domingo, enero 21, 2007

Socializar la riqueza sin arruinarnos

Socializar la riqueza sin arruinarnos

Permalink 21.01.07 @ 11:11:43. Archivado en Ética, Religiones, Pro justitia et libertate

Asumo, completándolo, lo que me escribía esta misma mañana mi "álter ego" Cervantes en su comentario a mi posteo "Exigir y hacer otra democracia":

1) Hay que socializar la riqueza, pero evitando que cínicos demagogos se aprovechen para implantar sus dictaduras particulares, bajo la etiqueta de "socialismo".

1.1) Al socializar la riqueza se corre el riesgo de olvidar que hay que crearla. Hay que hacer lo uno sin olvidar lo otro. En el caso contrario se generaliza la pobreza, en vez de remediarla.

1.2) Es innegable que muchos cínicos demagogos, en particular los populistas, se aprovechan de la etiqueta del "socialismo", para implantar sus dictaduras particulares. Los casos son tan frecuentes, que no vale la pena recordarlos.

2) Por desgracia este tipo de demagogia ha funcionado y funciona con excesiva frecuencia en los países católicos. Tanto tú como yo lo hemos denunciado con frecuencia.

2.1) Esta observación me parece bien fundada. Los populistas se sirven de los sentimientos cristianos de la gente pobre, sobre todo católica, para colocar su mercancía. La frase que mejor revela esta técnica de captación hipócrita de los pobres es la empleada por Chávez al jurar su cargo hace unos días: "Jesucristo es el más grande socialista de la historia". El fenómeno no es visible en los países protestantes, ya que entre ellos prevalece el principio calvinista, que ve en la riqueza un don de Dios y un signo de su predilección.

3) Sin ir más lejos, el caso más cercano es el español. Por eso tú escribes con frecuencia que "otro socialismo es posible".

3.1) Efectivamente yo he escrito con frecuencia, a propósito del caso del socialismo oficial español, que "otro socialismo es posible". La frase es frecuente en labios de los disidentes del socialismo que no comulgan con el "peor felipismo", cuyo heredero es el zapaterismo. También se oye con frecuencia en los medios cristianos que propiciaron con su voto la primera llegada de los socialistas al poder y su vuelta tras el trágico 11-M.

4) Yo preferiría llamarlo "socio-cristianismo", si este otro término no nos hiciera caer en el riesgo de hundirnos de nuevo en el clericalismo. Este es el dilema que tenemos planteado en España con la terrible crisis actual: los falsos socialistas y el peligro de una recaída en el clericalismo preconciliar.

4.1) El socialismo pudo acceder al poder en España debido al apoyo de los cristianos que ansiaban socializar la riqueza, sin olvidar crearla con la iniciativa privada. La vigencia del dilema que señalas es innegable. Hay que desconfiar tanto de los socialistas enriquecidos, que son muchos, como de los especuladores del neoclericalismo, cuya existencia eventual ya se ha convertido en real.

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