Imagen: ◊ El caballero de la mano en el pecho = Le Chevalier à la main sur la poitrine = The Nobleman with his Hand on his Chest ◊ (1)
→ Un caballero con la mano en el pecho mira al espectador como si hiciese un pacto con él. Hasta hace poco se ha pretendido que esta obra, de extraordinaria belleza iconográfica, podía ser una configuración por El Greco de la digna y fuerte personalidad de Miguel de Cervantes Saavedra. Personalmente creo que esta configuración, tanto por su forma como por su contenido, es preferible a la mediocre y falsa representación de Cervantes atribuida a J. de Jáuregui. "En este retrato, El Greco no sólo muestra la fisionomía del hombre, sino que captura la esencia de su posición y sus ideales. Representa al caballero cristiano, según el planteamiento conceptual de la retratística de los Austrias españoles." (David Davies: El Caballero de la mano en el pecho) ←
1613
Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal primado de Toledo, y el duque de Lemos se convierten en mecenas del escritor.
Cervantes viaja a Alcalá de Henares, su ciudad de origen, para recibir el hábito de la Orden Tercera de San Francisco e ingresar como novicio en la misma Orden. Hará los votos definitivos en ella tres años después.
Salen a la luz en Madrid, en casa de Francisco de Robles e impresas por Juan de la Cuesta, las "Novelas ejemplares". Como otras obras de Cervantes, van dirigidas al conde de Lemos.
A la dedicatoria y elogio de Lemos, sigue un «prólogo al lector», que como todos los de Cervantes, es una página de antología. No son escasas las noticias que extraemos de él. En primer lugar su retrato, el único fidedigno que de él tenemos, la única biografía no inventada de Cervantes, al tiempo que uno de esos milagros propios de su maestría literaria, pues aunque nos habla de sí mismo, lo hace en tercera persona , consiguiendo hacernos creer que es a otro a quien está mirando, tanto por dentro como por fuera:
«Quisiera yo, si fuese posible (lector amantísimo), excusarme de escribir este prólogo, porque no me fue tan bien con el que puse en mi Don Quijote que quedase con gana de segundar con éste… Éste que véis aquí de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada, las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro; los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies. Éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y quizá sin el nombre de su dueño: llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla Naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo; herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de las guerras, Carlos V, de felice memoria. Y cuando a la deste amigo de quien me quejo no ocurrieran otras cosas de las dichas que decir de mí, yo me levantara a mí mismo dos docenas de testimonios y se los dijera en secreto, con que extendiera mi nombre y acreditara mi ingenio; porque pensar que dicen puntualmente la verdad los tales elogios es disparate, por no tener punto preciso ni determinación las alabanzas ni los vituperios.»
Lit. En febrero, el propio Shakespeare, en colaboración con Fletcher, había estrenado una comedia, actualmente perdida, llamada "The History of Cardenio", basada en los capítulos XXIII a XXVII de la Primera Parte de Don Quijote. Fue representada en las celebraciones que tuvieron lugar para conmemorar el matrimonio de Isabel Estuardo, hija de Jacobo I, con el elector palatino.
Luis de Góngora da a conocer la Primera Soledad y El polifemo.
Pol. Beatificación de la madre Teresa de Jesús, treinta y un años después de su muerte en Alba de Tormes en 1582.
Pol. Acceso de los Romanov, con el zar Miguel, al trono de Rusia.
1614
Cervantes publica en Madrid, a finales de noviembre, su "Viaje del Parnaso", impreso por la viuda de Alonso Martín y dirigido a Rodrigo de Tapia. Una de las licencias de la censura, extendida por un clérigo que era al mismo tiempo escritor y poeta de importancia, José de Valdivielso, afirmaba que el poema contenía muchas cosas y entretenidas, en la misma tónica que el resto de sus obras, que honran a la patria de su autor y son famosas en todo el mundo. M.McK., Cervantes, p. 193-194.
Algunas semanas antes de que apareciera el Viaje del Parnaso, España había celebrado la beatificación de una de sus más famosas santas, Teresa de Ávila. Cervantes se contaba entre los cuarenta y cinco poetas que tomaron parte en la justa poética que acompañó el oficio de acción de gracias en la capilla del convento de las carmelitas descalzas, en Madrid, el 25 de septiembre de 1614, con un poema titulado “Por Miguel de Cervantes a los éxtasis de la Beata Madre Teresa de Jesús”.
Se publica en París la primera traducción francesa del Quijote, realizada por César Oudin.
Cervantes gana el tercer premio en las justas literarias de Zaragoza.
En octubre aparece el falso Quijote, firmado por Alonso Fernández de Avellaneda.
Síntomas de diabetes.
Lit. A. Fernández de Avellaneda, Segunda parte del Quijote.
Lope de Vega, Rimas sacras.
Icon. El Greco pinta La Asunción de la Virgen.
1615
En noviembre se publica en Madrid, en casa de Francisco de Robles, impreso por Juan de la Cuesta "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", Segunda parte del Quijote completo. Un mes antes han sido publicados en Madrid, por la viuda de Alonso Martín, a costa de Juan de Villarroel, sus "Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados", obras dirigidas, de nuevo, al conde de Lemos.
Acompañado de su esposa Catalina y de una criada, Cervantes cambia de domicilio por última vez. Se traslada a una casa sita en la calle de Francos, esquina a la del León, frente al mentidero de los comediantes.
Icon. Rubens pinta el Juicio final.
Lit. Muere Mateo Alemán.
Pol. Luis XIII de Francia casa con la infanta Ana de Austria, hija de Felipe III.
1616
El honor en editar el primero un juego del Quijote completo lo alcanzó Huberto Antonio, publicando en Bruselas "El Ingenioso caballero" en 1616 y "El Ingenioso hidalgo" en 1617, con ligeras diferencias tipográficas, pero seriando los dos volúmenes merced a la anteposición de un Primera parte de... al título primitivo (Rico, 1998).
Cervantes concluye, a comienzos de marzo, "Los trabajos de Persiles y Sigismunda", que se editarán al año siguiente. Algunos biógrafos han creído ver en el número notoriamente decreciente de capítulos entre el libro tercero y el libro cuarto del Persiles, veintiuno y catorce respectivamente, una señal de que Cervantes intuía que era la única manera de terminar su obra antes de terminar su vida, que él sentía que se le iba escapando.
El 26 de marzo, fecha en que escribe una carta de agradecimiento por su último “favor” a uno de sus protectores, don Bernardo de Sandoval y Rojas, arzobispo de Toledo, está tan enfermo, que siente que no va a recuperarse y que su final se acerca.
El 2 de abril, sábado de Pascua, gravemente enfermo de hidropesía, profesa, siguiendo el ejemplo de su mujer, en la Orden Tercera de San Francisco. Como está demasiado enfermo para salir de casa, la ceremonia religiosa tiene que llevarse a cabo en su hogar.
El 18 del mismo mes recibe los últimos sacramentos y el 19 redacta la sobrecogedora dedicatoria del Persiles al conde de Lemos, su último escrito:
«Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo
Ayer me dieron la Extremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir [...]. Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos… ¡Adiós gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!»
El viernes 22 de abril, poco más de una semana después que Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra fallece en Madrid, a la edad de sesenta y ocho años y siete meses.
El día 25 es enterrado harto pobremente, con el tosco sayal franciscano de la Venerable Orden Tercera, en el convento de las trinitarias descalzas de la calle de Cantarranas, actualmente, de Lope de Vega.
Lit. Muere Shakespeare.
Pol. La Inquisición prohíbe a Galileo enseñar.
Los españoles son expulsados del Japón.
1617
Cinco meses después de la muerte del escritor, su esposa, doña Catalina de Salazar, vendió "Los trabajos de Persiles y Sigismunda" a Villarroel. El libro salió a principios de 1617 de las prensas de Juan de la Cuesta, dedicado al conde de Lemos; fue reeditado cinco veces el mismo año, y pronto se tradujo al inglés y al francés. Da la impresión de que el astuto Villarroel pudo haberse quedado con los beneficios de este éxito póstumo, a pesar del contrato de venta.
Lit. C. Suárez de Figueroa, El pasajero.
Icon. Nace Murillo.
Pol. Tratado de Pavía entre España y Saboya.
El catolicismo es prohibido en Suecia.
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Desaparición de la familia directa de Cervantes
Su hermano Rodrigo murió en 1600, en la batalla de las Dunas de Flandes. En 1609 murió su hermana mayor Andrea, cuya única hija, Constanza de Ovando, que acompañó al matrimonio Cervantes hasta la muerte de Miguel y luego a Catalina su mujer, murió ella misma sin hijos en 1622. Seis meses después que Andrea, murió la única nieta de Cervantes, Isabel Sanz y, transcurridos otros tantos, su hermana menor Magdalena. En 1626 murió su mujer, Catalina de Salazar. Por los mismos años veinte murió también su hermana Luisa, monja carmelita descalza, tres veces priora del convento de la Concepción de Alcalá, cuyo nombre de religión era Luisa de Belén. De la muerte de Juan, el benjamín de sus hermanos, no se tiene la menor noticia.
La última persona en morir de la estirpe directa conocida de Cervantes fue Isabel de Saavedra, su hija natural, que lo hizo en 1652, sin hijos que le sobrevivieran, ya que su hija única, Isabel Sanz, murió en 1609, siendo una niña pequeña.
Hasta hoy no se sabe absolutamente nada de la existencia real de un eventual hijo natural de Cervantes, presuntamente tenido en Nápoles por los años 70 de una compañera sentimental italiana, igualmente desconocida.
De este modo se extinguió sin descendencia legal directa el linaje de Cervantes.
Su testamento se perdió también, al igual que todos los originales de sus obras. Sus propios restos mortales se perdieron igualmente, a finales del siglo XVII, por descuido de unos albañiles, que los envolvieron con los escombros de unas obras que se estaban haciendo en el convento de las Trinitarias descalzas donde reposaban.
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(1) ◊ El caballero de la mano en el pecho = Le Chevalier à la main sur la poitrine = The Nobleman with his Hand on his Chest ◊ (1)
Autor: El Greco, Candía (Creta), 1541 - Toledo, 1614
Título: El caballero de la mano en el pecho
Fecha: Hacia 1578-1580
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo, firmado [P809]
Estilo: Manierismo
Dimensiones: Alto: 81,8 cm.; Ancho: 66,1 cm.
OBJETOS PRESENTADOS: Espada
Procedencia: Colección Real (colección Felipe V, Quinta del duque del Arco, El Pardo-Madrid, decimotercia pieza de verano, 1745, [¿nº 411?]; Quinta del duque del Arco, pieza duodécima, 1794, ¿nº 366?).
Localización actual: Museo del Prado
Número de catálogo: P00809
El caballero de la mano en el pecho es uno de los más famosos retratos creados por Doménikos Theotokópoulos, El Greco
Es un óleo sobre lienzo pintado hacia 1578 y 1580, su primera etapa española.
Igualmente la persona retratada era de identidad desconocida, hoy se considera que es el marqués de Montemayor y notario mayor de Toledo, pero hasta hace poco se ha pretendido que podía ser una configuración de Miguel de Cervantes Saavedra.
◊ Descripción ◊
Es uno de los retratos españoles más conocidos en el mundo.
Este retrato de busto largo engrosó las Colecciones Reales gracias a una donación de la viuda del duque del Arco, gentilhombre de cámara, caballerizo y montero mayor de Felipe V. Del Arco poseyó en su finca de recreo, situada en el Pardo, un grupo de seis retratos de caballeros pintados por el Greco cuya procedencia anterior desconocemos. El conjunto acabaría por constituir el grueso de la galería de retratos del Greco con que cuenta el Museo del Prado.
Este ejemplar es uno de los más tempranos del pintor realizados en España, y el que más claramente se ha distinguido del conjunto. El caballero, de unos treinta años, viste según la moda española de finales de los setenta del siglo XVI, con la blanca y estrecha gorguera elevándose por detrás de las orejas y enmarcando la cabeza.
Sobre el ceñido jubón de seda negra destacan la mano derecha, que se posa en el pecho, y la empuñadura dorada de la espada. La flexión del brazo izquierdo hace pensar que el arma se sujeta y presenta, asida por la hoja envainada, con la mano izquierda, invisible al espectador.
La figura se recorta sobre un fondo neutro, de un tono gris perla matizado por el marrón rojizo de la capa de preparación que trepa a la superficie.
→ Gracias a su temprana exposición en las salas del Prado, el retrato se convirtió en uno de los más emblemáticos ejemplares de su autor. ←
→ La inclusión de la rica espada, el gesto solemne y retórico de la mano -poco frecuente en los retratos civiles del pintor aunque bastante común en sus composiciones religiosas-, la medalla semioculta que porta el caballero y, sobre todo, la decidida relación que éste establece con el espectador, han convertido la efigie en un icono de la hidalguía castellana, y por extensión española. ←
La atracción artística y literaria que ha provocado el retrato explica la variedad de lecturas e identificaciones suscitadas, aunque todas ellas giran en torno a su condición prototípica como noble español y, con ella, los tópicos que han acompañado ese perfil a lo largo de buena parte del siglo XX: cristiano hombre de honor, melancólico y sobrio, representante altivo de su clase y de su época.
En algún momento se ha pensado que podría tratarse de un autorretrato, por considerar que el gesto de la mano representaría una autoafirmación orgullosa del pintor.
→ Se han ofrecido otras hipótesis concretas de identificación, entre las que se ha incluido a Miguel de Cervantes o al secretario de Felipe II, Antonio Pérez. ←
Sin duda, la más convincente de las identificaciones es la que liga esta figura con la del tercer marqués de Montemayor, Juan de Silva y de Ribera, contemporáneo del Greco, que fue nombrado por Felipe II alcaide o jefe militar del Alcázar de Toledo y notario mayor del reino, un cargo que acreditaría el ademán solemne de la mano, en acción de jurar.
→ En cualquier caso, El caballero de la mano en el pecho es un excelente ejemplar de la retratística de su tiempo, con paralelismos formales con el retrato cortesano impuesto por los Austrias, en composiciones marcadas por la sencilla plasmación del retratado: en visión frontal y fuertemente iluminado sobre un fondo neutro. ←
Ejemplares semejantes también se hallan en la pintura italiana del Renacimiento, y especialmente en la escuela veneciana, con la que la composición y técnica del Greco mejor se emparenta, incluyendo el ademán de la mano. Un ardid retórico lleno de expresividad y que ahondaría en el perfil psicológico del retratado, y que también está presente en otros retratos venecianos y centroeuropeos.
→ En cualquier caso, el pintor ha sabido dotar esta imagen de una formidable tensión formal entre lo que exhibe y lo que oculta el personaje. ←
Fuente: Texto extractado de Ruiz, L. en: El retrato del Renacimiento, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 326.
◊ Presencia en la cultura ◊
Manuel Machado dedicó un poema a esta pintura, con el mismo nombre:
Este desconocido es un cristiano
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla no más la empuñadura,
de su admirable estoque toledano.
◊ Bibliografía ◊
- Álvarez Lopera, José, El Greco. La obra esencial, Madrid, Sílex, 1993.
- Bray, Xavier, El Greco, Londres, National Gallery, 2004.
- Cossío, Manuel B., El Greco, Madrid, 1908, p. 399.
- Davies, David, «El caballero de la mano en el pecho», El Greco, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2003, pp. 231-251.
- Márquez Villanueva, F., «En torno al Caballero de la mano en el pecho», Archivo Español de Arte, xxxii, Madrid, 1959, pp. 193-197.
- Ruiz Gómez, Leticia, El Greco en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2007, pp. 182-188.
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