Malvivir sin vivienda o sin vianda

03.12.06 @ 19:00:00. Archivado en Ética, Pro justitia et libertate

Vivir sin vivienda
es tan duro e injusto
como vivir sin vianda.

-Malvives si con hambre vives,
pero también si en tu casa no vives.

-Vivo sin vivir en mí,
porque en mi casa no vivo.

Otra mi vida fuera,
si en mi casa viviera.

-Quien en su casa no vive,
sabe muy bien que malvive.

-Quien vive sin vivienda,
carece de toda hacienda

-Sin vianda del alma vive
quien sin vivienda malvive.

Vivir sin vivienda
o vivir sin vianda
no es vivir
sino malvivir

Cualquier hispanohablante culto sabe que la palabra vivienda está en relación íntima con la palabra vivir, sin que le haga falta conocer su etimología. Lo que no sabe es que esa misma palabra forma parte de una familia de forma y de sentido que la vincula con la palabra vianda. De aquí el interés de recurrir a la etimología, para poner en evidencia este vínculo:

vivienda (doc. hacia 1430, del lat. vivenda 'lo que es necesario para la vida': 'cosas en que o de que se ha de vivir', t. f. de vivendus, part. fut. pas. de vivĕre, 'vivir'). 1. f. 'Lugar cerrado y cubierto, construido para ser habitado por personas'. 2. f. desus. 'Género de vida o modo de vivir'.

"Amigo, de tal manera
es el mundo cauteloso,
que vivienda nin reposo
en Espanya non fallarnos,
así que nos apartamos
en este valle espantoso".

AÑO: 1429 - a 1440
AUTOR: Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana,
TÍTULO: Poesías [Cancionero de Palacio],
CITA del CORE: p. 89 de la ed. de Ana Mª Álvarez Pellitero, Junta de Castilla y León (Salamanca), 1993.

Del mismo origen remoto latino que la palabra vivienda, aunque anterior a ella, doc. hacia 1140, y tomada en castellano del francés viande, es la palabra vianda 1. f. 'Sustento y comida de los racionales'. 2. f. 'Comida que se sirve a la mesa'.

La palabra francesa viande procede del latín popular *vivanda, correspondiente al clásico vivenda 'lo que es necesario para la vida': 'cosas en que o de que se ha de vivir'

Vedada l'an conpra dentro en Burgos la casa
de todas cosas cuantas son de vianda;
non le osarién vender al menos dinarada.

AÑO: hacia 1140
AUTOR: Anónimo
TÍTULO: Poema de Mio Cid,
CITA del CORE: p. 107 de la ed. de Alberto Montaner, Crítica (Barcelona), 1993.

Baste esta sencilla reflexión etimológica, para recordarnos que en nuestra cultura tanto vivir sin vivienda como vivir sin vianda es un contrasentido o, en términos éticos, la mayor de las injusticias vitales, puesto que en ambos casos se carece de 'lo necesario para vivir'.

Digo bien 'recordarnos', en plural, porque de hecho todos y cada uno de nosotros, cuando nos hemos encontrado en la situación de tener que abandonar el cobijo de nuestros padres o antepasados protectores más inmediatos, para enfrentarnos en directo con los envites de la vida, nos hemos dado de bruces con estos dos cuernos agudísimos: el cuerno de la falta de vianda y el cuerno de la falta de vivienda: el hambre y la intemperie. Tanto el uno como el otro, y peor aún si los dos a la vez, nos han amenazado de muerte con sus cornadas.

A pesar de esta sabiduría de nuestra cultura ancestral y de esta experiencia personal de cada uno de nosotros, sobre todo si somos o hemos sido emigrantes, ha tenido que venir a nuestro país un experto de la ONU, para recordarnos con la gravedad debida que "Vivir sin vivienda es un contrasentido". Aún peor, ha tenido que recordarnos, como si fuéramos analfabetos o feroces primitivos sin socializar, que el modelo económico que practicamos actualmente, cómodamente apoltronados en nuestra cacareada economía global, ha provocado el que más de mil millones de personas en el mundo vivan sin vivienda o alojados precariamente.

Para que no nos sea posible el valernos de escapatorias, atribuyendo el abuso a los países subdesarrollados o carentes de democracia, el mismo experto ha sentenciado que en España, país desarrollado y con democracia formal, el problema de la vivienda es uno de los mayores del mundo: "el problema de la vivienda en España es el más grave de Europa y uno de los mayores del mundo". Así de claro. Comportamientos radicalmente antidemocráticos de compatriotas nuestros muy conocidos, contradicen con sus múltiples mentiras, obra de la corrupción más insolente, la verdad de nuestra democracia formal.

Hindú Miloon Kothari, relator especial de asuntos de Vivienda de la ONU, no solamente lo sabe, sino que lo dice muy alto y lo condena con severidad, subrayando que en España hay un problema "muy grave con la especulación y el enriquecimiento de los promotores".

En consecuencia, cumpliendo con su función, exige del gobierno español que termine con la vergüenza de aceptar sin la reacción política adecuada que el 20 y el 25% de la población española esté excluida del mercado de la vivienda por su alto precio.

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Intermedio global

Cien millones de personas en el mundo carecen del más básico resguardo y más de 1.600 millones más viven en viviendas inadecuadas.

El problema, va en aumento, advierte repetidamente el relator de la Comisión de Derechos Humanos sobre vivienda adecuada, Miloon Kothari.

La rápida globalización económica, el conflicto, y la migración involuntaria a las ciudades, figuran entre los factores que contribuyen al agravamiento del problema.

Otro factor es la creciente especulación, que contribuye también a la alza de precios y a lo que Kothari llama el apartheid urbano – es decir la separación clara de ricos y pobres

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De nuevo nuestro caso

Tras doce días de estancia en diferentes ciudades españolas, donde ha dialogado con toda suerte de ciudadanos, prestando especial atención al testimonio de las víctimas del apartheid urbano, Kothari expuso el viernes pasado, en rueda de prensa, las Observaciones previas a la elaboración del informe que entregará dentro de tres meses al Gobierno español y al Consejo de Naciones Unidas.

-La situación actual de la vivienda en España es "insostenible". El Ejecutivo español, que "está sensibilizado" con este asunto, debe intervenir con "medidas inmediatas", para resolver el problema de la vivienda en España, que es "el más grave de Europa y uno de los mayores del mundo".

-El caso de Marbella "sólo es la punta del iceberg" de la corrupción en nuestro país. Sus implicaciones demuestran que la realidad completa es "mucho más grave" de lo que la opinión pública ha podido saber por los medios de comunicación.

-Salta a la vista que España tiene un problema muy grave con la especulación y el enriquecimiento ilegal de los promotores. Para resolverlo, hay que extremar la vigilancia y aplicar con rigor el código penal. El logro de este mismo objetivo requiere igualmente "voluntad política y económica", cuyo freno en nuestro sistema de autonomías es el conflicto crónico de intereses entre el Gobierno central y los gobiernos autonómicos y municipales.

-Conviene seguir la recomendación de la OCDE, suprimiendo las subvenciones a los promotores, una medida con la que el precio de la vivienda podría reducirse entre un 15 y un 30%.

-Es positiva la apuesta del Gobierno español por el alquiler, así como el Proyecto de Ley del Suelo, ahora en trámite parlamentario, que podría entrar en vigor la próxima primavera.

-Sorprende el constatar que España, a pesar de ser un país rico desde el punto de vista financiero, con grandes inversiones en infraestructuras y altos ingresos por turismo, padece un grave problema de acceso a la vivienda. Dos factores agravan esta situación para la "clase media", clase social cuyo desarrollo en importancia numérica es vital para el país; esta clase carece con frecuencia de "trabajos estables" y encuentra dificultades para conseguir una hipoteca.

-Es preocupante la subida de los tipos de interés. Este fenómeno encarece las cuotas de las hipotecas y genera "estrés" en los compradores de vivienda.

-El problema de la vivienda afecta de manera particularmente grave a los inmigrantes, haciéndolos "vivir de manera segregada y excluidos", a pesar de que contribuyen notoriamente al crecimiento económico del país.

-El racismo es por desgracia un factor presente en la sociedad española. España tiene que resolverlo mediante una educación adecuada de sus ciudadanos.

-Es de celebrar la apuesta que ha hecho España por la universalización de la sanidad y de la educación, pero conviene recordar que "no hay calidad de vida" sin la inclusión de la vivienda entre los pilares básicos de la justicia social y de los derechos humanos.

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