Ingrid, condecorada con la Legión de Honor
14.07.08 @ 23:58:02. Archivado en Las Américas, Sociogenética, Pro justitia et libertate
Íngrid Betancourt, condecorada hoy con la Legión de Honor, la dedicó a sus compañeros de cautiverio.
"Digna, recta, orgullosa, valiente", Ingrid Betancourt ha sido "un ejemplo para cada uno de nosotros", dijo Sarkozy
Foto: AFP/ Philippe Wojazer
EFE
eltiempo.com
14/07/2008
Esta condecoración es para "todos los que sufrieron", "los que no volvieron" y los que siguen cautivos, declaró durante el acto celebrado en la terraza del jardín del Palacio del Elíseo.
Ingrid Betancourt fue condecorada en París:
La Legión de Honor, en el grado de caballero, una de las más altas distinciones que impone el gobierno francés, le fue entregada a Ingrid durante la celebración de la fiesta nacional de Francia.
Al imponerle las insignias ante miles de invitados, el presidente francés, Nicolás Sarkozy le dijo a Betancourt, que tiene la doble nacionalidad francesa y colombiana: "es usted un símbolo de esperanza".
"Hace más de seis años que la esperábamos. Bienvenida", añadió el jefe de Estado al referirse a su liberación el pasado día 2 "en manos de torturadores medievales en uno de los bosques más inhóspitos del mundo".
Tal como hiciera cuando Betancourt llegó a Francia dos días después de su liberación en una operación del Ejército colombiano, el presidente francés prometió seguir "ayudando" para lograr la liberación de los que siguen en poder de las Farc.
"Digna, recta, orgullosa, valiente", Ingrid Betancourt ha sido "un ejemplo para cada uno de nosotros", subrayó Sarkozy, al afirmar que la República francesa le quiere testimoniar su "admiración y reconocimiento".
En el acto estuvieron presentes, además de la esposa de Sarkozy, Carla Bruni, y el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, varios familiares de Betancourt: sus hijos, su madre, su hermana y su ex marido francés.
El jefe del Estado francés, que rindió tributo a la familia de Betancourt, le dijo a ésta que se quede "el mayor tiempo posible en Francia", donde está segura y "la queremos".
Betancourt, con la voz a veces casi quebrada por la emoción y hablando en español, dijo que no se merecía esta distinción, pero se reconoció muy feliz por recibirla.
Betancourt no asistió por la mañana al tradicional desfile
militar del día de la fiesta nacional.
-oOo-
Desertor, pieza clave en el rescate
Laprensagráfica.com, El Salvador, CA. AP, Redacción
07/14/2008
La Operación Jaque, que dejó a las FARC sin sus rehenes más valiosos, fue, según muchos de los actores involucrados, un minucioso trabajo de inteligencia y audacia.
A casi dos semanas del rescate de Ingrid Betancourt y otros 14 secuestrados en poder de las FARC, y pese a las dudas lanzadas sobre la veracidad de la Operación Jaque, la forma en cómo se planeó y los resultados no han hecho más que levantar la popularidad del presidente Álvaro Uribe y, sobretodo, la moral del Ejército.
El plan era audaz: un desertor convence a los carceleros, “César” y “Enrique”, de llevar juntos a sus rehenes más preciados y trasladarlos unos 145 kilómetros por la selva colombiana hasta un claro.
Un mes más tarde, comandos disfrazados y entrenados para hacerse pasar por guerrilleros aterrizan en un helicóptero y engañan a los rebeldes hasta que estos les entregan a los rehenes.
La misión buscaba rescatar a tres contratistas estadounidenses, a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y otros 11 rehenes.
Su éxito se basó completamente, según señalaron sus organizadores, en un rompimiento “casi total en las comunicaciones entre los aislados” celadores guerrilleros de los rehenes” acusados el viernes pasado como “traidores” por el secretariado de las FARC— y sus comandantes.
El operativo también fue el resultado de años de intensa cooperación militar entre los ejércitos de Colombia y Estados Unidos, que han logrado debilitar al último gran ejército guerrillero de América Latina. Y también incluyó un poco de venganza.
“Cuando me informaron por primera vez de esto, dije: ¿Es realista? ¿Podría funcionar realmente? Y obviamente, la respuesta fue sí”, indicó el embajador de Estados Unidos en Colombia, William Brownfield.
El rescate preparado por expertos comenzó a gestarse con la escapatoria en 2007 de un colombiano que pasó algún tiempo en cautiverio junto con los tres estadounidenses y Betancourt, que se cree es el policía John Pinchao.
Toma fuerza
Sin embargo, el plan comenzó a tomar fuerza apenas en enero, cuando la inteligencia colombiana descubrió que los rehenes iban a ser trasladados, señaló el general Freddy Padilla, jefe de la Fuerza Armada de Colombia.
Los colombianos instalaron equipos de vigilancia de video, proporcionados por Estados Unidos —estos pueden hacer acercamientos y tomas panorámicas controladas a control remoto—, a lo largo de ríos que son la única ruta de transporte a través de densas zonas selváticas, indicaron autoridades colombianas y estadounidenses.
Aviones norteamericanos de reconocimiento interceptaron conversaciones por radio y teléfono satelital de los rebeldes y emplearon imágenes que pueden penetrar el follaje de la selva, agregaron los elementos.
A mediados de febrero, una patrulla colombiana detectó a los tres contratistas estadounidenses (Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes) cuando se bañaban en el río Apoporis, mientras eran custodiados por guerrilleros. Era la primera vez que se veía a los estadounidenses —que ya se encuentran en su país— desde que el avión en que viajaban se estrelló en febrero de 2003.
“Cuatro días los tuvimos en la mira”, manifestó Brownfield.
Sin embargo, se consideró que una operación de rescate sería muy riesgosa y fue cancelada.
“La orden del presidente (Álvaro Uribe) fue: rescatarlos, sí, pero sin derramar ni una gota de sangre”, señaló un general colombiano directamente involucrado en la misión pero que pidió guardar el anonimato por no estar autorizado a divulgar detalles.
El general indicó que un desertor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estuvo de acuerdo con encabezar la operación. El transfuga gozaba de la confianza del secretariado de las FARC y del liderazgo del Primer Frente, que tenía en su poder a los rehenes.
“Las comunicaciones de las FARC son medievales”, indicó el general Padilla.
El desertor resultó ser clave. Él convenció a Gerardo Águila Ramírez (“César”), el comandante del Primer Frente, de que el secretariado deseaba que los 15 rehenes fueran desplazados a un punto de encuentro, señaló el general involucrado en la operación.
Este estaba enojado con las FARC porque su propio comandante le había arrebatado una casa y una granja que le habían pertenecido, dijo el general, y esta fue su venganza.
Satélites espías estadounidenses ayudaron a ubicar a los rehenes durante un período de un mes, que comenzó el 31 de mayo y concluyó con el rescate del 2 de julio.
Desde mediados de junio, Brownfield y un equipo de 100 personas en la Embajada de Estados Unidos, que se habían dedicado a garantizar la liberación de los rehenes estadounidenses, trabajaron de cerca con los colombianos que conducían la operación.
“La verdad es que hemos logrado compaginarnos de una manera que pocas veces hemos logrado en Estados Unidos, excepto con nuestros viejos aliados, principalmente los de la OTAN”, señaló Brownfield, refiriéndose a las relaciones con las fuerzas de seguridad colombianas, que han recibido más de $4,000 millones desde 2000.
Día clave
El lunes 30 de junio, el presidente Álvaro Uribe dio la luz verde para la operación, señaló Padilla.
El 1.º de julio, dos helicópteros Mi-17 rusos despegaron de una base militar en un valle montañoso de los Andes y se encaminaron para una noche llena de nerviosismo en un claro de la selva.
A bordo viajaban cuatro miembros de la Fuerza Aérea disfrazados de civiles, siete agentes de la inteligencia militar y el desertor guerrillero, señalaron funcionarios del Ejército.
Dos de los elementos se disfrazaron de rebeldes y los otros vestían de blanco, como si representaran algún tipo de misión humanitaria. “Todos ellos estuvieron una semana y media tomando clases de actuación”, indicó Padilla.
Poco después del mediodía del miércoles 2 de julio, el helicóptero aterrizó en el sitio convenido.
Uno de los elementos, que se hizo pasar por camarógrafo, tomó un video en momentos en que los guerrilleros de tierra ataban las manos de los rehenes, de acuerdo con las instrucciones de la tripulación, dijo Padilla. Atar a los rehenes era parte del plan.
“Estamos hablando de 14 soldados entrenados”, explicó Padilla, al referirse a los estadounidenses cautivos y los 11 soldados o policías colombianos. Nadie quiso arriesgarse a que ellos intentaran tomar poder de la tripulación.
Una vez en el aire, “César” y un asistente fueron dominados.
No hubo necesidad del Plan B: Desplegar 39 helicópteros y 2,000 soldados para rodear a los rebeldes que tenían a los rehenes y tratar de persuadirlos a entregarlos pacíficamente.
El desertor ahora se encuentra libre y seguramente recibirá una suma considerable de los cerca de $100 millones que el Gobierno había ofrecido como recompensa, indicó el general.
Una radio suiza aseguró que el Gobierno habría pagado $20 millones a las FARC y que el operativo fue un montaje. Esta versión es rechazada por todos los involucrados, incluida Betancourt
No hay comentarios:
Publicar un comentario