La palabra adivasi significa "los que están ahí desde el principio" y se utiliza en la India para designar a las poblaciones indígenas llamadas en Inglés "tribales".
Los Indios no aborígenes tratan a menudo a los Adivasis como "primitivos" y los clasifican con la casta de los "intocables".
Por lo general los Adivasis viven en zonas remotas y se mantienen al margen de la corriente principal de la civilización indoeuropea. Han sido sistemáticamente ignorados por los otros indios hasta la época del Raj británico, cuando la exploración metódica de los territorios por los colonizadores los "redescubrió". No son un grupo homogéneo. Así, por ejemplo, Sri Lanka tiene su propio pueblo aborigen, los Veddas.
Durante los siglos XIX y XX, un número considerable de Adivasis se han convertido al cristianismo, en particular en el centro de la India y en los estados del nordeste.
Muchos grupos tribales entre los más pequeños son muy sensibles a la degradación ecológica provocada por la modernización de la India. La industria forestal y la agricultura intensiva han demostrado ser destructivos para las zonas forestales, que durante siglos fueron utilizadas por los Adivasis para su agricultura de roza y quema
"En 20 ans, une transformation s'est progressivement réalisée parmi les Santals de la région des Rajmahal Hills. Ils progressent en prise de conscience critique, en contrôle sur leurs ressources, en participation aux prises de décision et en détermination à prendre enfin eux-mêmes en mains leur destin. Au coeur de cette transformation est un petit groupe de jésuites, eux-mêmes constamment transformés dans leur action quotidienne avec d'autres et leur collaboration avec des gens, s'imprégnant de leurs valeurs, redécouvrant que le Royaume de Dieu est déjà présent ici, parmi les pauvres." (1)
En 20 años, se ha realizado de forma progresiva una transformación entre los Santales de la región de las colinas de Rajmahal. Avanzan en la toma de conciencia crítica, en el control de sus recursos, en la participación a la toma de decisiones y en la determinación a controlar por fin ellos mismos su destino. En el corazón de esta transformación se encuentra un pequeño grupo de jesuitas, que se transforman constantemente ellos mismos en sus actividades diarias con los demás y en su colaboración con la gente, asimilando sus valores y redescubriendo que el reino de Dios ya está aquí entre los pobres.
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Narrativas jesuitas:
Abogado entre los Adivasis
por J. Stanny SJ,
SHAKTI-LAHRC, Gujarat, India
"Viendo a la multitud, {Jesús} se conmovió por ellos, porque andaban maltrechos y postrados, como ovejas sin pastor." (Mt 9,36)
Cuando empecé mi ministerio como abogado entre los Adivasis, los tribales y las poblaciones indígenas de Gujarat, India, como miembro del Centro de Derechos Humanos SHAKTI-LAHRC que la Compañía lleva en Gujarat, tuve la misma sensación que quizá invadió el corazón del Maestro cuando dijo “Andaban como ovejas sin pastor”.
En la India, la población de los Adivasis constituye el 8% del total, en Gujarat el 15% y en la zona donde estoy trabajando oscila entre el 65 y el 98%. Los Adivasis han tenido que enfrentarse y siguen enfrentándose a varios retos. Entre ellos a una crisis de identidad, a la erosión de su propia cultura, a una crisis de unidad y de dignidad, a la pérdida de control sobre sus recursos naturales y a la violación de sus derechos humanos. Una de las principales causas de esta situación es la falta de un ‘pastoreo’ basado en los valores típicos de los Adivasis, que llevaría a este pueblo hacia verdes pasturas. En esta coyuntura, se pensó y se esperó que “un día su propio pueblo sería el líder”. Y con esta esperanza empezamos nuestro ministerio para promover el liderazgo entre los Adivasis. Hoy despuntan algunos signos que nos llevan a pensar que nuestros esfuerzos están dando fruto.
Hace 42 años se construyó un dique, llamado Ukai, lo cual llevó a desplazar 150 aldeas de Adivasis, sin una digna compensación y sin reasentamiento. Se suponía que el dique iba a tener dos grandes canales: el canal de la izquierda, que iba más allá de la ciudad de Surat, y el canal de la derecha, que hubiera tenido que irrigar 59 aldeas Adivasis. El canal de la izquierda está funcionando, pero no así el de la derecha. La gente creyó que sus líderes iban a proveer, pero esto no ocurrió.
Hace tres años, la gente empezó a tomar conciencia de lo que ocurría y algunos líderes Adivasis tomaron la iniciativa. Bloquearon las calles y obligaron el Gobierno a cumplir con su promesa. La promesa no se ha mantenido. Así que han llevado al Gobierno ante el Tribunal Superior, para que cumpla con su promesa.
En una remota ciudad, llamada Songadh, 250 hombres y mujeres Adivasis han estado vendiendo hortalizas durante años. Ahora han sido obligados por extranjeros a quedarse en las afueras de la ciudad y se ven acosados por múltiples elementos. Ellos (hijos e hijas de la tierra) no tienen sitio para vender sus bienes, y me recuerdan lo que dijo Jesús “El Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Las mujeres tomaron la iniciativa, fueron a hablar con varias autoridades, pero todo fue en vano. Ahora han llevado a las autoridades municipales ante el Tribunal Superior para que se les devuelvan sus derechos.
La gente lucha por su dignidad y por recuperar su unidad e identidad. Su lucha continua para obtener sus derechos sobre las tierras es un buen ejemplo de su toma de conciencia y del liderazgo que los Adivasis van asumiendo cada vez más.
La celebración del Día de las Poblaciones Indígenas, el festival cultural Adivasi que tiene lugar cada año en Songadh y las bodas en masa, ceremonia durante la cual se han casado 29 parejas de diversos grupos, ignorando sus diferencias religiosas, políticas y geográficas nos hacen ver que se está dando una transformación, por lenta que sea.
Las bodas en masa han sido una ocasión particular para alegrarnos, ya que en la India (y quizá en todas partes) la gente gasta mucho dinero para las bodas. Para los ricos esto no es nada, pero ¿cómo afrontar este gasto si se es pobre? A todos les gustaría celebrar su boda a lo grande, y a todos los padres les gustaría que la boda de sus hijos se celebrara por todo lo alto. Pero la pobreza es un verdadero problema y conduce a unos cuantos a escaparse y a empezar a vivir juntos. Esto causa problemas a la comunidad. Incluso los que se casan no están registrados, y así ni ellos ni los hijos tienen derecho a los servicios sociales.
Las bodas en masa se planearon teniendo en cuenta todo esto. Sirvieron de plataforma para que muchos se casaran ‘bien’ pero sin gastar mucho, y les dio la posibilidad de recibir dones de otros. Además reciben certificados de Registro de matrimonio y pueden obtener beneficios de los planes de gobierno.
Todas estas iniciativas están ayudando a los Adivasis a sentirse y a crear comunidad, con una plataforma para hacer oír su voz, y hacerlo con confianza, orgullo y gozo repitiendo el eslogan “Jai Adivasi, Jago Adivasi” ¡Victoria a los Adivasis, que los Adivasis se despierten!).
J. Stanny SJ (Jebamalai Stanislaus)
SHAKTI-LAHRC (Legal Aid and Human Rights Centre)
Songadh, Gujarat, India
Email: sanny.jeba@gmail.com, shaktilahrc@gmail.com
Fuentes complementarias de información: (1) Vivre la foi qui fait la justice à Kodma : Voyage en Inde avec les jésuites engagés auprès des populations indigènes :
http://www.jesuites.com/actu/2009/kodma.htm
http://www.adivasi.net/
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Fernando Franco SJ, Director Responsable
Uta Sievers, Redactora
Suguna Ramanathan, Redactora Asociada
Secretariado para la Justicia Social y la Ecología, Borgo S. Spirito 4, 00193 Roma, Italia
+39 06689 77380 (fax)
01.07.10 @ 15:50:40. Archivado en Sociogenética, Antropología, Ética, Educación, Pro justitia et libertate, Geopolítica, Asia, Ecología
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