Lo que el viento nos dejó
13.11.06 @ 17:07:07. Archivado en Europa, España, Energías renovables
Es totalmente absurdo que en Europa se consuma la escandalosa cantidad de energía no renovable y contaminante que se consume por el momento.
Es más absurdo todavía que no se aprovechen con mayor atención, sabiduría y pasión las energías renovables y no contaminantes que nos ofrece generosamente nuestra madre naturaleza.
En este tema, de vital importancia para nuestra salud y para nuestra economía, muchos europeos se comportan como bebés anormales, que no tienen al nacer el impulso natural de acudir a la fuente generosa de ternura y de alimento de los pechos de su madre.
A todos nos ha sucedido más de una vez el observar e incluso oler, en mi caso con sorpresa, irritación y vergüenza, que en el hotel de las costas euromeridionales donde nos albergábamos, cuyo mayor reclamo publicitario era la fidelidad del sol, el calor para el agua de los grifos y de la piscina se producía mediante gasoil, mientras que era posible quemarse los pies con el calor solar que almacenaba el suelo de todos los exteriores y era necesario emplear crema solar para evitar quemarse la piel.
También nos ha sucedido a todos, por poca imaginación que tengamos, el admirar la formidable eficacia del viento, para empujar nuestros barcos de vela y para impulsar las palas de nuestros molinos. A veces nos preguntamos por qué tenemos tan poco empleada esta energía del viento, que permitió a los españoles descubrir América, con sus sencillas carabelas, y a innumerables generaciones de molineros moler los granos de nuestro pan cotidiano con sus elementales molinos de viento.
¿Cómo es posible que hasta hace muy poco hayamos renunciado a mejorar nuestras técnicas mecánicas, para explotar lo mejor posible la energía gratuita y limpia del viento, y nos hayamos convertido en esclavos de los voraces y contaminantes motores a explosión?
Aún más, ¿cómo es posible que hayamos preferido las guerras, para alimentar de combustible expoliado nuestros motores, a la paz de esta energía gratuita y natural que ya nos sirve para respirar? ¿Cuánto tiempo hemos perdido antes de percatarnos que esta energía expoliada ponía en peligro nuestra propia existencia, transformando en irrespirables los vientos vitales de nuestro planeta?
He aquí algunas razones que deben inclinarnos a favorecer, aún más de lo que lo hacemos, el desarrollo de los parques eólicos en España:
* España tiene un gran potencial de energía eólica. Se estima que el potencial para la producción de energía eólica a nivel nacional sobrepasa los 15.000 MW (equivalente a 10 o 12 centrales nucleares estándar).
* Las regiones más ventosas tienen una conformación geográfica ideal para la instalación de parques eólicos.
* El desarrollo de parques eólicos a escala industrial genera numerosos puestos de trabajo en los sectores de fabricación, ingeniería y mantenimiento.
* Hoy en día, la producción de energía eólica es una industria madura. Los aerogeneradores son robustos, fiables, con maquinaria de alta vida útil (30 años), como resultado de un largo proceso de aprendizaje.
* Los fabricantes daneses, alemanes y estadounidenses están ahora invirtiendo decididamente en España, por ser el mercado de mayor y más rápido crecimiento potencial.
* La industria española está produciendo sus propios aerogeneradores, que se comercializan ya por todo el mundo.
* La producción de energía eólica no es contaminante (ningún agente químico, ninguna emisión de calor ni de CO2, ningún residuo, ninguna radiación, ningún riesgo de transporte de materias primas), suficientemente constante y fiable
* El coste de producción de la electricidad proveniente del recurso eólico ha caído considerablemente y es hoy competitivo.
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Datos procurados por la Asociación de Promotores y Productores de Energía Eólica de Andalucía: APREAN
España tiene un gran potencial de energía eólica. La combinación del centro de altas presiones de las Azores y los centros de bajas presiones que se forman en varios puntos del Golfo de Vizcaya, genera frecuentes vientos de intensidad media y alta sobre el país, con una dirección dominante Norte / Noroeste.
Además, las regiones más ventosas, tales como Navarra, Aragón, Castilla, Asturias, etc., tienen una conformación geográfica ideal para la instalación de parques eólicos como, por ejemplo, muchas mesetas de elevación media, tierras baldías llanas no habitadas y de fácil acceso a los emplazamientos en construcción. Se estima que el potencial para la producción de energía eólica a nivel nacional sobrepasa los 15.000 MW (equivalente a 10 o 12 centrales nucleares estándar).
Es más, es conocido que el desarrollo de parques eólicos a escala industrial genera numerosos puestos de trabajo en los sectores de fabricación, ingeniería y mantenimiento. Este auténtico “regalo del cielo” es claramente bienvenido por las autoridades nacionales y regionales españolas, dado que una buena parte de las actividades productivas regionales están fuera de mercado y en regresión (minas de carbón, industria del acero,…)
Hoy en día, la producción de energía eólica es una industria madura. Los aerogeneradores son robustos, fiables, con maquinaria de alta vida útil (30 años), como resultado de un largo proceso de aprendizaje en países como Dinamarca. A lo largo de los últimos 15 años, los daneses han introducido algunas innovaciones en los mejores y más probados equipos básicos y en tecnologías provenientes de la industria naval y de la maquinaria agrícola. Sus generadores se producen a escala industrial.
Los fabricantes daneses están ahora invirtiendo decididamente en España, el mercado de mayor y más rápido crecimiento potencial. Otros fabricantes alemanes y estadounidenses se han incorporado también al mercado español, con unas máquinas de tecnología excelente y en algunos casos más eficiente.
Y, finalmente, también la industria española está produciendo sus propios aerogeneradores, que se comercializan ya por todo el mundo en fuerte competencia con los fabricados por los países anteriormente citados.
La producción de energía eólica no es contaminante (ningún agente químico, ninguna emisión de calor ni de CO2, ningún residuo, ninguna radiación, ningún riesgo de transporte de materias primas), suficientemente constante y fiable. Ofrece la excepcional ventaja de preservar la integridad y la vocación original de la tierra sobre la que se implanta.
Debido fundamentalmente a los avances tecnológicos, el coste de producción de la electricidad proveniente del recurso eólico ha caído considerablemente y es hoy competitivo con las grandes plantas de gas de ciclo combinado, que se considera producen al coste más bajo, para velocidades medias de viento superiores a 8 m/s.
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