lunes, noviembre 05, 2007

Solidaridad franco-española en acción

Solidaridad franco-española en acción

Permalink 05.11.07 @ 16:52:37. Archivado en Europa, España, Ética, Migraciones, Pro justitia et libertate

Interrumpiendo su vuelo entre Yamena y París, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, hizo escala anoche, a las nueve, en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz, para devolver personalmente a sus familias las cuatro azafatas españolas liberadas en Chad por el juez. Esta liberación fue debida a que el líder de la ONG, Eric Breteau, no había aportado nada en su declaración ante el juez que contradijera la reivindicación de inocencia realizada por las azafatas y los periodistas. El abogado del Estado Philippe Houssiné explicó que "Chad no puede cometer el peor crimen, que es tener en la cárcel a acusados inocentes.

El presidente Sarkozy y las cuatro azafatas fueron acogidos, al pie del avión presidencial francés, por las familias de las azafatas y por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente Sarkozy declaró que había trabajado mano a mano con el presidente Zapatero, desde el principio de la crisis, para resolverla lo más satisfactoriamente posible: (Foto) "El señor Zapatero sabía todas las iniciativas que he tomado, y tenemos la misma voluntad de que todos los detenidos vuelvan".

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La versión francesa de esta aventura

Hacia las 14:10 del domingo 4 de noviembre, el Airbus A319 del Presidente de la República Francesa aterrizó en el aeropuerto de N’Djamena. A las 16:10 despegó hacia París llevando a bordo, como pasajeros suplementarios, 7 de los 21 inculpados del asunto el Arco de Zoé. Sólo dos horas sobre el suelo chadiano le fueron necesarias a Nicolas Sarkozy, para realizar una operación relámpago de “liberación”, que ha trastornado los géneros diplomático, judicial y mediático.

“El Presidente de la República Francesa quería volver a Francia con los periodistas y las azafatas…” : la parte fundamental quedó dicha con estas palabras del Presidente chadiano, Idriss Déby, pronunciadas en su introducción a la rueda de prensa común, organizada en el palacio presidencial. El Presidente chadiano buscaba sus palabras, no sabiendo bien cómo justificar la liberación súbita de los tres periodistas franceses- Marc Garmirian, de la agencia Capa, Jean-Daniel Guillou, del colectivo de fotógrafos Synchro X, María-Agnès Peleran, de France 3 Mediterráneo - y de las cuatro azafatas españolas, no descargados todavía de su condición de acusados.

Inmediatamente después de la detención del grupo que, el 25 de octubre, intentaba embarcar en Abéché (este del Chad) a 103 niños, presentándolos como “huérfanos del Darfour”, el Sr. Déby había tenido palabras extremadamente duras para denunciar un “rapto” al cual prestaba intenciones criminales como la “pederastia” o la “extracción de órganos”. El domingo, el presidente de Chad había cambiado de tono, agradeciendo al señor Sarkozy de haber hecho este “desplazamiento amistoso” e insistiendo sobre el hecho que este asunto no ponía en peligro el próximo despliegue de la fuerza europea Eufor en el este del país, “desvastado por la guerra”.

Tenso, con aspecto hermético, Nicolas Sarkozy, mateniéndose cerca de una Rema Yade, Secretaria de Estado para los derechos humanos, muda y fija, pronunció un discurso circunspecto. “Voy a volver a París acompañado de siete inculpados liberados (…) y deseo agradecer muy sinceramente al Presidente Déby (…). Sabe que puede contar con mi reconocimiento.” Luego el Sr. Sarkozy anunció que volvería a Djamena “en febrero, para una visita política”.

Haciendo apenas alusión al problema de fondo de esta “aventura bastante lamentable”, que él no quiere “calificar a nivel penal”, respetando “como es debido, la justicia chadiana”, el señor Sarkozy no se abstuvo de expresar el deseo de que “los nacionales franceses puedan ser juzgados por la justicia francesa”. Sobre su propio papel en este asunto, indicó que “parece bastante lógico que un jefe del Estado se desplace para ir a buscar compatriotas que, por añadidura, no tienen nada que ver con el asunto en cuesión. En un Estado de Derecho, el Presidente de la República es responsable de todos sus conciudadanos, incluso de los que hacen algunas cosas mal.” Durante los tres días que precedieron la visita del Sr. Sarkozy, la jurisdicción de Abéché se había descargado del asunto en favor de la de Djamena; luego, habiendo oido a Eric Breteau, Presidente el Arco de Zoé, se había inocentado a los periodistas franceses. Para estos siete presos, se había expedido una resolución de puesta en libertad provisional. Una precipitación que podría dejar rastros en la opinión chadiana.

Robert Belleret para Le Monde, traducido por Salvador García Bardón.

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