes si ha de ser algo, he de meter las manos hasta los codos para sintir y saber su plática, su estado y condición si será tal que pueda dar consuelo a mi ánima en este mundo… —Si yo hallo alguna falta de grosería y escaseza en Felipe, nunca jamás le tomaré por marido; y de aquí adelante no quiero pensar en otra cosa sino cómo sabré la verdad… Si yo tomo por marido a Felipe y no me sale tal qual yo deseo, abré de ser omecida de mi persona, porque de fuerça haré cosas de desesperación; y assí me paresce que vale más estar sola que mal acompañada.», cap. C, ed. de Martín de Riquer, 1990, pp. 222, 223, 257 y 261.

En cambio, la época del Quijote. no sólo era resueltamente antifeminista sino que invocaba razones científicas para serlo, como lo prueba, en el Examen de ingenios para las ciencias del doctor Huarte de San Juan de 1574, la parte consagrada a las diligencias que los padres han de hacer al engendrar, para que salgan varones y no hembras:

«Los padres que quisiesen gozar de hijos sabios y que tengan habilidad para letras han de procurar que nazcan varones; porque las hembras, por razón de la frialdad y humidad de su sexo, no pueden alcanzar ingenio profundo. Sólo vemos que hablan con alguna apariencia de habilidad en materias livianas y fáciles, con términos comunes y muy estudiados; pero, metidas en letras, no pueden aprender más que un poco latín, y esto por ser obra de la memoria. De la cual rudeza no tienen ellas la culpa; sino que la frialdad y humidad que las hizo hembras, esas mesmas calidades hemos probado atrás que contradicen al ingenio y habilidad.», Huarte de San Juan, Examen de ingenios para las ciencias, p. 627-628.

¿Era don Quijote filógino o misógino? Ciertamente no era misógino, pero parece que era un filógino pesimista, puesto que pensaba que la mujer buena era muy difícil de encontrar. Ésta es al menos la impresión que tenemos, cuando intentando reconfortar a Basilio, con ocasión de su problemática boda con Quiteria, tras las suspendidas bodas de Camacho, le recuerda que un sabio opinaba que

«no había en todo el mundo sino una sola mujer buena, y daba por consejo que cada uno pensase y creyese que aquella sola buena era la suya, y así viviría contento.», II.22.4.

La relativa filoginia quijotesca contrasta vivamente con la absoluta misoginia ambiente, muy bien representada por diferentes personajes de su historia (tema de la misoginia ambiente). Así, por ejemplo, Sancho Panza quiere a las mujeres obedientes a sus maridos; don Fernando las hace objeto de fuerza y falsas promesas; el curioso impertinente las somete a pruebas, porque duda de su virtud; el pastor Eugenio las considera a todas de condición desasosegada como las cabras, simplemente por ser hembras; el Duque, hablando con Sancho Panza, pone en relación la cortesía debida a una mujer con el talle que tiene (presupuesto: ser corteses con las hermosas y descorteses con las feas):

«veremos el talle de la Condesa y por él tantearemos la cortesía que se le debe», II.37.15; etc.

Traicionado en su amor por Leandra, el Cabrero Eugenio no sólo desbarra a propósito de las mujeres, sino de todas las hembras, cuya condición estima desasosegada:

«Mas ¿qué puede ser sino que sois hembra, y no podéis estar sosegada; que mal haya vuestra condición y la de todas aquellas a quien imitáis?… », I.50.11.

Este punto de vista coincide con el de la opinión pública:

«los que conocían su discreción y mucho entendimiento (de Leandra) no atribuyeron a ignorancia su pecado, sino a su desenvoltura y a la natural inclinación de las mujeres, que por la mayor parte suele ser desatinada y mal compuesta.», I.51.3.

El punto de vista de Eugenio resume la misoginia ambiente:

«Yo sigo otro camino más fácil y, a mi parecer, el más acertado, que es decir mal de la ligereza de las mujeres, de su inconstancia, de su doble trato, de sus promesas muertas, de su fe rompida, y finalmente, del poco discurso que tienen en saber colocar sus pensamientos e intenciones, y esta fue la ocasión, señores, de las palabras y razones que dije a esta cabra cuando aquí llegué, que por ser hembra la tengo en poco, aunque es la mejor de todo mi apero.», I.51.3

En la Novela del curioso impertinente asistimos a una acumulación de pruebas impertinentes de la mujer por el hombre:

«Porque yo tengo para mí, ¡oh amigo!, que no es una mujer más buena que cuanto es, o no es, solicitada, y que aquella sola es fuerte que no se dobla a las promesas, a las dádivas, a las lágrimas y a las continuas oportunidades de los solícitos amantes», I.33.9.

«Conténtate, Anselmo, y no quieras hacer más pruebas de las hechas, y pues a pie enjuto has pasado el mar de las dificultades y sospechas que de las mujeres suelen y pueden tenerse, no quieras entrar de nuevo en el profundo piélago de nuevos inconvenientes», I.34.7.

Un poco antes encontramos el mismo tipo de actitud en la historia de Cardenio (tema de la misoginia ambiente):

«Conocióme Luscinda luego, y conocíla yo; mas no como debía ella conocerme y yo conocerla. Pero, ¿quién hay en el mundo que se pueda alabar que ha penetrado y sabido el confuso pensamiento y condición mudable de una mujer?», I.27.28.

Uno de los testimonios más conmovedores de la parcialidad social frente a las mujeres es el que nos aporta Claudia Jerónima, acusando a su propia naturaleza de mujer del drama que vive. El testimonio es conmovedor, porque por su boca habla una sociedad que le ha enseñado a menospreciarse en cuanto mujer (tema de la misoginia ambiente):

«Viome, requebróme, escuchéle, enamoréme, a hurto de mi padre; porque no hay mujer, por retirada que esté y recatada que sea, a quien no le sobre tiempo para poner en ejecución y efecto sus atropellados deseos.», II.60.24.

Cabe concluir que si es innegable la filoginia quijotesca mucho más innegable e incluso sistemática es la denuncia por el Autor del Quijote de la misoginia ambiente. Disculpándonos por el anacronismo léxico, podemos afirmar que Miguel de Cervantes, particularmente en el Quijote, es uno de los más distinguidos valedores del feminismo occidental actual. La intensidad de esta actitud explica la presencia de la Novela del curioso impertinente como lectura en común de los personajes más significativos de la primera parte. No se olvide que el tema de la lectura, que da lugar a la inserción de esta novela como objeto de lectura por los personajes en la venta, es uno de los temas mayores del Quijote.

Podemos añadir que la Novela del Curioso impertinente es para nosotros, como lo hemos probado ampliamente en otro lugar, la historia de la relación de un antiquijote con las mujeres; la impertinencia estriba en creer que las mujeres deben ser sometidas a pruebas, para que aparezca la verdad de su virtud (tema de la misoginia ambiente vs filoginia quijotesca). La impertinencia de Anselmo, el Curioso impertinente, consiste en querer someter a prueba la virtud de Camila, su mujer, como si el valor de esta virtud no consistiera en ella misma, en su verdad de conciencia, sino en la experiencia que hacen de ella los otros, en su apariencia:

«el deseo que me fatiga es pensar si Camila, mi esposa, es tan buena y tan perfeta como yo pienso, y no puedo enterarme en esta verdad, si no es probándola de manera que la prueba manifieste los quilates de su bondad, como el fuego muestra los del oro.», I.33.9.

Curiosidad impertinente que su amigo Lotario rechaza al preguntarle una y otra vez: «¿qué mejores títulos piensas darle después que los que ahora tiene, o qué será más después de lo que es ahora?… si es tan buena como crees, impertinente cosa será hacer experiencia de la mesma verdad», I.33.14;

y más adelante: «¿para qué quieres poner esta verdad en duda?», I.33.16.

Citas del Quijote: Salvador GARCIA BARDON, El Quijote para citarlo

* * *

Salvador García Bardón, Taller cervantino del “Quijote”, Textos originales de 1605 y 1615 con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, aparecerá en 2005.